Cofradía Penitencial de la Sagrada Pasión de Cristo

La Cofradía Penitencial de la Sagrada Pasión de Cristo constituye una de las instituciones más emblemáticas y antiguas de la Semana Santa de Valladolid.

Contenido

Orígenes y trayectoria histórica

Fundada oficialmente en octubre de 1531, cuando el Abad de Valladolid Alonso Enríquez aprobó su primera regla, esta hermandad nació del fervor religioso de un grupo de hombres pertenecientes a la parroquia de Santiago. Aunque algunas fuentes históricas, como las crónicas del erudito Manuel Canesi, sugieren la existencia de una ermita o humilladero relacionado con la cofradía ya a finales del siglo XV en las inmediaciones del Fuentealbilla, la documentación fehaciente establece su constitución formal en la tercera década del siglo XVI.

Desde sus albores, la cofradía adoptó como patrón a San Juan Bautista Degollado, estableciendo un vínculo espiritual con la célebre Hermandad de la Misericordia de la nación Florentina de Roma, también conocida como San Juan de los Florentinos. Esta agregación, formalizada en 1576, no fue meramente honorífica: permitió a la hermandad vallisoletana beneficiarse de las mismas bulas pontificias e indulgencias que la Santa Sede había concedido a la cofradía italiana, elevando su prestigio religioso y otorgándole privilegios únicos entre las instituciones piadosas de la ciudad.

El 18 de marzo de 1581 marcó un hito fundamental en la historia de la hermandad: la inauguración de su propia iglesia penitencial, un templo que durante más de tres siglos fue el corazón espiritual y logístico de la cofradía. Este edificio, situado en la calle que posteriormente llevaría el nombre de la Pasión, acogió no solo las imágenes procesionales y el culto cotidiano, sino también el pequeño hospital que la cofradía mantenía para sus obras de misericordia.

A lo largo del siglo XVII, la hermandad vivió su época dorada, encargando algunos de los conjuntos escultóricos más sobresalientes de la Semana Santa vallisoletana a maestros de la talla de Francisco de Rincón, Gregorio Fernández y Bernardo del Rincón. La primitiva imagen de la Virgen de la Pasión, obra de Francisco Giralte (1553), fue acompañándose de piezas magistrales: La Elevación de la Cruz (1604), el Camino del Calvario (1614), la Flagelación y el denominado Paso Nuevo de Nuestra Señora y San Juan (1650), y el universalmente venerado Santísimo Cristo del Perdón (1656).

Sin embargo, el siglo XIX trajo consigo un periodo de declive inexorable. La pérdida progresiva de hermanos, las dificultades económicas y los cambios sociales redujeron dramáticamente la actividad de la cofradía. En 1924, su iglesia penitencial fue declarada en estado ruinoso, y dos años después, en 1926, el arzobispo Remigio Gandásegui ordenó su cierre definitivo al culto. Este acontecimiento desencadenó un largo peregrinaje de las imágenes por diversos templos de la ciudad: San Felipe Neri, el Santuario Nacional de la Gran Promesa, la iglesia de la Magdalena, hasta que finalmente, en 1993, la hermandad encontró su actual sede canónica en el Real Monasterio de San Quirce y Santa Julita, donde permanece hasta nuestros días.

Durante ese difícil periodo de transición, la cofradía llegó a ser conocida como Comisaría del Santísimo Cristo del Perdón, nombre que mantuvo hasta 1992, cuando recuperó su denominación original y gran parte de su patrimonio histórico-artístico, iniciando así una nueva etapa de esplendor y renovación.

Templo conventual de San Quirce y Santa Julita

La Real Iglesia Conventual de San Quirce y Santa Julita, situada en la Plaza de la Trinidad, constituye el hogar espiritual de la Cofradía Penitencial de la Sagrada Pasión de Cristo desde 1993. Este templo conventual, de sobria arquitectura y profunda espiritualidad, alberga las imágenes titulares de la hermandad y sirve como punto de partida para sus procesiones penitenciales. El recinto sagrado conserva el ambiente de recogimiento necesario para los cultos cuaresmales y la veneración permanente de las tallas cristíferas y marianas que la cofradía custodia con devoción secular.

Indumentaria procesional de los cofrades

El hábito penitencial de la Cofradía de la Sagrada Pasión de Cristo se caracteriza por su sobriedad cromática y su profundo simbolismo. Los hermanos visten túnica y capa de color gris, que evoca la humildad y la penitencia, cualidades fundamentales en el espíritu de las cofradías históricas. El capirote negro cubre el rostro del cofrade, preservando el anonimato que exige la verdadera mortificación cristiana.

El atuendo se completa con cíngulo blanco, símbolo de pureza y castidad, y guantes blancos que contrastan con el zapato y calcetín negros. En el lateral izquierdo de la capa, los cofrades lucen el escudo de la hermandad, distintivo que identifica su pertenencia a esta venerable institución.

La medalla corporativa presenta en su anverso la imagen en relieve del Santísimo Cristo del Perdón, junto con la inscripción «Cofradía Penitencial de la Sagrada Pasión de Cristo». En el reverso aparecen los símbolos de la Pasión de Cristo con la leyenda «Iglesia de San Quirce y Santa Julita – Valladolid». La medalla pende de un cordón gris, excepto en el caso de los miembros del Cabildo de Gobierno, que lo portan de color negro y plata, mientras que el Alcalde de la cofradía lo lleva íntegramente de plata, como distinción de su autoridad dentro de la hermandad.

Cuando los cofrades no utilizan capirote, éste se sustituye por una muceta negra con puntilla blanca, que aporta un toque de distinción sin romper la austeridad cromática del conjunto. Durante la procesión del Jueves Santo, los hermanos que acompañan más próximos a los pasos portan en el interior de su hábito una esquila que, con el movimiento, suena rítmicamente, dotando de una sonoridad peculiar y conmovedora al discurrir de las imágenes por las calles vallisoletanas.

Patrimonio escultórico y obras maestras del barroco castellano

La Cofradía Penitencial de la Sagrada Pasión de Cristo atesora uno de los patrimonios escultóricos más valiosos de la Semana Santa española, con obras que representan la cumbre del barroco castellano y que han marcado la iconografía pasional durante siglos.

Santísimo Cristo del Perdón

Sin duda, la imagen más venerada y popular de la cofradía es el Santísimo Cristo del Perdón, obra maestra de Bernardo del Rincón realizada en 1656. Este crucificado, originalmente concebido como un «paso de la Humildad de Cristo», representa a Jesús en el momento culminante de su sacrificio redentor. La escultura destaca por su extraordinario naturalismo anatómico, la delicada policromía que simula la lividez de la muerte y la expresión de serenidad divina en el rostro del Salvador.

A lo largo de los siglos, esta imagen ha suscitado una devoción fervorosa entre los vallisoletanos, convirtiéndose en una de las efigies más reconocibles del patrimonio religioso de la ciudad. Durante su azaroso peregrinaje por diversos templos tras el cierre de la iglesia de la Pasión, el Cristo del Perdón siempre mantuvo su poder de convocatoria, y su besapié cuaresmal congrega cada año a centenares de devotos que buscan consuelo ante esta impactante representación del amor divino.

Nuestro Padre Jesús Flagelado

Nuestro Padre Jesús Flagelado es una talla atribuida a Francisco Díez de Tudanca o Antonio de Ribera, realizada hacia 1650. La imagen representa el dramático episodio de la flagelación en el pretorio de Pilato, con Cristo atado a la columna en actitud de profundo sufrimiento. El escultor logró plasmar magistralmente el dolor físico y la mansedumbre espiritual del Redentor, características fundamentales de la iconografía pasional castellana.

Esta escultura forma parte del denominado «Paso del Azotamiento», policromado por Pedro de Antecha en 1650, y constituye uno de los conjuntos más conmovedores de la Semana Santa vallisoletana por su crudo realismo y su capacidad para suscitar la compasión del fiel.

Santo Cristo de las Cinco Llagas

El Santo Cristo de las Cinco Llagas es obra de Manuel Álvarez, fechada a mediados del siglo XVI (entre 1548 y 1563). Esta imagen crucificada, de notable antigüedad dentro del patrimonio de la cofradía, recibe su advocación de las cinco heridas sagradas de Cristo: las de las manos, los pies y el costado. La escultura se convirtió en el centro devocional del Ejercicio Público de las Cinco Llagas, una procesión singular que la hermandad celebra el Sábado de Pasión.

La talla presenta características estilísticas propias del Renacimiento tardío, con una serenidad clasicista que contrasta con el patetismo barroco de las imágenes posteriores, lo que la convierte en una pieza de extraordinario interés artístico e histórico.

Santo Cristo del Calvario

El Santo Cristo del Calvario es una talla anónima del barroco castellano de mediados del siglo XVII, atribuida en ocasiones a Francisco Díez de Tudanca. Representa a Cristo ya expirado en la cruz, con el cuerpo laxo y la cabeza vencida sobre el pecho. La imagen destaca por su dramatismo contenido y por la calidad técnica de su ejecución, especialmente visible en el tratamiento anatómico y en la policromía que realza las heridas de la Pasión.

Nuestro Padre Jesús con la Cruz a Cuestas

Nuestro Padre Jesús con la Cruz a Cuestas forma parte del conjunto del Camino del Calvario, obra encargada a Gregorio Fernández en 1614. Aunque existe debate historiográfico sobre cuál fue la imagen original del Nazareno en este paso —algunos expertos señalan que podría ser la talla conservada en el Carmen Extramuros, recuperada por la cofradía en 2013 y que lleva una «P» incisa en el hombro derecho—, lo cierto es que este conjunto escultórico representa una de las cumbres de la imaginería procesional española.

El contrato de 1614 especificaba la realización de cuatro figuras principales: Jesús Nazareno con la cruz a cuestas, Simón Cirineo ayudándole a llevarla, un sayón tirando de la soga y un hombre armado, a las que posteriormente se añadió la figura de la Verónica. El conjunto, actualmente en el Museo Nacional de Escultura, es cedido para su procesión a otras cofradías, aunque la imagen de Jesús con la Cruz a Cuestas que posee la Cofradía de la Pasión procesiona en sus propios desfiles.

Santo Cristo de la Elevación

El Santo Cristo de la Elevación, obra de Francisco de Rincón fechada en 1604, ostenta un lugar destacado en la historia de la imaginería procesional española. Este conjunto escultórico fue el primer paso vallisoletano compuesto por varias imágenes de tamaño natural íntegramente talladas en madera, inaugurando así una nueva concepción de los grupos procesionales que abandonaba las antiguas figuras de papelón.

La escena representa el dramático momento en que los soldados romanos izan la cruz con Cristo ya clavado en ella, preparándose para elevarla y clavarla en el monte Calvario. La composición, de extraordinaria teatralidad barroca, incluye figuras de sayones en actitudes forzadas que aportan un gran dinamismo al conjunto. Actualmente, la Cofradía de la Sagrada Pasión cede esta imagen para que procesione en la Procesión General del Viernes Santo, compartiendo así su patrimonio con toda la ciudad.

Virgen de la Pasión

La Virgen de la Pasión es obra del escultor renacentista Francisco Giralte, fechada hacia 1553. Esta talla de vestir representa a María en su dolor maternal, constituyendo la primitiva imagen mariana de la cofradía. A lo largo de los siglos, la advocación de esta Virgen fue adquiriendo tal relevancia que llegó a influir en la propia denominación de la hermandad, que en algunos documentos del siglo XIX aparece mencionada como «Cofradía de Nuestra Señora de la Pasión».

Actualmente, la imagen se venera en el Real Monasterio de San Quirce y Santa Julita, donde recibe culto especial cada 15 de septiembre, festividad de Nuestra Señora de los Dolores, con una función litúrgica, triduo, procesión y besamanos que congrega a los cofrades y devotos de la Virgen.

San Juan Bautista Degollado

La cofradía posee una notable imagen de San Juan Bautista Degollado, patrón histórico de la hermandad desde su fundación. Esta talla, de autor anónimo del siglo XVII, representa al Precursor decapitado, con su cabeza sobre una bandeja, siguiendo la iconografía tradicional del martirio del Bautista. Cada 29 de agosto, festividad de la Degollación de San Juan Bautista, la cofradía celebra una función litúrgica solemne en honor de su santo patrono, manteniendo viva una devoción que se remonta a los orígenes mismos de la hermandad.

Desfiles procesionales y estaciones de penitencia

La Cofradía Penitencial de la Sagrada Pasión de Cristo organiza dos procesiones propias que salen de su sede canónica, además de participar en la magna Procesión General de la Sagrada Pasión del Redentor que recorre las calles de Valladolid cada Viernes Santo.

Ejercicio Público de las Cinco Llagas – Sábado de Pasión

El Sábado de Pasión, una semana antes del Domingo de Ramos, la cofradía celebra una de las procesiones más singulares y emotivas de la Cuaresma vallisoletana: el Ejercicio Público de las Cinco Llagas. Esta estación penitencial, recuperada en 1995, comienza a las 20:00 horas en la iglesia de San Quirce y Santa Julita.

Los cofrades portan a hombros por las calles del barrio de San Quirce la venerada imagen del Santo Cristo de las Cinco Llagas, realizando un recorrido piadoso que incluye la visita a cinco conventos de clausura, donde se llevan a cabo sendos actos de oración. Esta procesión tiene una finalidad específica y profundamente espiritual: pedir por las vocaciones dentro de la Iglesia católica, rogando al Señor que suscite nuevos llamados al sacerdocio y a la vida consagrada.

El ambiente de esta procesión resulta especialmente recogido e íntimo, con los hermanos cantando motetes pasionales mientras atraviesan las estrechas calles del casco antiguo vallisoletano, haciendo estación ante los muros de los conventos femeninos donde las religiosas, ocultas tras las celosías, participan espiritualmente en la rogativa.

Procesión de Oración y Sacrificio – Jueves Santo

La noche del Jueves Santo, a las 20:30 horas, tiene lugar la Procesión de Oración y Sacrificio, cortejo penitencial propio de la hermandad y el más multitudinario de sus desfiles. La cofradía hace estación de penitencia ante el Santísimo Sacramento en la Catedral de Valladolid, donde se encuentra reservado en el Monumento que se instala cada Jueves Santo según la tradición litúrgica.

En esta procesión participan cuatro imágenes cristíferas de extraordinario valor: Nuestro Padre Jesús Flagelado, Nuestro Padre Jesús con la Cruz a Cuestas, el Santísimo Cristo del Perdón y el Santo Cristo del Calvario. Los pasos avanzan portados a hombros por los hermanos costaleros, acompañados por centenares de cofrades que visten el característico hábito gris y negro.

Durante la estación en la Catedral, la cofradía aprovecha este momento solemne para rogar por las personas privadas de libertad, manteniendo así viva la memoria de la obra de misericordia histórica de la hermandad: la asistencia espiritual y material a los condenados, a los presos y a quienes esperaban el suplicio capital. Este acto constituye uno de los momentos de mayor intensidad espiritual de toda la Semana Santa vallisoletana.

El sonido característico de las esquilas que portan en el interior del hábito los cofrades más próximos a los pasos, unido a los redobles graves de la Banda de Cornetas y Tambores de la cofradía —una de las más numerosas y reconocidas musicalmente de la ciudad—, crean una atmósfera única que conmueve a los miles de espectadores que se agolpan en las aceras del recorrido.

Procesión General de la Sagrada Pasión del Redentor – Viernes Santo

Cada Viernes Santo, a las 19:30 horas, la Cofradía de la Sagrada Pasión participa en la magna Procesión General de la Sagrada Pasión del Redentor, el desfile más emblemático y concurrido de la Semana Santa de Valladolid. En este cortejo, que reúne a la práctica totalidad de las cofradías vallisoletanas, la hermandad de la Pasión acompaña su imagen titular: el universalmente venerado Santísimo Cristo del Perdón.

Además, la cofradía cede para esta procesión su paso del Santo Cristo de la Elevación de Francisco de Rincón, permitiendo así que toda la ciudad y los miles de visitantes puedan contemplar una de las joyas del patrimonio escultórico barroco español. Esta generosidad en el préstamo de sus imágenes refleja el espíritu de hermandad y colaboración que caracteriza a las cofradías históricas vallisoletanas.

Ciclo litúrgico y celebraciones fuera de Semana Santa

La actividad de la Cofradía Penitencial de la Sagrada Pasión de Cristo no se circunscribe únicamente a la Semana Santa. Durante todo el año litúrgico, la hermandad mantiene una intensa vida devocional y caritativa que la distingue como institución viva y comprometida con su carisma fundacional.

Tiempo de Cuaresma

La Cuaresma se vive en la cofradía con especial fervor e intensidad. Desde el Miércoles de Ceniza, los hermanos preparan espiritualmente la llegada de la Pasión del Señor mediante diversos cultos y ejercicios piadosos:

Se celebra un solemne Quinario y Besapié al Santísimo Cristo del Perdón, cinco días de oración ante la imagen más venerada de la cofradía, que culminan con el besapié, acto de humildad y devoción en el que los fieles pueden acercarse a venerar los pies sagrados del Crucificado. Este culto atrae cada año a numerosos devotos que buscan el perdón y la misericordia divina ante esta imagen milagrosa.

Igualmente se realizan Triduo y Besapié a Nuestro Padre Jesús Flagelado, tres jornadas de meditación sobre el misterio de la flagelación de Cristo, y Triduo y Besapié al Santo Cristo de las Cinco Llagas, preparando así la procesión del Sábado de Pasión.

Un evento singular del calendario cuaresmal de la cofradía es el acto «Música y Versos de la Pasión», que consiste en un pregón seguido de un concierto interpretado por la Banda de Cornetas y Tambores de la hermandad. Este acto cultural y religioso se ha convertido en una cita ineludible para los aficionados a la música procesional y constituye un adelanto del esplendor sonoro que caracterizará las procesiones de Semana Santa.

Festividades patronales

Cada 29 de agosto, la cofradía celebra con solemnidad la fiesta de su patrón histórico, San Juan Bautista Degollado. La función litúrgica de ese día reúne a los cofrades para honrar al Precursor del Señor, cuya decapitación por orden de Herodes es recordada litúrgicamente por la Iglesia universal. Esta festividad enlaza la hermandad vallisoletana con sus orígenes históricos y con la archicofradía florentina de Roma a la que estuvo agregada durante siglos.

El 15 de septiembre, festividad de Nuestra Señora de los Dolores, la cofradía consagra una Eucaristía solemne a María Santísima de la Pasión, su patrona mariana. Durante el mes de octubre se celebra en su honor un triduo, procesión interna y besamanos, permitiendo a los devotos acercarse a venerar la antigua imagen renacentista de Francisco Giralte.

El 26 de abril se recuerda el patronazgo más reciente de la cofradía: San Rafael Arnáiz Barón, el monje trapense canonizado por Benedicto XVI en 2009, que se ha convertido en modelo de santidad para los hermanos y en intercesor celestial de la cofradía.

Labor caritativa permanente

Fiel a su carisma fundacional, la cofradía mantiene abierta durante todo el año su bolsa de caridad, mediante la cual recoge fondos económicos, alimentos, ropa, medicinas, juguetes y otros bienes con los que atender las necesidades espirituales y materiales de los más desfavorecidos. Esta obra de misericordia actualiza en el siglo XXI el compromiso centenario de la hermandad con los pobres y necesitados.

La cofradía colabora estrechamente con instituciones católicas de Valladolid como Cáritas Diocesana, además de cooperar con organizaciones no gubernamentales que operan en diversos continentes. Los donativos de la hermandad han llegado a lugares tan distantes como Ruanda, Etiopía, Guatemala, El Salvador y Argentina, demostrando que la caridad cristiana no conoce fronteras geográficas ni culturales.

Episodios singulares y aspectos distintivos de la hermandad

La asistencia a los condenados a muerte

Una de las características más singulares y conmovedoras de la Cofradía de la Sagrada Pasión de Cristo fue su dedicación secular a la asistencia de los reos de muerte. Esta obra de misericordia, inspirada en el ejemplo de la archicofradía florentina de San Juan Bautista, convirtió a los hermanos de la Pasión en ángeles consoladores de quienes afrontaban el trance más terrible de la existencia humana.

El ritual de acompañamiento comenzaba el día anterior a la ejecución. Los cofrades acudían a la cárcel alumbrando un Crucificado y dirigían al condenado una plática llena de palabras reconfortantes. Le vestían entonces con una túnica de bayeta negra, idéntica a la que portaban los propios hermanos, integrándolo simbólicamente en la cofradía para que participara de las indulgencias pontificias concedidas a la hermandad. Este gesto encerraba un mensaje teológico profundo: ante Dios, todos somos pecadores necesitados de misericordia.

El día de la ejecución, la cofradía acompañaba al reo desde la cárcel hasta el lugar del suplicio, sosteniéndolo espiritualmente en esos momentos de angustia extrema. Tras la muerte, se encargaban de darle cristiana sepultura, velando para que ningún ajusticiado quedara sin el consuelo de los sufragios de la Iglesia. Incluso establecieron un espacio específico en el Cementerio General de Valladolid, inaugurado en 1833, donde reposaban los restos de los ejecutados bajo el amparo espiritual de la cofradía.

Esta práctica humanitaria continuó hasta bien entrado el siglo XX. Todavía en 1874 constaba que la cofradía había auxiliado a treinta y siete condenados ese año, y existen testimonios de su labor asistencial incluso en las primeras décadas del siglo XX. Hoy, la memoria de esta obra se mantiene viva en la procesión del Jueves Santo, cuando los hermanos oran por las personas privadas de libertad.

El hospital y las obras de caridad

Además de la asistencia a los condenados, la regla de la cofradía obligaba a los hermanos a realizar otras obras de misericordia corporal: vestir a trece pobres el Jueves o Viernes Santo, recoger en su hospital a los enfermos desvalidos que hallaran en las calles entre noviembre y febrero, llevar al hospital a los niños abandonados que pasaran las noches en lugares peligrosos entre la fiesta de San Miguel y el Domingo de Pascua, y recuperar los cadáveres de quienes morían ahogados en el río Pisuerga o en los caminos cercanos a Valladolid.

El pequeño hospital de la cofradía, inicialmente ubicado junto a la parroquia de Santiago y posteriormente en el templo propio de la hermandad, funcionó hasta principios del siglo XVII, momento en que fue integrado en el Hospital General de la Resurrección, donde todas las instituciones benéficas de la ciudad unificaron sus recursos.

Para financiar estas costosas actividades caritativas, los hermanos pedían limosna en una esquina de la Plaza Mayor, uno de los lugares más transitados de la ciudad. Esta presencia pública hacía visible la labor de la cofradía y sensibilizaba a la población sobre las necesidades de los más vulnerables.

Los nombres cambiantes de la hermandad

A lo largo de su historia, la cofradía ha sido conocida por diversas denominaciones que reflejan la evolución de sus devociones y estructura interna. Si bien su nombre primitivo fue Cofradía de la Sagrada Pasión de Cristo, documentos del siglo XVI la mencionan también como «Cofradía de la Santísima Pasión de Nuestro Señor Jesucristo». A partir de 1805 comenzó a aparecer en los registros como «Cofradía de Nuestra Señora de la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo», evidenciando el creciente protagonismo de la advocación mariana.

Durante el difícil periodo que siguió al cierre de su iglesia penitencial en 1926, la hermandad adoptó el nombre de Comisaría del Santísimo Cristo del Perdón, denominación que mantuvo hasta 1992, cuando recuperó su título original junto con gran parte de su patrimonio histórico y documental, marcando así el inicio de su renacimiento contemporáneo.

El privilegio del indulto

Como consecuencia de su agregación a la archicofradía florentina de San Juan Bautista Degollado, la Cofradía de la Pasión participó de una prerrogativa extraordinaria: el derecho de indultar a un preso cada año. Este privilegio, concedido originalmente por la Santa Sede a la hermandad romana, permitía a la cofradía vallisoletana interceder ante las autoridades para obtener la libertad de un condenado, actualizando así el gesto misericordioso de Pilato en la Pascua judía y convirtiéndose en instrumento de la clemencia divina.

La Banda de Cornetas y Tambores

La Banda de Cornetas y Tambores de la Cofradía de la Sagrada Pasión constituye una de las agrupaciones musicales más numerosas y prestigiosas de la Semana Santa vallisoletana. Su repertorio, que fusiona marchas procesionales tradicionales con composiciones contemporáneas, acompaña a los pasos en todas las procesiones de la hermandad, dotando de mayor solemnidad y emotividad al discurrir de las imágenes.

Durante todo el año, los músicos ensayan regularmente para mantener la calidad interpretativa que caracteriza a la banda, convirtiéndose en embajadores sonoros de la cofradía en diversos certámenes y actos celebrados dentro y fuera de Valladolid.

Información práctica para visitantes y peregrinos

Cómo llegar a Valladolid: La ciudad cuenta con excelente comunicación por carretera (autovías A-62, A-6, A-601), ferrocarril (estación de tren de alta velocidad con conexiones a Madrid, Barcelona y otras ciudades) y autobús interurbano. El aeropuerto de Valladolid, situado a 10 kilómetros del centro, ofrece vuelos nacionales e internacionales.

Alojamiento: Valladolid dispone de una amplia oferta hotelera que va desde establecimientos de lujo hasta hostales económicos, pasando por apartamentos turísticos y albergues. Durante la Semana Santa se recomienda reservar con antelación dado el elevado número de visitantes que acoge la ciudad. La zona del centro histórico permite acceder cómodamente a pie a todos los templos y recorridos procesionales.

Vestimenta recomendada: Para asistir a las procesiones en las calles, se aconseja llevar ropa de abrigo, especialmente en las procesiones nocturnas, ya que el clima castellano en Semana Santa puede ser frío, con temperaturas que rondan los 5-15 grados centígrados. Calzado cómodo es imprescindible si se desea seguir el recorrido completo de las procesiones. Para entrar en los templos, se recomienda vestimenta respetuosa acorde con el carácter sagrado de los espacios.

Gastronomía local: La visita a Valladolid ofrece la oportunidad de degustar especialidades castellanas como el lechazo asado, la morcilla de Burgos, el queso zamorano, las sopas castellanas y los postres conventuales. Los vinos de las denominaciones de origen Ribera del Duero, Rueda, Cigales y Toro son el complemento perfecto para la gastronomía local. Durante la Cuaresma, son tradicionales las torrijas, los buñuelos y el potaje de vigilia.

Otros lugares de interés: Además de las procesiones, el visitante puede conocer el excepcional Museo Nacional de Escultura, que alberga la mayor colección de escultura policromada del mundo, la Catedral de Valladolid, las iglesias penitenciales históricas, el Museo de la Pasión, el Palacio Real, la Plaza Mayor y la casa-museo de Cervantes, entre otros monumentos que convierten a Valladolid en un destino cultural de primer orden.

Preguntas frecuentes

¿Cuándo fue fundada la Cofradía de la Sagrada Pasión de Cristo?

La cofradía fue fundada oficialmente en octubre de 1531, cuando el Abad de Valladolid Alonso Enríquez aprobó su primera regla. Es una de las cinco cofradías penitenciales históricas de Valladolid y una de las instituciones religiosas más antiguas de la ciudad.

¿Dónde tiene su sede la cofradía actualmente?

Desde 1993, la sede canónica de la hermandad se encuentra en la Real Iglesia Conventual de San Quirce y Santa Julita, situada en la Plaza de la Trinidad. La sede social y Casa de Hermandad está ubicada en la calle Isidro Polo, número 2.

¿Qué procesiones realiza la Cofradía de la Sagrada Pasión?

La cofradía organiza dos procesiones propias: el Ejercicio Público de las Cinco Llagas el Sábado de Pasión, y la Procesión de Oración y Sacrificio el Jueves Santo. Además, participa en la Procesión General de la Sagrada Pasión del Redentor cada Viernes Santo con su imagen titular, el Santísimo Cristo del Perdón.

¿Cuál es la imagen más venerada de la cofradía?

Sin duda, el Santísimo Cristo del Perdón, obra maestra de Bernardo del Rincón realizada en 1656. Esta imagen crucificada es una de las más populares y veneradas de Valladolid, congregando multitudes en su besapié cuaresmal y en sus salidas procesionales.

¿Qué obras de Gregorio Fernández posee la cofradía?

La cofradía encargó a Gregorio Fernández el paso del Camino del Calvario en 1614, un conjunto escultórico histórico que incluía las figuras de Jesús Nazareno, Simón Cirineo, la Verónica y dos sayones. Aunque la mayoría de estas figuras se exponen en el Museo Nacional de Escultura, la cofradía conserva la imagen de Nuestro Padre Jesús con la Cruz a Cuestas para sus procesiones.

¿Cómo es el hábito de los cofrades de la Pasión?

Los hermanos visten túnica y capa de color gris, capirote negro, cíngulo y guantes blancos, y zapato y calcetín negros. Este hábito sobrio y austero refleja el espíritu penitencial de la hermandad y permite identificar fácilmente a sus miembros en las procesiones.

¿Qué labor caritativa histórica realizaba la cofradía?

La obra más singular de la hermandad fue la asistencia espiritual y material a los condenados a muerte. Los cofrades acompañaban a los reos en sus últimos momentos, les vestían con el hábito de la cofradía para que participaran de las indulgencias pontificias, les acompañaban al suplicio y les daban cristiana sepultura. Esta labor se mantuvo durante siglos, hasta bien entrado el siglo XX.

¿Se puede visitar la sede de la cofradía fuera de Semana Santa?

La iglesia de San Quirce y Santa Julita está abierta al culto regularmente, pudiendo visitarse las imágenes de la cofradía. Durante la Cuaresma se celebran numerosos cultos y besapiés que permiten a devotos y visitantes acercarse a venerar las tallas. Se recomienda consultar los horarios en la web oficial de la cofradía o en su sede social.

¿Cómo puedo hacerme cofrade de la Sagrada Pasión?

Para ingresar en la hermandad es necesario contactar con la cofradía a través de su sede social en la calle Isidro Polo o mediante su página web oficial. La cofradía recibe cada año entre 20 y 30 nuevos hermanos que desean participar en su vida espiritual, caritativa y procesional.

¿Qué relación tiene la cofradía con la archicofradía de Roma?

En 1576, la Cofradía de la Pasión se agregó a la Hermandad de la Misericordia de la nación Florentina de Roma, también conocida como San Juan de los Florentinos. Esta agregación permitió a la cofradía vallisoletana beneficiarse de las mismas bulas e indulgencias pontificias concedidas a la hermandad italiana, elevando su prestigio religioso y otorgándole privilegios únicos como el derecho de indulto.

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