Ilustre Cofradía Penitencial de Ntra. Sra. de las Angustias
La Ilustre Cofradía Penitencial de Nuestra Señora de las Angustias constituye una de las instituciones más venerables y representativas de la Semana Santa de Valladolid. Con una historia que se remonta al siglo XVI, esta hermandad ha sabido mantener viva la esencia de la tradición penitencial castellana, custodiando además un patrimonio escultórico excepcional que incluye obras maestras de los grandes artistas de la escuela vallisoletana de escultura.
La cofradía tiene el privilegio de albergar en su iglesia penitencial imágenes creadas por tres de los genios indiscutibles del arte sacro español: Juan de Juni, Francisco del Rincón y Gregorio Fernández. Su imagen titular, la Virgen de las Angustias, coronada canónicamente en 2009, representa uno de los iconos devocionales más importantes de la ciudad del Pisuerga y una de las manifestaciones artísticas más conmovedoras del dolor maternal ante la muerte de Cristo.
Contenido
- 1 Orígenes y trayectoria histórica
- 2 Templo y ubicación de la hermandad
- 3 Indumentaria penitencial característica
- 4 Tesoro escultórico: obras maestras
- 5 Desfiles procesionales y recorridos tradicionales
- 6 Celebraciones litúrgicas fuera del tiempo pascual
- 7 Anécdotas memorables y tradiciones singulares
- 8 Guía práctica para el visitante
- 9 Preguntas frecuentes sobre la Cofradía de las Angustias
- 9.1 ¿Desde cuándo existe la Cofradía de las Angustias?
- 9.2 ¿Quién esculpió la Virgen de las Angustias?
- 9.3 ¿Por qué se llama «La Zapatona» a la Virgen?
- 9.4 ¿Qué es la Procesión de Regla de la madrugada del Viernes Santo?
- 9.5 ¿Se puede visitar la iglesia fuera de la Semana Santa?
- 9.6 ¿Qué significa el escudo de la cofradía?
- 9.7 ¿Cómo puedo hacerme cofrade de la hermandad?
- 9.8 ¿Cuántos cofrades participan en las procesiones?
- 10 Enlaces de interés
- 11 Cofradías y Hermandades
- 11.0.1 Cofradía de la Exaltación de la Santa Cruz y Ntra. Sra. de los Dolores
- 11.0.2 Cofradía de la Orden Franciscana Seglar V.O.T.
- 11.0.3 Cofradía de las Siete Palabras
- 11.0.4 Cofradía de Ntro. Padre Jesús Resucitado, María Stma. de la Alegría y las Lágrimas de San Pedro
- 11.0.5 Cofradía del Descendimiento y Santo Cristo de la Buena Muerte
- 11.0.6 Cofradía del Santo Entierro
- 11.0.7 Cofradía del Santo Sepulcro y Santísimo Cristo del Consuelo
- 11.0.8 Cofradía Penitencial de la Oración del Huerto y San Pascual Bailón
- 11.0.9 Cofradía Penitencial de la Sagrada Pasión de Cristo
- 11.0.10 Cofradía Penitencial de la Santa Vera-Cruz
- 11.0.11 Cofradía Penitencial de Ntro. Padre Jesús Nazareno
- 11.0.12 Cofradía Penitencial y Sacramental de la Sagrada Cena
- 11.0.13 Hermandad del Santísimo Cristo Jesús de Medinaceli, Nuestra Señora de la Divina Misericordia y Discípulo Amado
- 11.0.14 Hermandad del Santo Cristo de los Artilleros
- 11.0.15 Hermandad Penitencial de Ntro. Padre Jesús Atado a la Columna
- 11.0.16 Hermandad Universitaria del Santísimo Cristo de la Luz
- 11.0.17 Ilustre Cofradía Penitencial de Ntra. Sra. de las Angustias
- 11.0.18 Muy Ilustre Cofradía de Nuestra Señora de la Piedad
- 11.0.19 Real cofradía Penitencial del Santísimo Cristo Despojado, Cristo Camino del Calvario y Nuestra Señora de la Amargura
- 11.0.20 Real y Venerable Cofradía de la Preciosísima Sangre de Ntro. Señor Jesucristo
Orígenes y trayectoria histórica
Aunque se desconoce la fecha exacta de fundación de esta cofradía penitencial, los documentos más antiguos conservados en su archivo datan de 1536, cuando el papa Paulo III concedió sendas bulas otorgando privilegios especiales a los cofrades que practicaran obras de caridad y penitencia. Estos testimonios pontificios confirman que la hermandad ya existía en esas fechas, aunque probablemente sus orígenes se remonten incluso a finales del siglo XV, durante el reinado de los Reyes Católicos.
Las primeras Reglas formales fueron aprobadas por Auto del 16 de noviembre de 1569, dictado por el Abad de Valladolid como delegado de la autoridad diocesana del Obispo de Palencia, ya que en aquellas fechas Valladolid aún no contaba con diócesis propia. En estas Reglas fundacionales, la corporación recibía la denominación completa de «Cofradía de Nuestra Señora de la Quinta Angustia y Angustias y Soledad de Nuestra Señora de los Desamparados». El primer cofrade que desempeñó el cargo de alcalde, según los libros de acuerdos conservados, fue don Cristóbal Villamandos en el año 1570.
Durante sus primeros siglos de existencia, la cofradía desarrolló una intensa labor asistencial y caritativa. Los hermanos mantenían un hospital anexo a su ermita original, recolectaban fondos para obras de misericordia y todos estaban obligados a pedir limosna por la ciudad para estos fines benéficos. La hermandad asistía a cofrades presos o excomulgados, enterraba a los difuntos desamparados y procuraba los sufragios necesarios para la salvación de las almas de sus miembros fallecidos.
La cofradía estableció importantes vínculos conventuales, especialmente con los padres dominicos del convento de San Pablo. Una concordia firmada en 1563 permitía a los cofrades disponer del templo dominico para celebraciones litúrgicas, fiestas de regla y especialmente para todo lo concerniente a la Semana Santa. De hecho, durante siglos la procesión de regla salía desde esta iglesia de San Pablo, constituyendo una de las tradiciones más arraigadas de la hermandad.
El traslado a la nueva iglesia penitencial
La primitiva ermita de la cofradía se ubicaba en la calle de las Angustias Viejas (actual calle Torrecilla), en un entorno conocido como «las cuatro calles», donde confluyen actualmente las calles de Torrecilla, Rondilla de Santa Teresa, Gondomar y Santa Clara. Esta ubicación era estratégica, pues se encontraba cerca de la Real Chancillería, y muchos de sus funcionarios y escribanos eran miembros de la hermandad, lo que le confería un notable prestigio social.
La estrechez de la calle y las modestas dimensiones del oratorio original motivaron que un generoso cofrade y próspero mercader, Martín Sánchez de Aranzamendi, junto con su esposa Luisa de Ribera, decidieran costear la construcción de un templo más suntuoso y digno. Las obras se prolongaron entre 1597 y 1606, y el nuevo edificio se levantó frente al palacio del Almirante de Castilla (donde hoy se encuentra el Teatro Calderón), en pleno centro de la ciudad.
La escritura de fundación y patronazgo del nuevo templo fue otorgada en 1613, estableciendo que Martín Sánchez de Aranzamendi y su esposa, así como sus sucesores, serían los patronos perpetuos del edificio. Esta ingente inversión, que supuso unos 60.000 ducados de oro, incluyó también el alhajamiento interior del templo, con el magnífico retablo mayor obra de Francisco del Rincón. Una condición especial del patronazgo establecía que la iglesia no podría servir de lugar de enterramiento a otras personas que no fueran del linaje de los donantes.
Siglos de esplendor y decadencia
Los siglos XVI y XVII representaron la época dorada de la cofradía. Durante este periodo se construyó su iglesia penitencial, se encargaron los magníficos pasos procesionales que hoy admiramos, y la hermandad vivió su máximo esplendor económico y social. La participación de ricos mercaderes y funcionarios de la Chancillería dotó a la cofradía de recursos significativos.
Sin embargo, los siglos XVIII y XIX marcaron un profundo proceso de decadencia generalizada, común a todas las cofradías vallisoletanas. La hermandad fue despojada de algunos de sus grandes pasos, como «La Piedad» y el «Santo Sepulcro», que actualmente se conservan en el Museo Nacional de Escultura. A comienzos del siglo XVII había mantenido continuos conflictos con la Cofradía de Nuestra Señora de la Piedad debido a la hora de celebración de sus respectivas procesiones, lo que llevó al obispado a obligar a ambas a fusionarse en 1617. Esta unión artificial no satisfizo a ninguna de las dos hermandades y se mantuvo tan solo hasta 1630.
La renovación contemporánea
El siglo XX trajo una etapa de renovación para la Semana Santa vallisoletana y, con ella, para la cofradía de las Angustias. La hermandad participó destacadamente en la procesión de Sacrificio y Penitencia que durante muchos años (1978-1995) compartió en la noche del Jueves Santo con las cofradías de la Vera Cruz y Jesús Nazareno. Entre 1996 y 2002 organizó esta procesión de manera independiente.
Un hito histórico se produjo cuando la cofradía fue pionera en la recuperación del porte a hombros de los pasos, tradición que se había perdido. El 26 de marzo de 1991, Martes Santo, la hermandad sacó por primera vez en décadas sus imágenes portadas sobre los hombros de los cofrades, iniciando así un movimiento que se extendería a todas las cofradías vallisoletanas.
A partir del año 2003, la procesión se transformó en la actual Procesión de Regla de la Ilustre Cofradía Penitencial de Nuestra Señora de las Angustias, recuperando así su carácter de procesión privativa de la hermandad. El 3 de octubre de 2009, la Virgen de las Angustias fue coronada canónicamente en la Catedral de Valladolid por Braulio Rodríguez Plaza, que pocos meses antes había sido nombrado arzobispo primado de Toledo, procedente de la archidiócesis vallisoletana que por entonces estaba en sede vacante.
Templo y ubicación de la hermandad
La Iglesia Penitencial de Nuestra Señora de las Angustias se encuentra en pleno corazón de Valladolid, frente al Teatro Calderón y muy cerca de la iglesia de Santa María La Antigua. Este edificio religioso, construido entre 1597 y 1606, se convirtió en el modelo de iglesia penitencial dentro del contexto del clasicismo vallisoletano.
Dirección: Calle de las Angustias, 10, 47003 Valladolid
Casa de Hermandad: Calle Angustias, 6, 47003 Valladolid
Contacto: cofradia@cofradiadelasangustias.org
Web: www.cofradiadelasangustias.org
Indumentaria penitencial característica
Los cofrades de la Ilustre Cofradía Penitencial de Nuestra Señora de las Angustias visten un hábito penitencial que destaca por su sobriedad y elegancia, perfectamente identificable entre las veinte cofradías vallisoletanas. El atuendo completo se compone de los siguientes elementos:
Túnica de terciopelo azul oscuro (azul turquí) con bocamangas de encaje blanco, confeccionadas en delicado tejido que contrasta con el color principal del hábito. El capirote es del mismo color y tejido azul oscuro que la túnica. Sobre el pecho luce una distintiva cruz roja, que constituye el elemento identificativo más característico de la hermandad. El cíngulo es de color rojo, complementando cromáticamente la cruz pectoral. Los cofrades calzan guantes y zapatos negros, completando así el atuendo con la sobriedad requerida por el carácter penitencial de la hermandad.
Este vestuario penitencial, con sus tonalidades azul oscuro y rojo, resulta visualmente impactante durante las procesiones nocturnas, especialmente en la madrugada del Viernes Santo, cuando cientos de cofrades portando hachones acompañan a las imágenes por las calles del casco antiguo vallisoletano.
Tesoro escultórico: obras maestras
La Cofradía de las Angustias tiene el privilegio de custodiar en su iglesia penitencial un extraordinario conjunto escultórico que representa lo mejor de la escuela vallisoletana de imaginería de los siglos XVI y XVII. Este patrimonio artístico incluye obras de los tres grandes maestros que marcaron la evolución de la escultura religiosa castellana.
Nuestra Señora de las Angustias, obra cumbre de Juan de Juni
La imagen titular de la cofradía es una talla en madera policromada realizada por el maestro franco-español Juan de Juni con posterioridad a 1561, probablemente hacia 1567. Con una altura de 1,21 metros, representa a la Virgen María sentada sobre una roca, en la iconografía de imagen dolorosa por la muerte de su Hijo.
Juan de Juni, que había ingresado como hermano en la cofradía penitencial de la Quinta Angustia, recibió el encargo de crear la imagen titular que debía presidir las procesiones en las que participaban todos los cofrades. La escultura ponía de manifiesto su extraordinaria pericia en el oficio, ajustándose a la iconografía de la Soledad de la Virgen a través de una interpretación rigurosa y profundamente emotiva del «Stabat Mater».
La talla concentra todas las experiencias manieristas realizadas anteriormente por el escultor en los temas de la Piedad, dando lugar a una escultura en la línea del mejor arte italiano de su tiempo. Algunos historiadores apasionados la han equiparado con lo mejor del arte de Miguel Ángel. La Virgen aparece con un esquema helicoidal, avanzando el hombro izquierdo, mientras la mano izquierda se encuentra como escondida entre los ropajes. La derecha destaca sobre su pecho en un claro gesto de dolor, con la boca entreabierta y los ojos dirigiendo su mirada hacia la cruz donde se encuentra su hijo con una expresión de profundo sufrimiento.
Una característica peculiar de esta imagen es el gran tamaño del zapato que asoma por sus vestiduras, rasgo fundamental en las imágenes de Juni, lo que le valió el apodo popular de «La Zapatona» o «La Zapatuda». Este detalle anatómico, tan diferente a los modelos actuales, se ofrece a la veneración de los fieles en los ritos de besapié organizados por la cofradía, especialmente el sábado de Pasión.
Durante siglos, la estética de la Virgen de las Angustias estuvo condicionada por una serie de añadidos barrocos. Para expresar el máximo dolor, se colocaron entre los dedos de la mano derecha de la Señora unos pequeños cuchillos de hierro, convertidos posteriormente en siete espadas de plata, por lo que la imagen fue conocida también como «Virgen de los Cuchillos». Estos elementos permanecieron hasta 1971, cuando la imagen fue cuidadosamente restaurada, suprimiéndose todo adorno metálico. Los cuchillos se conservan ahora de forma testimonial a los pies de la imagen y se incorporan también al paso procesional.
El 3 de octubre de 2009, en una ceremonia histórica celebrada en la Catedral de Valladolid, la imagen fue coronada canónicamente, reconocimiento que subraya su importancia devocional y artística. La coronación fue presidida por Braulio Rodríguez Plaza, entonces recién nombrado arzobispo primado de España.
Cristo de los Carboneros, magistral crucificado de Francisco del Rincón
El Cristo de los Carboneros es una obra monumental realizada por Francisco del Rincón en 1606, también conocido originalmente como Cristo de la Luz. Esta escultura, que supera con creces el tamaño natural, constituye un ejemplo de gran corrección anatómica y un paradigma de la esbeltez en la representación del Crucificado.
Francisco del Rincón, que había trabajado extensamente en la iglesia de las Angustias realizando el retablo mayor entre 1602 y 1604 y las esculturas de la fachada en 1605, recibió en 1606 por parte de la cofradía el encargo de esta espectacular imagen cristífera. La talla fue concebida desde su origen para ser procesionada, por lo que el escultor la ahuecó completamente en su interior, llegando a reducir el espesor de la madera a casi 2 milímetros a la altura de las rodillas, disminuyendo así considerablemente el peso que debían soportar los costaleros.
El nombre actual de «Cristo de los Carboneros» fue asignado en 1805, debido a que eran los vigorosos jóvenes del gremio de carboneros quienes llevaban la imagen durante las procesiones. La escultura presenta una serie de características que la convierten en seña de identidad del taller de del Rincón: corona de espinas tallada en el mismo bloque de madera, fisionomía depurada y de gran esbeltez, con las piernas y el tronco ligeramente arqueados, y la cabeza desplomada hacia su derecha.
El detalle más singular es el paño de pureza, amarrado a las caderas con una cinta y anudado en el lado derecho, dejando ver casi toda la pierna y con un drapeado en la parte frontal. Este tratamiento del sudario se convirtió en una característica típica de todas las obras posteriores del escultor. La postura de los brazos, inclinados debido al peso del cuerpo cuyo torso se deja caer rendido hacia delante, completamente despegado de la cruz, dibuja una «Y» que se iría agudizando progresivamente en los crucificados posteriores del maestro.
El Cristo de los Carboneros tuvo una historia procesional compleja. Desde 1618 hasta 1926 se integraba en los desfiles organizados por la Cofradía de las Angustias. Tras la renovación de la Semana Santa vallisoletana impulsada en 1920 por el arzobispo Remigio Gandásegui, comenzaría a desfilar en 1929 como imagen titular de la recién creada Cofradía de la Preciosísima Sangre, debiendo cesar en 1949 al detectarse carcoma en la talla. Restaurado y consolidado en la década de 1950, el Cristo fue devuelto a su lugar de origen en la iglesia de las Angustias. La cruz que porta fue sustituida en 2022 por otra nueva realizada por un ebanista vallisoletano.
San Juan y María Magdalena, fragmentos del Descendimiento de Gregorio Fernández
En 1616, la Cofradía de las Angustias encargó al genial imaginero Gregorio Fernández un monumental paso procesional conocido como «El Descendimiento» o «La Sexta Angustia», destinado a sustituir un viejo paso de papelón. Este conjunto escultórico, ejecutado entre 1615 y 1617, fue uno de los más monumentales y bellos que las calles de Valladolid han tenido la oportunidad de contemplar durante siglos.
El grupo escultórico completo constaba originariamente de seis imágenes: en la parte central, la Virgen María con el cuerpo muerto de Cristo sobre su regazo (La Piedad); flanqueando esta escena principal, San Juan Evangelista y María Magdalena; y en la parte posterior, los dos ladrones (Dimas y Gestas) aún crucificados en sus respectivas cruces. Esta composición representaba la Sexta Angustia de María, el momento en que recibió en sus brazos el cuerpo muerto de su Hijo tras el Descendimiento de la Cruz.
La azarosa historia de este conjunto hizo que se dispersara con el paso de los siglos. La Piedad y los dos ladrones fueron trasladados en 1842 al entonces Museo Provincial de Bellas Artes (actual Museo Nacional de Escultura), donde permanecen expuestos como una de las joyas de la colección. Sin embargo, las tallas de San Juan y María Magdalena se conservaron en su emplazamiento original en la iglesia de las Angustias, donde fueron colocadas hacia 1710 en sendas hornacinas barrocas talladas por el ensamblador Gregorio Díaz de Mata, a ambos lados del camarín de la Virgen de las Angustias.
Estas dos esculturas representan el virtuosismo técnico y la capacidad expresiva de Gregorio Fernández. San Juan Evangelista aparece con la mirada dirigida hacia el cielo, portando en su mano derecha la corona de espinas, símbolo de la Pasión. María Magdalena muestra una expresión de profundo dolor, con la mirada llorosa dirigida hacia la escena central que antaño presidía el conjunto, portando en sus manos el pomo de perfumes que la identifica iconográficamente.
En 2003, la Cofradía de las Angustias recuperó estas dos imágenes para su procesión de Regla, incorporándolas en un nuevo paso denominado «San Juan y Santa María Magdalena al pie de la Cruz». El paso se completa habitualmente con una cruz desnuda y, desde hace varios años, con las copias de los ladrones cedidas generosamente por la Cofradía de las Siete Palabras, permitiendo evocar la grandiosidad del conjunto original de Fernández.
Cristo Yacente y otros tesoros artísticos
La cofradía custodia además un Cristo Yacente procedente de un taller vallisoletano del siglo XVII, datado hacia 1640. Esta imagen formó parte originariamente del monumental paso del Santo Sepulcro que poseyó la hermandad. Actualmente se venera en la capilla de Santa Gertrudis de la iglesia penitencial y procesiona en la madrugada del Viernes Santo en la Procesión de Regla.
El retablo mayor del presbiterio, obra maestra de Francisco del Rincón en su parte escultórica, presenta el Misterio de la Anunciación, advocación a la que está dedicado el templo. El ensamblaje fue realizado por Cristóbal Velázquez basándose en modelos de Juan de Nates. El retablo combina en su programa iconográfico la escultura con elementos pictóricos, creando un conjunto de gran valor artístico.
Desfiles procesionales y recorridos tradicionales
La Ilustre Cofradía Penitencial de Nuestra Señora de las Angustias participa en varios actos procesionales a lo largo de la Semana Santa vallisoletana, destacando especialmente por su procesión privativa en la madrugada del Viernes Santo.
Procesión del Encuentro (Martes Santo)
El Martes Santo, la cofradía participa con su imagen titular en la emotiva Procesión del Encuentro, también conocida como «del Encuentro en la calle de la Amargura». Este acto tiene lugar por la tarde-noche y recrea el momento en que la Virgen María se encuentra con su Hijo camino del Calvario.
En la histórica Plaza de Santa Cruz, frente al Colegio del mismo nombre, se produce el momento culminante: el paso de Nuestra Señora de las Angustias se cruza con la imagen de Cristo camino del Calvario, portada por otra cofradía. Es un instante de profunda emotividad que congrega a miles de vallisoletanos y visitantes, siendo uno de los momentos más fotografiados y recordados de la Semana Santa pucelana.
Procesión de Regla – Sacrificio y Penitencia (Viernes Santo, madrugada)
A la una de la madrugada del Viernes Santo, tiene lugar el acto procesional más característico y propio de la cofradía: la Procesión de Regla de la Ilustre Cofradía Penitencial de Nuestra Señora de las Angustias, conocida también como procesión de «Sacrificio y Penitencia».
En este desfile nocturno, la hermandad porta a hombros todos sus pasos desde la iglesia penitencial hasta la Santa Iglesia Catedral, donde realiza una solemne estación de penitencia en el interior del templo metropolitano. El cortejo procesional está compuesto por los siguientes pasos, todos ellos portados a hombros por los cofrades:
Cristo de los Carboneros (Francisco del Rincón, 1606): El monumental crucificado abre la procesión, siendo portado por vigorosos cofrades que mantienen viva la tradición del antiguo gremio de carboneros.
San Juan y la Magdalena al pie de la Cruz (Gregorio Fernández, 1616-1617): Este paso recupera parcialmente el antiguo Descendimiento. En los últimos años, gracias a la cesión de las copias de los ladrones por parte de la Cofradía de las Siete Palabras, el conjunto se ha podido contemplar con mayor fidelidad a su composición original, incluyendo a Dimas y Gestas crucificados.
Santo Cristo Yacente (taller vallisoletano, siglo XVII): La imagen del cuerpo de Cristo difunto es portada con especial solemnidad por los hermanos.
Nuestra Señora de las Angustias (Juan de Juni, posterior a 1561): La imagen titular cierra la procesión, coronada canónicamente y portada bajo palio, constituyendo el momento culminante del desfile.
El recorrido discurre por las calles del casco histórico vallisoletano en las horas más silenciosas y oscuras de la noche, creando una atmósfera de recogimiento y profunda espiritualidad. El regreso al templo penitencial se produce cuando el alba comienza a clarear, concluyendo así una de las procesiones más austeras y solemnes de cuantas se celebran en España.
Procesión General de la Sagrada Pasión del Redentor (Viernes Santo, tarde-noche)
El Viernes Santo por la tarde-noche (a las 19:30 horas), la cofradía participa en la magna Procesión General de la Sagrada Pasión del Redentor, el desfile más multitudinario e impresionante de la Semana Santa vallisoletana. En este cortejo participan las veinte cofradías de la ciudad con sus treinta y dos pasos, narrando mediante imágenes toda la secuencia de la Pasión de Cristo.
La Cofradía de las Angustias tiene el honor de cerrar la Procesión General con su imagen titular, Nuestra Señora de las Angustias. La Virgen de Juni procesiona en solitario, como colofón de toda la representación pasional, simbolizando el dolor maternal en su máxima expresión. Es el último paso que transita por las calles, recibiendo el aplauso emocionado del público congregado.
Al regreso del cortejo a la iglesia penitencial, se canta una Salve Popular solemne a la Virgen de las Angustias, momento en el que todo el pueblo fiel se congrega a las puertas del templo para rendir homenaje a la Señora. Este canto coral es uno de los momentos más emotivos y tradicionales de la Semana Santa vallisoletana, manteniéndose como una costumbre centenaria.
Procesión de La Soledad (Sábado Santo, madrugada)
Una vez finalizada la Procesión General del Viernes Santo, ya entrada la madrugada del Sábado Santo (aproximadamente a las 00:30 horas), tiene lugar un acto procesional breve pero de gran carga emotiva: la Procesión de La Soledad, antiguamente conocida como «procesión de las Mujeres».
En este desfile, tradicionalmente las mujeres de Valladolid acompañan en especial devoción a la Señora de las Angustias en su soledad tras la muerte de su Hijo. La imagen recorre un breve itinerario desde la puerta de la iglesia penitencial, en un acto de piedad popular que cierra definitivamente los actos procesionales del Viernes Santo.
Celebraciones litúrgicas fuera del tiempo pascual
Además de su destacada participación en la Semana Santa, la Ilustre Cofradía Penitencial de Nuestra Señora de las Angustias mantiene una intensa vida religiosa y devocional a lo largo del año, con celebraciones que hunden sus raíces en las Reglas fundacionales de 1569.
Fiesta de la Alegría en honor de la Virgen de la Encarnación
La cofradía celebra anualmente la Fiesta de la Alegría en honor de la Virgen de la Encarnación, advocación a la que está dedicado el templo penitencial. Esta celebración se realiza actualmente el último domingo del mes de mayo y está fundamentada en la Regla de 1569, constituyendo por tanto una de las tradiciones más antiguas y arraigadas de la hermandad.
Durante esta festividad, el templo se engalana para acoger solemnes cultos en los que participan cofrades, devotos y fieles. Es una celebración de carácter gozoso que contrasta con el espíritu penitencial de la Semana Santa, mostrando la doble dimensión de la vida cofrade: la pasión dolorosa y la alegría de la redención.
Cultos cuaresmales y besapiés
Durante la Cuaresma, especialmente en las semanas previas a la Semana Santa, la cofradía organiza diversos actos de culto y devoción. Destaca especialmente el solemne besapié a Nuestra Señora de las Angustias, que se celebra el sábado de Pasión. En este acto, los fieles tienen la oportunidad de venerar de cerca la imagen titular, besando el característico pie de grandes dimensiones que asoma bajo las vestiduras, conocido popularmente como «el zapato de la Zapatona».
El Cristo de los Carboneros también recibe culto especial durante la Cuaresma. En años recientes, la cofradía ha organizado Vía Crucis procesionales con esta imagen, que recorre las calles peatonales del entorno de la iglesia penitencial portada directamente sobre los hombros de los cofrades, en horizontal y sin andas, tal como se hacía en tiempos antiguos.
Novenarios y ejercicios espirituales
La hermandad organiza novenarios en preparación a las grandes festividades, especialmente el dedicado a Nuestra Señora de las Angustias antes de la Semana Santa. Durante estos nueve días, se celebran eucaristías especiales, se predican sermones centrados en los Dolores de la Virgen y se reúne la comunidad cofrade para fortalecer los lazos de hermandad.
Durante el tiempo ordinario, la iglesia penitencial permanece abierta al culto, permitiendo a devotos y visitantes acercarse a contemplar las obras de arte que custodia y orar ante las imágenes veneradas. El camarín de la Virgen de las Angustias constituye uno de los espacios de mayor recogimiento espiritual de toda la ciudad.
Anécdotas memorables y tradiciones singulares
A lo largo de sus casi cinco siglos de historia, la Cofradía de las Angustias ha protagonizado numerosos episodios y ha sido testigo de acontecimientos que forman parte de la memoria colectiva vallisoletana.
La leyenda de la hija de Juni
Una de las leyendas más conmovedoras vinculadas a la cofradía es la que relaciona la creación de la Virgen de las Angustias con un drama personal de Juan de Juni. Según la tradición popular, el escultor se inspiró en el dolor que experimentó durante la agonía de su propia hija María, que falleció en junio de 1572. Mientras el maestro tallaba la Virgen de las Angustias para su cofradía, su hija enfermaba gravemente, lo que le permitió captar con desgarradora veracidad el gesto de dolor y el retorcimiento del rostro de la Madre al pie de la cruz.
Esta historia, aunque no está completamente verificada documentalmente, explica la extraordinaria expresividad de la imagen y su capacidad para conmover profundamente a quienes la contemplan. Lo cierto es que Juni contrajo matrimonio en tres ocasiones, tuvo una hija con su primera esposa y seis hijos con la tercera, y que su hija María efectivamente falleció en 1572, fechas que coinciden con la cronología de la obra.
Los apodos populares: «La Zapatona» y «La Virgen de los Cuchillos»
La imagen titular ha recibido a lo largo de los siglos diversos sobrenombres populares que reflejan el cariño y la cercanía de los vallisoletanos con su Virgen. El apodo de «La Zapatona» o «La Zapatuda» hace referencia al gran tamaño del zapato que asoma bajo las vestiduras, un rasgo anatómico característico de las obras de Juni que aquí se presenta con especial protagonismo.
El nombre de «Virgen de los Cuchillos» proviene de los siete puñales o espadas que durante siglos estuvieron clavados en el pecho de la imagen, aludiendo a los Siete Dolores de María profetizados por Simeón. Estos elementos metálicos, añadidos en época barroca para acentuar el dramatismo, permanecieron en la escultura hasta la restauración de 1971, cuando fueron retirados para devolverle su aspecto original. Los cuchillos se conservan ahora como testimonio histórico y se exhiben a los pies de la imagen.
El vínculo con el Tribunal de la Chancillería
La cofradía siempre alegó a favor de su antigüedad el especial vínculo que había mantenido desde los tiempos de los Reyes Católicos con el Tribunal de la Real Chancillería. Muchos funcionarios, escribanos y ministros del tribunal residían en el entorno de la primitiva ermita y eran miembros activos de la hermandad, lo que le confería un notable prestigio social y jurídico.
Esta relación explica también la posición acomodada de la cofradía en sus primeros siglos y su capacidad para encargar obras de arte de la máxima calidad a los mejores maestros de la época.
El conflicto con la Cofradía de la Piedad
A comienzos del siglo XVII, la cofradía mantuvo continuos y acalorados conflictos con la Cofradía de Nuestra Señora de la Piedad debido a la hora de celebración de sus respectivas procesiones y a cuestiones de precedencia. La situación llegó a tal punto que el obispado de Valladolid tomó la drástica decisión de obligar a ambas hermandades a fusionarse en 1617.
Sin embargo, esta solución impuesta no agradó a ninguna de las dos cofradías. La unión artificial se mantuvo tan solo hasta 1630, cuando ambas hermandades recuperaron su independencia y continuaron sus respectivos caminos, manteniendo hasta hoy su identidad propia y sus tradiciones diferenciadas.
Pioneros en la recuperación del porte a hombros
Un hito histórico en la Semana Santa vallisoletana moderna fue protagonizado por la Cofradía de las Angustias el 26 de marzo de 1991, Martes Santo de aquel año. En esa fecha, la hermandad sacó por primera vez en décadas sus pasos procesionales portados a hombros por los cofrades, abandonando los sistemas mecánicos de ruedas que se habían impuesto durante el siglo XX.
Esta iniciativa pionera marcó el inicio de un movimiento de recuperación de las tradiciones que se extendió rápidamente a todas las cofradías vallisoletanas. Hoy día, prácticamente todos los pasos de la Semana Santa de Valladolid se portan a hombros, gracias al ejemplo dado por la Cofradía de las Angustias hace más de tres décadas.
La coronación canónica de 2009
El 3 de octubre de 2009 constituye una fecha histórica para la cofradía y para la devoción mariana en Valladolid. En la Santa Iglesia Catedral, ante miles de fieles, la Virgen de las Angustias fue coronada canónicamente por el arzobispo Braulio Rodríguez Plaza, recién nombrado arzobispo primado de Toledo tras haber sido pastor de la archidiócesis vallisoletana.
La ceremonia incluyó el canto del himno compuesto especialmente para la ocasión, con letra original de Godofredo Garabito, que comienza con los versos: «Valladolid ante vos / se presenta humildemente / y os ofrece su presente / por ser la Madre de Dios». La corona, de orfebrería contemporánea, se suma a la corona de tipo resplandor que ya poseía la imagen desde época barroca.
Guía práctica para el visitante
Cómo llegar y dónde alojarse
La Iglesia Penitencial de Nuestra Señora de las Angustias se encuentra en pleno corazón del casco histórico de Valladolid, en la calle de las Angustias número 10, a escasos metros de la Plaza Mayor y del Teatro Calderón. Su ubicación céntrica la hace fácilmente accesible tanto a pie como en transporte público.
Para llegar en transporte público, varias líneas de autobús urbano tienen paradas cercanas en las calles aledañas. La Estación de Valladolid-Campo Grande (ferrocarril) se encuentra a aproximadamente 15 minutos caminando, mientras que la Estación de Autobuses está a unos 20 minutos a pie o 10 minutos en autobús.
En cuanto al alojamiento, Valladolid ofrece una amplia red hotelera para todos los presupuestos. Durante la Semana Santa, es altamente recomendable realizar reservas con varios meses de antelación, ya que la ciudad recibe decenas de miles de visitantes. Los hoteles del centro histórico permiten acceder fácilmente a todas las procesiones, aunque sus precios se incrementan notablemente en estas fechas. Existen también opciones de apartamentos turísticos, hostales y pensiones que ofrecen alternativas más económicas.
Mejor época para visitar y horarios
Aunque la iglesia penitencial puede visitarse durante todo el año en horarios de culto, la Semana Santa es sin duda el momento más espectacular para conocer el patrimonio de la cofradía en su esplendor. Las procesiones en las que participa la hermandad permiten contemplar las imágenes en su contexto original: portadas por las calles de la ciudad histórica, iluminadas por la luz de los cirios y acompañadas por el silencio respetuoso o por el sonido de las marchas procesionales.
Para quienes deseen disfrutar de la Semana Santa vallisoletana sin las aglomeraciones masivas del Viernes Santo, el Martes Santo ofrece una excelente oportunidad de presenciar la Procesión del Encuentro en un ambiente más recogido. La madrugada del Viernes Santo, aunque exige madrugar, proporciona una experiencia única e irrepetible: la Procesión de Regla en las horas más oscuras de la noche tiene una atmósfera de recogimiento espiritual difícil de igualar.
Fuera del tiempo pascual, los días de cultos especiales como el besapié del sábado de Pasión o la Fiesta de la Alegría del último domingo de mayo son también momentos propicios para acercarse a la cofradía y conocer sus tradiciones.
Vestimenta recomendada y comportamiento
Para asistir a las procesiones de Semana Santa en Valladolid, se recomienda vestir de forma respetuosa y abrigada. Las temperaturas en marzo o abril pueden ser frías, especialmente en las procesiones nocturnas y de madrugada, con medias que oscilan entre 5 y 15 grados centígrados. Es aconsejable llevar abrigo, bufanda y calzado cómodo, ya que se camina bastante para seguir los recorridos procesionales.
El comportamiento durante las procesiones debe ser de respeto y recogimiento. Aunque se trata de actos de proyección turística, siguen siendo ante todo manifestaciones religiosas y de fe. Se pide silencio durante el paso de las imágenes, evitar conversaciones en voz alta, y respetar los momentos de oración y canto. Las fotografías están permitidas, pero sin flash y sin entorpecer la visión de otras personas.
Al visitar la iglesia penitencial fuera de los actos procesionales, se debe guardar el debido respeto al espacio sagrado: silencio, vestimenta apropiada (evitar pantalones cortos, camisetas sin mangas o ropa excesivamente informal), y no realizar fotografías durante las celebraciones litúrgicas sin permiso.
Gastronomía tradicional de Cuaresma y Semana Santa
La visita a Valladolid durante la Semana Santa es también una oportunidad para degustar la gastronomía tradicional de estas fechas. En Castilla y León se mantienen vivas recetas centenarias vinculadas al tiempo cuaresmal y pascual.
El bacalao es el protagonista indiscutible de muchas mesas vallisoletanas durante estos días, preparado de múltiples formas: a la tranca (con pimientos), con patatas a lo pobre, al ajoarriero o en buñuelos. Las torrijas, elaboradas con pan, leche, huevo, azúcar y canela, son el postre típico por excelencia, pudiendo encontrarse en todas las pastelerías de la ciudad con variantes que incluyen miel, vino o rellenos diversos.
El potaje de vigilia, a base de garbanzos, espinacas y bacalao, es un plato tradicional que se consume especialmente el Viernes Santo. Las rosquillas de palo y las pastas de almendra son también dulces característicos de estas fechas en la repostería conventual vallisoletana.
Para acompañar estos manjares, nada mejor que los excelentes vinos de las denominaciones de origen cercanas: Ribera del Duero, Rueda, Toro o Cigales, que han convertido a la provincia de Valladolid en una de las capitales enológicas de España.
Preguntas frecuentes sobre la Cofradía de las Angustias
¿Desde cuándo existe la Cofradía de las Angustias?
Aunque se desconoce la fecha exacta de fundación, los documentos más antiguos conservados datan de 1536, cuando el papa Paulo III concedió bulas de privilegios a los cofrades. Las primeras Reglas formales fueron aprobadas en 1569. La tradición sitúa sus orígenes probablemente a finales del siglo XV, en tiempos de los Reyes Católicos.
¿Quién esculpió la Virgen de las Angustias?
La imagen titular fue realizada por el maestro Juan de Juni con posterioridad a 1561, probablemente hacia 1567. Juni era miembro de la cofradía y recibió el encargo de crear la imagen que presidiría las procesiones de la hermandad. Es considerada una de sus obras maestras y fue coronada canónicamente en 2009.
¿Por qué se llama «La Zapatona» a la Virgen?
El apodo popular de «La Zapatona» o «La Zapatuda» hace referencia al gran tamaño del zapato que asoma bajo las vestiduras de la imagen, un rasgo anatómico característico de las esculturas de Juan de Juni. Este detalle, muy diferente a los modelos actuales, es objeto de especial veneración en los besapiés organizados por la cofradía.
¿Qué es la Procesión de Regla de la madrugada del Viernes Santo?
Es la procesión privativa de la Cofradía de las Angustias que parte a la una de la madrugada del Viernes Santo desde su iglesia penitencial. En este desfile, la hermandad porta a hombros todos sus pasos hasta la Catedral para realizar una estación de penitencia. Es una de las procesiones más austeras y solemnes de la Semana Santa española.
¿Se puede visitar la iglesia fuera de la Semana Santa?
Sí, la Iglesia Penitencial de Nuestra Señora de las Angustias permanece abierta al culto durante todo el año en horarios establecidos. Los visitantes pueden contemplar las obras de arte que custodia, incluidas las imágenes de Juan de Juni, Francisco del Rincón y Gregorio Fernández. Es recomendable consultar los horarios específicos en la web de la cofradía o contactar previamente.
¿Qué significa el escudo de la cofradía?
El escudo de la hermandad presenta una cruz con un corazón cerca del pie en el que se clavan dos espadas que nacen de los extremos del travesaño. Este símbolo representa los Dolores de la Virgen María, especialmente las angustias que atravesaron su corazón durante la Pasión de Cristo.
¿Cómo puedo hacerme cofrade de la hermandad?
Para ingresar como cofrade en la Ilustre Cofradía Penitencial de Nuestra Señora de las Angustias, los interesados deben contactar con la hermandad a través de su correo electrónico (cofradia@cofradiadelasangustias.org) o acudir personalmente a la Casa de Hermandad en calle Angustias número 6. La cofradía informa sobre los requisitos, cuotas y compromisos que implica formar parte de esta histórica institución.
¿Cuántos cofrades participan en las procesiones?
En la actualidad, la cofradía cuenta con varios cientos de hermanos activos que participan en los desfiles procesionales. La Procesión de Regla de la madrugada del Viernes Santo requiere especialmente un número importante de cofrades, ya que todos los pasos se portan a hombros y el recorrido es largo y exigente físicamente.
Enlaces de interés
- Web oficial de la Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias
- Junta de Cofradías de Semana Santa de Valladolid
- Ayuntamiento de Valladolid – Información turística
- Turismo de Castilla y León
- Museo Nacional de Escultura de Valladolid
- Archidiócesis de Valladolid