Hermandad Penitencial de Ntro. Padre Jesús Atado a la Columna
La Hermandad Penitencial de Nuestro Padre Jesús Atado a la Columna es una de las cofradías más singulares y reconocibles de la Semana Santa vallisoletana. Fundada oficialmente en 1941, esta hermandad nace vinculada a las Congregaciones Marianas de San Estanislao de Kostka y San Luis Gonzaga, bajo la tutela de la Compañía de Jesús, lo que le otorga un marcado carácter mariano y jesuítico que perdura hasta nuestros días.
Con más de ochenta años de historia, esta cofradía es conocida por sus llamativos hábitos blancos y azul celeste —colores marianos por excelencia—, por su impresionante procesión del silencio del Martes Santo y por acompañar una de las obras maestras de la imaginería barroca española: el Señor Atado a la Columna de Gregorio Fernández. Su devoción, seriedad procesional y compromiso con la Inmaculada Concepción la convierten en un referente espiritual dentro del panorama cofrade vallisoletano.
Contenido
- 1 Raíces históricas y fundación
- 2 Ubicación y contacto
- 3 Indumentaria de los cofrades
- 4 Imágenes y patrimonio escultórico
- 5 Procesiones y desfiles durante la Semana Santa
- 6 Actos de culto a lo largo del año
- 7 Anécdotas y aspectos singulares
- 8 Guía práctica para el visitante
- 9 Preguntas frecuentes sobre la Hermandad
- 9.1 ¿Cuándo se fundó la Hermandad Penitencial de Nuestro Padre Jesús Atado a la Columna?
- 9.2 ¿Por qué los hábitos son blancos y azul celeste?
- 9.3 ¿Qué es la Peregrinación de la Promesa?
- 9.4 ¿Es el Cristo Atado a la Columna propiedad de esta hermandad?
- 9.5 ¿Cuántas imágenes procesiona la hermandad?
- 9.6 ¿Puedo hacerme cofrade de esta hermandad?
- 9.7 ¿Qué días procesiona esta cofradía?
- 9.8 ¿Por qué se llama «del silencio» la procesión del Martes Santo?
- 9.9 ¿Dónde se encuentra el Cristo Atado a la Columna fuera de Semana Santa?
- 9.10 ¿Qué relación tiene la hermandad con las Congregaciones Marianas?
- 10 Enlaces de interés
- 11 Cofradías y Hermandades
- 11.0.1 Cofradía de la Exaltación de la Santa Cruz y Ntra. Sra. de los Dolores
- 11.0.2 Cofradía de la Orden Franciscana Seglar V.O.T.
- 11.0.3 Cofradía de las Siete Palabras
- 11.0.4 Cofradía de Ntro. Padre Jesús Resucitado, María Stma. de la Alegría y las Lágrimas de San Pedro
- 11.0.5 Cofradía del Descendimiento y Santo Cristo de la Buena Muerte
- 11.0.6 Cofradía del Santo Entierro
- 11.0.7 Cofradía del Santo Sepulcro y Santísimo Cristo del Consuelo
- 11.0.8 Cofradía Penitencial de la Oración del Huerto y San Pascual Bailón
- 11.0.9 Cofradía Penitencial de la Sagrada Pasión de Cristo
- 11.0.10 Cofradía Penitencial de la Santa Vera-Cruz
- 11.0.11 Cofradía Penitencial de Ntro. Padre Jesús Nazareno
- 11.0.12 Cofradía Penitencial y Sacramental de la Sagrada Cena
- 11.0.13 Hermandad del Santísimo Cristo Jesús de Medinaceli, Nuestra Señora de la Divina Misericordia y Discípulo Amado
- 11.0.14 Hermandad del Santo Cristo de los Artilleros
- 11.0.15 Hermandad Penitencial de Ntro. Padre Jesús Atado a la Columna
- 11.0.16 Hermandad Universitaria del Santísimo Cristo de la Luz
- 11.0.17 Ilustre Cofradía Penitencial de Ntra. Sra. de las Angustias
- 11.0.18 Muy Ilustre Cofradía de Nuestra Señora de la Piedad
- 11.0.19 Real cofradía Penitencial del Santísimo Cristo Despojado, Cristo Camino del Calvario y Nuestra Señora de la Amargura
- 11.0.20 Real y Venerable Cofradía de la Preciosísima Sangre de Ntro. Señor Jesucristo
Raíces históricas y fundación
Los orígenes de la Hermandad Penitencial de Nuestro Padre Jesús Atado a la Columna se encuentran en la década de 1930, momento en que el arzobispo de Valladolid, Remigio Gandásegui y Gorrochátegui, impulsa un ambicioso proyecto de recuperación y renovación de la Semana Santa vallisoletana, que había sufrido una notable decadencia durante el siglo XIX.
El papel del Arzobispo Gandásegui
Consciente del extraordinario patrimonio escultórico que atesoraban los templos e instituciones vallisoletanas, y conocedor del fervor religioso de las Congregaciones Marianas, el Arzobispo Gandásegui tomó la iniciativa de encargar a estos jóvenes congregantes el acompañamiento de varios pasos procesionales en la renovada Procesión General del Viernes Santo, conocida popularmente como el «Santo Entierro del Señor».
En 1930, el prelado asignó responsabilidades específicas a las dos principales congregaciones marianas masculinas de Valladolid:
- A los congregantes de San Luis Gonzaga (conocidos como «Luises») se les encomendó el acompañamiento del paso del Camino del Calvario, que actualmente procesiona la Cofradía del Santo Cristo Despojado.
- A los congregantes de San Estanislao de Kostka (conocidos como «Kostkas») se les concedió el honor de alumbrar dos pasos de extraordinario valor: El Azotamiento del Señor y Jesús Atado a la Columna, obras que siguen procesionando hoy la hermandad.
Los primeros pasos: 1930-1941
Durante los primeros años, los congregantes participaban en las procesiones sin hábito penitencial, portando únicamente medallas y cordones blanquiazules que identificaban su pertenencia a las Congregaciones Marianas. Esta etapa fundacional fue crucial para asentar la devoción y crear una identidad propia que, con el tiempo, daría lugar a una hermandad independiente.
Los cincuenta y tres congregantes que constituirían el núcleo fundador no contaban con más recursos económicos que sus propias aportaciones personales. Sin embargo, su entusiasmo y compromiso les llevaron a adquirir todo el material y utillaje necesario para participar dignamente en las procesiones: hachones, faroles, cirios y, finalmente, los distintivos hábitos que hoy son seña de identidad de la hermandad.
La fundación oficial: 23 de mayo de 1941
El 23 de mayo de 1941, la hermandad dio el paso definitivo hacia su consolidación institucional. En un Cabildo General celebrado ese día se aprobaron los primeros estatutos, que serían ratificados por el Arzobispado de Valladolid el 11 de noviembre del mismo año. Nacía así oficialmente la Hermandad Penitencial de Nuestro Padre Jesús Atado a la Columna – Sección Penitencial de las Congregaciones Marianas de Valladolid.
Estos primeros estatutos establecieron las bases fundamentales de la cofradía, marcando directrices claras que aún hoy perviven:
- Primacía de la hermandad y fraternidad entre los miembros
- Fomento del culto a la imagen titular
- Compromiso con la seriedad en los desfiles procesionales
- Organización en diferentes clases de hermanos según su función
- Instauración del triduo a la imagen titular
- Juramento de ingreso a la cofradía (tradición que se ha perdido con el tiempo)
Además, los estatutos contemplaban la creación de una procesión propia, semilla de lo que décadas después sería la emblemática Peregrinación de la Promesa.
Evolución a lo largo del siglo XX
La década de 1950 resultó especialmente complicada para la hermandad debido a la extinción de las Congregaciones Marianas, su organización matriz. Esta crisis institucional puso en peligro la continuidad de la cofradía, que se vio obligada a buscar nuevas sedes y formas de organización independientes. Afortunadamente, el arraigo devocional y el compromiso de sus hermanos permitió superar este difícil momento.
La hermandad encontró refugio temporal en la Iglesia Penitencial de las Angustias, para posteriormente trasladarse a la Real Iglesia de San Miguel y San Julián, donde permanecería hasta 1998. Este periodo de itinerancia reforzó paradójicamente la cohesión interna y la identidad cofrade.
En 1951, la hermandad comenzó a participar en la Procesión del Santísimo Rosario del Dolor del Lunes Santo, siendo una de las cofradías fundadoras de este desfile procesional. Esta incorporación permitió que el Cristo Atado a la Columna tuviera una salida procesional propia, independiente de la Procesión General del Viernes Santo.
Un hito fundamental llegó en 1965, cuando la hermandad instituyó su procesión más emblemática: la Peregrinación de la Promesa, celebrada en la tarde del Martes Santo. Esta procesión, que transcurre en absoluto silencio hasta la Basílica Nacional de la Gran Promesa, se ha convertido en uno de los momentos más emotivos y característicos de la Semana Santa vallisoletana.
En 1987, la hermandad dio un paso histórico al permitir que las mujeres pudieran vestir el hábito si así lo deseaban. Desde entonces, la participación femenina no se limita a la condición de hermanas de devoción, sino que pueden integrarse plenamente en los desfiles procesionales, rompiendo con siglos de tradición exclusivamente masculina en las cofradías penitenciales.
El siglo XXI: consolidación y crecimiento
El año 1999 marcó un nuevo capítulo en la historia de la hermandad con su traslado a la Iglesia Conventual de Santa Isabel de Hungría, donde estableció su sede canónica y desarrolló una intensa actividad pastoral y devocional durante casi un cuarto de siglo.
En 2004, la hermandad alcanzó un objetivo largamente ansiado: la adquisición de una imagen propia. Hasta ese momento, todas las tallas que procesionaba la cofradía eran propiedad de otras instituciones (Vera Cruz, Cofradía de la Pasión, Museo Nacional de Escultura). El imaginero murciano José Antonio Hernández Navarro fue el encargado de crear el Santísimo Cristo de la Humildad, que en la Procesión General desfila con la denominación de Preparativos para la Flagelación. Esta imagen, de gran calidad técnica y devocional, ha reforzado la identidad propia de la hermandad.
A partir de 2023, la hermandad trasladó su sede canónica a la Iglesia de las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús, en la Plaza del Salvador del centro histórico vallisoletano, donde permanece en la actualidad desarrollando su labor pastoral y cofrade.
Ubicación y contacto
La Hermandad Penitencial de Nuestro Padre Jesús Atado a la Columna tiene su sede canónica oficial en la Iglesia de las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús, ubicada en la Plaza del Salvador número 4, en el corazón del centro histórico de Valladolid. Este templo, de estilo neoherreriano construido en 1904, fue durante muchos años referencia de la adoración perpetua en la ciudad.
Indumentaria de los cofrades
El hábito de la Hermandad Penitencial de Nuestro Padre Jesús Atado a la Columna es uno de los más elegantes y reconocibles de la Semana Santa vallisoletana. Sus colores blanco y azul celeste evocan inmediatamente su devoción mariana y su origen en las Congregaciones Marianas dedicadas a la Inmaculada Concepción.
Descripción del hábito
El atuendo completo se compone de las siguientes piezas:
- Túnica blanca confeccionada en tela mate, con botonadura forrada en azul celeste que recorre verticalmente el pecho. Los puños de las mangas son de color azul celeste y están rematados con elegante puntilla blanca, creando un contraste refinado.
- Capa blanca que cubre los hombros y espalda, con el escudo de la hermandad bordado en el lado izquierdo. Este manto aporta solemnidad al conjunto.
- Capirote de raso azul celeste, de aproximadamente 70 centímetros de altura, que distingue visualmente a esta hermandad de todas las demás cofradías vallisoletanas. Esta altura superior a la media es una de las señas de identidad más características.
- Muceta o esclavina de raso azul celeste, utilizada en los actos en los que se viste el hábito sin capirote, como cultos internos o ceremonias no procesionales.
- Cíngulo azul celeste que ciñe la cintura sobre la túnica.
- Calcetines y guantes blancos, que aportan uniformidad y pulcritud al conjunto.
- Zapato negro tipo caballero, sin tacón alto, y con hebillas plateadas, siguiendo la tradición del calzado procesional castellano.
Simbología de los colores
La elección de los colores blanco y azul celeste no es arbitraria, sino que responde a una profunda carga simbólica:
El blanco representa la pureza, la luz divina, la resurrección y la Inmaculada Concepción de María. Es el color mariano por excelencia en la tradición católica, especialmente vinculado al dogma concepcionista que fue el eje espiritual de las Congregaciones Marianas.
El azul celeste evoca el cielo, la trascendencia, la realeza de María como Reina del Cielo y su papel como intercesora entre lo humano y lo divino. Es también el color tradicional del manto de la Virgen en la iconografía cristiana.
La combinación de ambos colores sitúa a la hermandad en la tradición concepcionista y jesuítica, recordando constantemente sus orígenes en las Congregaciones Marianas de la Compañía de Jesús.
El escudo de la hermandad
El escudo que los cofrades portan bordado en la capa tiene un doble simbolismo. Presenta una cruz azul con una «M» superpuesta, símbolo mariano que evoca a María como Madre de Dios. Como segundo elemento, y en reconocimiento del origen congregacional, se adoptó el emblema de las extinguidas Congregaciones Marianas, perpetuando así su memoria y legado espiritual.
Imágenes y patrimonio escultórico
La Hermandad Penitencial de Nuestro Padre Jesús Atado a la Columna tiene el privilegio de procesionar tres magníficas imágenes que abarcan desde el apogeo del barroco castellano del siglo XVII hasta la imaginería contemporánea del siglo XXI.
El Señor Atado a la Columna (Gregorio Fernández, 1619-1623)
La joya indiscutible del patrimonio de la hermandad es El Señor Atado a la Columna, obra maestra de Gregorio Fernández realizada entre 1619 y 1623. Esta talla constituye el mayor exponente mundial de representación escultórica de Cristo atado a la columna, sirviendo de modelo insuperable a innumerables obras posteriores del periodo barroco.
La imagen fue encargada por la Cofradía Penitencial de la Santa Vera Cruz, que sigue siendo su propietaria, aunque su titularidad devocional y el encargo de procesionarla está atribuido a perpetuidad desde 1930 a esta hermandad por Decreto arzobispal.
Descripción artística: La talla representa a Cristo en el momento posterior a la flagelación, atado a una columna baja. El cuerpo desnudo muestra una perfección anatómica extraordinaria, con el torso ligeramente inclinado, los brazos tensados hacia atrás por las ligaduras y la cabeza levemente caída. El modelado de la musculatura es magistral, mostrando la tensión del dolor sin caer en el exceso.
El rostro transmite una mezcla de sufrimiento sereno y dignidad. Los ojos entrecerrados, los labios entreabiertos y la expresión contenida consiguen conmover profundamente al espectador. La policromía, aunque oscurecida por el incendio del templo de la Vera Cruz en 1806, conserva su capacidad expresiva, con heridas y contusiones tratadas con gran realismo.
La imagen se conserva en un retablo del lateral derecho del altar mayor de la Iglesia Penitencial de la Santa Vera Cruz, donde recibe culto durante todo el año. Allí acuden los hermanos cofrades para sus momentos de devoción privada.
La carroza procesional: Desde principios de la década de 1940, el Cristo desfila sobre una impresionante carroza de plata (alpaca plateada) con tres niveles y cuatro voluminosas lámparas cerradas. Esta carroza, que sustituyó a unas sencillas andas de madera, fue innovadora en su diseño: fue la primera en Valladolid diseñada para ser guiada sin lanza, siendo empujada desde el interior sin necesidad de guía exterior, lo que facilitaba enormemente la movilidad del paso en las estrechas calles del centro histórico.
El paso se completa con un adorno floral que es admirado en la Semana Santa vallisoletana por su elegancia y buen gusto. De hecho, suele marcar la estética floral de los desfiles de Pasión, ya que la imagen sale el Lunes Santo y es de las primeras en estar preparada.
El Azotamiento del Señor (Escuela Castellana, hacia 1650)
Este conjunto escultórico, atribuido a Francisco Díez de Tudanca y Antonio de Ribera —discípulos de Gregorio Fernández— fue realizado hacia 1650 para la Cofradía Penitencial de la Sagrada Pasión de Cristo.
El paso representa la escena de la flagelación de Cristo, con la imagen central de Nuestro Padre Jesús Flagelado y figuras de sayones procedentes del Museo Nacional de Escultura. Aunque de calidad técnica inferior a las obras del propio Gregorio Fernández, el conjunto posee notable valor artístico y devocional.
Existe cierta controversia entre los historiadores del arte sobre la disposición original de estas figuras. Algunos autores creen que algunas de ellas no pertenecieron originalmente al paso encargado por la Cofradía de la Pasión, sino al de la Flagelación encargado a Gregorio Fernández por la Cofradía de la Vera Cruz, cuya imagen central sería precisamente El Señor Atado a la Columna. Esta teoría se fundamenta en que al menos una talla de este conjunto parece obra del propio Fernández.
La disposición actual obedece al inventario realizado por Juan Agapito y Revilla cuando catalogó las figuras del Museo entre 1921 y 1922, por lo que no sabemos con certeza cómo era la composición original del siglo XVII.
En 2004, la hermandad culminó un importante proyecto al encargar una imagen propia al imaginero murciano José Antonio Hernández Navarro. Esta talla recibe el nombre devocional de Santísimo Cristo de la Humildad, aunque en la Procesión General desfila con el título de Preparativos para la Flagelación.
La obra representa a Cristo en el momento previo al tormento, con las manos atadas, el torso desnudo y una expresión de recogimiento interior. Hernández Navarro, siguiendo la tradición de la escuela murciana pero adaptándose a la estética castellana, creó una imagen de gran calidad técnica que combina el realismo anatómico con la expresividad contenida característica del barroco vallisoletano.
Esta imagen supuso un hito fundamental para la hermandad, que por primera vez contaba con patrimonio escultórico propio, reforzando así su identidad independiente respecto a las cofradías propietarias de las otras tallas que procesiona.
Procesiones y desfiles durante la Semana Santa
La Hermandad Penitencial de Nuestro Padre Jesús Atado a la Columna participa en cuatro salidas procesionales durante la Semana Santa vallisoletana, cada una con características propias y un profundo significado litúrgico y devocional.
Domingo de Ramos: Procesión de las Palmas
Horario: Variable (tarde)
Salida: Diversos puntos del centro histórico
Participación: Sin paso propio
La hermandad participa en la procesión inaugural de la Semana Santa vallisoletana, la Procesión de las Palmas, aunque sin portar ningún paso propio. Los cofrades, vestidos con su característico hábito blanco y azul celeste, se suman al cortejo procesional que acompaña a las imágenes de la Entrada de Jesús en Jerusalén por las calles del centro histórico.
Esta participación marca la presencia de la hermandad en el arranque oficial de la Semana Mayor, mostrando su compromiso con toda la celebración pascual, no solo con los momentos centrales de la Pasión.
Lunes Santo: Procesión del Santísimo Rosario del Dolor
Horario: Variable (tarde)
Salida: Iglesia de las Esclavas del Sagrado Corazón
Imagen: El Señor Atado a la Columna (Gregorio Fernández)
Llegada: Iglesia de las Esclavas del Sagrado Corazón
La tarde del Lunes Santo constituye la primera gran salida procesional de la hermandad durante la Semana Santa propiamente dicha. La Procesión del Santísimo Rosario del Dolor fue creada en 1951, y la Hermandad de Jesús Atado a la Columna fue una de sus cofradías fundadoras.
El paso del Señor Atado a la Columna desfila en su magnífica carroza de plata, ocupando el segundo lugar en el orden procesional, representando el Segundo Misterio Doloroso. La imagen va acompañada por los cofrades vestidos con su hábito completo, portando cirios y creando un impactante contraste cromático: el blanco y azul celeste de las túnicas frente al plateado de la carroza y el dorado de los hachones.
El recorrido transcurre por las principales calles del centro histórico, entre el recogimiento de los vallisoletanos que contemplan el primer gran desfile de pasos de la Semana Mayor. Las bandas de música interpretan marchas procesionales que acompañan el paso de las imágenes, creando una atmósfera de profunda emoción.
Martes Santo: Peregrinación de la Promesa
Horario: 22:30 horas
Salida: Iglesia de las Esclavas del Sagrado Corazón
Imagen: El Señor Atado a la Columna (Gregorio Fernández)
Llegada: Basílica Nacional de la Gran Promesa
La Peregrinación de la Promesa del Martes Santo es, sin duda, el momento más emblemático y característico de la hermandad. Esta procesión, instituida en 1965, es conocida como la procesión del silencio, y constituye una de las manifestaciones de fe más profundas y emocionantes de toda la Semana Santa española.
El silencio como seña de identidad: La procesión transcurre en absoluto silencio, apenas roto por una campana portada a hombros que marca el ritmo del desfile. No hay música, no hay tambores, no hay conversaciones. Solo el sonido metálico y solemne de la campana resonando en las calles oscuras del centro histórico, el roce de las túnicas y el paso cadencioso de los cofrades.
Este silencio no es vacío, sino cargado de oración, recogimiento y meditación sobre la Pasión de Cristo. Los espectadores guardan también un respetuoso mutismo, contagiados por la atmósfera de devoción que envuelve el desfile.
El destino: la Basílica de la Gran Promesa: La peregrinación se dirige a la Basílica Nacional de la Gran Promesa, templo consagrado al Sagrado Corazón de Jesús y lugar donde en 1733 el Beato Bernardo Francisco de Hoyos recibió la revelación de la Gran Promesa. Ante la imagen de Nuestra Señora del Pilar, los cofrades renuevan solemnemente su voto de silencio en los desfiles procesionales, comprometiéndose a mantener el recogimiento y la ausencia de ruidos innecesarios en todas sus salidas.
Este acto de renovación de votos ante la Virgen refuerza el carácter mariano de la hermandad, vinculando su origen en las Congregaciones Marianas con su presente devocional.
Simbolismo: La idea de una procesión propia en silencio surgió originalmente en 1965, cuando se proyectó acudir con el Señor Atado a la Columna a la Iglesia de San Lorenzo, donde se custodia la imagen de Nuestra Señora de San Lorenzo, patrona de Valladolid. Finalmente se optó por dirigirse a la iglesia de Nuestra Señora del Pilar, que en aquel momento era un templo encomendado a la Compañía de Jesús situado en uno de los barrios más humildes de la ciudad.
Esta elección conectaba simbólicamente con los orígenes jesuíticos de la hermandad y manifestaba un compromiso social con los más desfavorecidos, valores propios de la espiritualidad ignaciana.
Viernes Santo: Procesión General de la Sagrada Pasión del Redentor
Horario: 19:30 horas
Salida: Iglesia de las Esclavas del Sagrado Corazón
Imágenes: Santísimo Cristo de la Humildad (Preparativos para la Flagelación), El Azotamiento del Señor, y El Señor Atado a la Columna
Llegada: Iglesia de las Esclavas del Sagrado Corazón (madrugada del Sábado Santo)
La culminación de la Semana Santa para la Hermandad Penitencial de Nuestro Padre Jesús Atado a la Columna llega con la Procesión General del Viernes Santo, el desfile procesional más importante, largo y multitudinario de toda la Semana Santa vallisoletana.
En esta magna procesión, que congrega a las veinte cofradías de la ciudad con sus pasos más representativos, la hermandad participa con tres imágenes:
- Preparativos para la Flagelación (Santísimo Cristo de la Humildad): obra contemporánea de José Antonio Hernández Navarro que abre la representación del ciclo de la flagelación.
- El Azotamiento del Señor: conjunto de la Escuela Castellana del siglo XVII que representa el momento del tormento.
- El Señor Atado a la Columna: obra maestra de Gregorio Fernández que cierra la secuencia, mostrando a Cristo exhausto tras la flagelación.
Esta triple participación convierte a la hermandad en una de las que más presencia tiene en la Procesión General, narrando de forma completa y magistral uno de los episodios más dramáticos de la Pasión.
El recorrido se extiende durante más de ocho horas, atravesando las principales calles y plazas del centro histórico en medio de un silencio respetuoso apenas roto por el sonido de los tambores y las marchas procesionales. Los cofrades demuestran su resistencia física y su entrega espiritual, manteniendo el voto de silencio durante toda la noche. La llegada se produce ya en la madrugada del Sábado Santo, cerrando así la participación de la hermandad en las procesiones de la Semana Mayor.
Actos de culto a lo largo del año
La vida de la Hermandad Penitencial de Nuestro Padre Jesús Atado a la Columna no se limita a la Semana Santa. A lo largo del año litúrgico, la cofradía organiza diversos actos religiosos, formativos y caritativos que fortalecen la vida espiritual de sus miembros y su compromiso con la sociedad.
Tiempo de Cuaresma
Durante la Cuaresma, la hermandad intensifica su actividad espiritual con varios actos destacados:
Triduo al Santo Cristo de la Humildad: Tiene lugar en la Capilla de la Congregación Mariana durante el jueves, viernes y sábado de la segunda semana de Cuaresma. Este ciclo de tres días incluye misas solemnes, meditaciones sobre la Pasión y momentos de adoración. El último día se celebra el besapié a la imagen, permitiendo a los fieles expresar su devoción personal.
Triduo a Nuestro Padre Jesús Atado a la Columna: En las semanas previas a la Semana Santa, la hermandad organiza un triduo específico dedicado a su imagen titular, el Cristo de Gregorio Fernández. Estos tres días de oración preparan espiritualmente a los hermanos para vivir con intensidad los misterios de la Pasión.
Misa Cuaresmal: La hermandad celebra una misa especial durante el tiempo de Cuaresma, reforzando el sentido penitencial del tiempo litúrgico y la preparación para la Pascua.
Novena a la Inmaculada Concepción: Fiel a sus orígenes marianos y concepcionistas, cada mes de diciembre la hermandad celebra una solemne novena en honor de la Inmaculada Concepción. Durante nueve días consecutivos previos al 8 de diciembre, los hermanos se reúnen para orar a María bajo esta advocación que fue eje espiritual de las Congregaciones Marianas.
Esta devoción no es accidental: las Congregaciones de San Estanislao de Kostka y San Luis Gonzaga tenían como fundamento espiritual la defensa y promoción del dogma de la Inmaculada Concepción de María, lo que explica los colores blanquiazules del hábito.
Actos institucionales
Pregón de Semana Santa: La hermandad organiza anualmente un pregón en el que diversas personalidades del mundo religioso, cultural, militar o social son invitadas a reflexionar sobre el significado de la Semana Santa y, en particular, sobre la devoción al Señor Atado a la Columna.
Entre los pregoneros de los últimos años destacan: Mons. Julio Alberto de Pablos (Rector de la Basílica de la Gran Promesa, 2016), Juan Zapatero (Presidente de la Fundación Villalar, 2017), Javier Garicano Añíbarro (Decano del Ilustre Colegio de Abogados, 2018), Rvdo. Francisco Javier Boada González (Capellán castrense, 2019), Julia González Calleja (Intendente Jefe de la Policía Municipal, 2020) y Rvdo. Javier Carlos Gómez Gómez (Párroco de San Miguel y San Julián, 2021).
Cabildos Ordinarios y Extraordinarios: La hermandad celebra regularmente reuniones de Cabildo donde se tratan los asuntos organizativos, económicos y pastorales de la cofradía, permitiendo la participación activa de todos los hermanos en la toma de decisiones.
Más allá de los actos estrictamente litúrgicos, la hermandad desarrolla una intensa labor formativa y caritativa:
- Actividades con los más pequeños: programas de catequesis y formación para niños, acercándoles al significado de la Semana Santa.
- Convivencias con el Grupo Joven: encuentros fraternos que refuerzan los vínculos entre los miembros más jóvenes de la hermandad.
- Sesiones formativas: charlas, conferencias y cursos sobre temas relacionados con la fe, la historia del arte sacro o la espiritualidad ignaciana.
- Acciones caritativas: la hermandad organiza conciertos benéficos, campañas de donación de sangre, recogida de juguetes y alimentos para los más necesitados, manteniendo vivo el espíritu de caridad propio de las Congregaciones Marianas.
Anécdotas y aspectos singulares
La campana del silencio
Uno de los elementos más reconocibles de la hermandad es la campana que se porta a hombros durante la Peregrinación de la Promesa del Martes Santo. Este singular instrumento no tiene función musical, sino que marca el ritmo de la procesión con su tañido monótono y solemne, llamando simultáneamente al silencio y a la oración.
El hermano que porta la campana tiene una responsabilidad especial: debe mantener un ritmo constante y adecuado, sin aceleraciones ni pausas bruscas, creando una cadencia hipnótica que envuelve todo el desfile en una atmósfera de recogimiento casi mística.
El capirote de 70 centímetros
El capirote de la hermandad mide aproximadamente 70 centímetros, siendo uno de los más altos de la Semana Santa vallisoletana. Esta característica lo convierte en un elemento distintivo que permite identificar a los cofrades de Jesús Atado a la Columna entre todas las demás hermandades.
La altura del capirote no es caprichosa: responde a criterios estéticos de proporcionalidad con el cuerpo humano y busca aportar mayor solemnidad y verticalidad al conjunto, dirigiendo simbólicamente la mirada hacia lo alto, hacia el cielo.
La primera carroza sin lanza
La carroza de plata que porta al Señor Atado a la Columna desde principios de los años cuarenta fue revolucionaria en su diseño: constituyó la primera carroza de Valladolid diseñada para ser guiada sin lanza. El paso es empujado desde el interior por los costaleros, sin necesidad de que nadie guíe desde el exterior mediante una lanza o vara.
Esta innovación técnica facilitó enormemente la movilidad del paso por las estrechas calles medievales del centro histórico y fue posteriormente imitada por otras cofradías vallisoletanas.
De congregantes a cofrades
La hermandad conserva celosamente la memoria de sus orígenes congregacionales. Aunque las Congregaciones Marianas de San Estanislao de Kostka y San Luis Gonzaga se extinguieron en la década de 1950, la cofradía ha mantenido vivos sus valores: devoción mariana, espiritualidad ignaciana, compromiso social y seriedad procesional.
El escudo de la hermandad, que incorpora el emblema de las extinguidas Congregaciones Marianas, es un recordatorio permanente de estas raíces y un homenaje a aquellos primeros cincuenta y tres congregantes que, en 1941, dieron el paso de constituirse formalmente como hermandad penitencial.
La apertura a la mujer en 1987
El año 1987 marcó un punto de inflexión en la historia de la hermandad al permitir que las mujeres pudieran vestir el hábito y participar plenamente en las procesiones. Esta decisión, que hoy puede parecer natural, fue en su momento un paso valiente que rompió con siglos de tradición exclusivamente masculina en las cofradías penitenciales castellanas.
Desde entonces, las mujeres han ido ocupando progresivamente puestos de responsabilidad en la Junta de Gobierno y en los distintos cargos de la hermandad, enriqueciendo con sus perspectivas y su compromiso la vida cofrade.
El traslado del Cristo a la Vera Cruz en 1998
En 1998, con motivo del quinto centenario de la fundación de la Cofradía de la Vera Cruz, esta solicitó alumbrar en su Procesión de Regla de la madrugada del Viernes Santo la totalidad de sus pasos, incluyendo el Señor Atado a la Columna.
La petición fue concedida, y durante esa Semana Santa el Cristo procesionó excepcionalmente con su cofradía propietaria. Este hecho, lejos de crear tensiones, sirvió para reforzar los lazos fraternos entre ambas hermandades y recordar que el patrimonio escultórico vallisoletano es un bien común al servicio de la fe del pueblo.
Una imagen que marcó tendencia floral
El adorno floral del paso del Señor Atado a la Columna se ha convertido en referente estético de la Semana Santa vallisoletana. Cada año, el diseño y la ejecución de este adorno es observado con atención por las demás cofradías, ya que marca las tendencias florales de toda la temporada.
La hermandad cuida con especial esmero este aspecto, combinando tradición y renovación, elegancia y sobriedad, creando composiciones que realzan la belleza de la imagen sin eclipsarla.
Guía práctica para el visitante
Si estás planificando tu visita a Valladolid para presenciar las procesiones de la Hermandad Penitencial de Nuestro Padre Jesús Atado a la Columna, aquí encontrarás información útil para aprovechar al máximo tu experiencia.
Cómo llegar a Valladolid
En tren: La estación de Valladolid-Campo Grande cuenta con servicios de Alta Velocidad (AVE) desde Madrid (1 hora), Barcelona (4 horas) y otras ciudades importantes. Desde la estación, el centro histórico está a 10 minutos a pie.
En autobús: La Estación de Autobuses, situada en el Puente Colgante, conecta Valladolid con toda España. Autobuses urbanos o un paseo de 15 minutos te llevarán al centro.
En coche: Valladolid está bien comunicada por la A-62, A-6 y A-11. Hay varios aparcamientos públicos en el centro (Plaza Mayor, Caño Argales).
En avión: El aeropuerto de Valladolid está a 15 km del centro, con servicio de taxi y autobús.
Alojamiento recomendado
Durante la Semana Santa es imprescindible reservar con antelación. La mejor zona es el centro histórico, cerca de la Plaza Mayor, Calle Santiago, Plaza de Zorrilla y Acera de Recoletos. Desde allí podrás acceder cómodamente a pie a todos los recorridos procesionales.
Mejores lugares para ver las procesiones
Lunes Santo (Rosario del Dolor): La salida desde la Iglesia de las Esclavas (Plaza del Salvador) ofrece una visión privilegiada. También son buenos puntos las calles del centro histórico y la Plaza Mayor.
Martes Santo (Peregrinación de la Promesa): Esta es la procesión más especial. Puedes situarte en el recorrido desde la Plaza del Salvador hasta la Basílica de la Gran Promesa (Calle Alonso Pesquera). El momento del voto de silencio en el interior de la Basílica es extraordinariamente emotivo. Llega con al menos una hora de antelación para conseguir sitio.
Viernes Santo: Cualquier punto del recorrido de la Procesión General es válido. La Plaza Mayor, Calle Santiago y la Acera de Recoletos son lugares tradicionales con gran afluencia.
Qué vestir
La Semana Santa en Valladolid se celebra entre finales de marzo y principios de abril, cuando el clima puede ser frío:
- Ropa de abrigo: chaqueta, abrigo o cortavientos para las procesiones nocturnas
- Calzado cómodo: vas a caminar y estar de pie mucho tiempo
- Paraguas o chubasquero: las lluvias primaverales son frecuentes
- Vestimenta respetuosa: por el carácter religioso del evento
Gastronomía y dulces típicos
Platos de Cuaresma:
- Potaje de vigilia con bacalao
- Bacalao al ajoarriero
- Sopa de ajo castellana
- Truchas escabechadas
Dulces de Semana Santa: Valladolid es famosa por su repostería conventual. Puedes comprar en:
- Convento de Santa Isabel: amarguillos, mantecados, tejas de almendra, yemas
- Torrijas: el dulce estrella de Semana Santa
- Rosquillas de palo: dulce tradicional vallisoletano
Vinos: Degusta vinos de Ribera del Duero, Rueda, Cigales y Toro.
Tapeo: Las calles del Rastro, Plaza del Val, Pasión y la zona de Paraíso concentran excelentes bares de tapas.
Experiencia sensorial
Presenciar las procesiones de la hermandad es una experiencia que involucra todos los sentidos:
El silencio del Martes Santo: La Peregrinación de la Promesa crea una atmósfera única. El silencio absoluto, roto solo por el tañido de la campana, genera una intensidad emocional difícil de describir.
Los colores: El contraste del blanco y azul celeste de las túnicas sobre el fondo oscuro de la noche, la plata de la carroza y el dorado de los hachones crean un espectáculo visual inolvidable.
El aroma: El olor a incienso y cera de las velas impregna las calles durante las procesiones.
La luz nocturna: Los juegos de luces y sombras sobre las fachadas históricas, la iluminación tenue de las calles y los hachones portados por los cofrades crean una atmósfera mágica.
Preguntas frecuentes sobre la Hermandad
¿Cuándo se fundó la Hermandad Penitencial de Nuestro Padre Jesús Atado a la Columna?
La hermandad se fundó oficialmente el 23 de mayo de 1941, aunque sus orígenes se remontan a 1930, cuando las Congregaciones Marianas de San Estanislao de Kostka comenzaron a acompañar los pasos del Azotamiento y Jesús Atado a la Columna por encargo del Arzobispo Remigio Gandásegui.
¿Por qué los hábitos son blancos y azul celeste?
Los colores blanco y azul celeste fueron elegidos por ser los colores propios de las Congregaciones Marianas de donde procede la hermandad. Estos colores evocan la devoción a la Inmaculada Concepción: el blanco representa la pureza de María y el azul celeste su condición de Reina del Cielo. Es una seña de identidad que conecta la hermandad con sus raíces jesuíticas y marianas.
¿Qué es la Peregrinación de la Promesa?
Es la procesión propia de la hermandad, celebrada en la noche del Martes Santo desde 1965. Se caracteriza por el silencio absoluto, roto únicamente por el tañido de una campana portada a hombros que marca el ritmo. Los cofrades se dirigen a la Basílica Nacional de la Gran Promesa, donde renuevan su voto de silencio ante la imagen de Nuestra Señora del Pilar. Es una de las procesiones más emotivas y singulares de toda España.
¿Es el Cristo Atado a la Columna propiedad de esta hermandad?
No, la imagen del Señor Atado a la Columna de Gregorio Fernández es propiedad de la Cofradía Penitencial de la Santa Vera Cruz. Sin embargo, desde 1930, por Decreto arzobispal, la titularidad devocional y el encargo de procesionarla está atribuido a perpetuidad a la Hermandad de Jesús Atado a la Columna. La hermandad se encarga de su culto y de sacarla en procesión.
¿Cuántas imágenes procesiona la hermandad?
La hermandad procesiona tres imágenes de Cristo: el Señor Atado a la Columna (Gregorio Fernández, h. 1619-1623), que sale en Lunes Santo, Martes Santo y Viernes Santo; El Azotamiento del Señor (Escuela Castellana, h. 1650), que sale en Viernes Santo; y el Santísimo Cristo de la Humildad o Preparativos para la Flagelación (José Antonio Hernández Navarro, 2004), imagen propia de la hermandad que procesiona en Viernes Santo.
¿Puedo hacerme cofrade de esta hermandad?
Sí, cualquier persona puede solicitar su ingreso en la hermandad. Para más información, puedes contactar a través de la web oficial atadovalladolid.com o acudir a la Iglesia de las Esclavas del Sagrado Corazón en Plaza del Salvador, 4. La hermandad acoge con alegría a nuevos miembros que deseen formar parte de su familia cofrade.
¿Qué días procesiona esta cofradía?
La hermandad participa en cuatro desfiles procesionales: Domingo de Ramos (Procesión de las Palmas, sin paso propio), Lunes Santo (Procesión del Santísimo Rosario del Dolor, con el Señor Atado a la Columna), Martes Santo (Peregrinación de la Promesa, con el Señor Atado a la Columna) y Viernes Santo (Procesión General, con tres imágenes).
¿Por qué se llama «del silencio» la procesión del Martes Santo?
Porque transcurre en absoluto silencio, sin música, sin tambores y sin conversaciones. Solo se escucha el tañido de una campana que marca el ritmo y llama al recogimiento. Los cofrades han hecho voto de silencio en las procesiones, y esta salida del Martes Santo es la máxima expresión de ese compromiso. El objetivo es favorecer la oración, la meditación y la contemplación de la Pasión de Cristo.
¿Dónde se encuentra el Cristo Atado a la Columna fuera de Semana Santa?
La imagen de Gregorio Fernández se conserva y recibe culto permanente en la Iglesia Penitencial de la Santa Vera Cruz, situada en la calle Platerías del centro histórico de Valladolid. Está ubicada en un retablo del lateral derecho del altar mayor, donde puede ser contemplada por fieles y visitantes durante todo el año.
¿Qué relación tiene la hermandad con las Congregaciones Marianas?
La hermandad nació de las Congregaciones Marianas de San Estanislao de Kostka y San Luis Gonzaga, agrupaciones juveniles católicas tuteladas por los jesuitas. Aunque las Congregaciones se extinguieron en los años 50, la hermandad mantiene vivo su legado espiritual: devoción mariana (especialmente a la Inmaculada Concepción), espiritualidad ignaciana, compromiso social y los colores blanquiazules en el hábito. El escudo de la hermandad incorpora el emblema de las antiguas Congregaciones como homenaje permanente.
Enlaces de interés
- Web oficial de la Hermandad: atadovalladolid.com
- Junta de Cofradías de Semana Santa de Valladolid: jcssva.org
- Iglesia Penitencial de la Vera Cruz: santaveracruz.es
- Basílica Nacional de la Gran Promesa: basilicagranpromesa.es
- Turismo Valladolid: info.valladolid.es
- Ayuntamiento de Valladolid: www.valladolid.es
- Turismo Provincia de Valladolid: www.provinciadevalladolid.com
- Diputación Provincial de Valladolid: www.dipvalladolid.es