Cofradía de la Exaltación de la Santa Cruz y Ntra. Sra. de los Dolores
La Cofradía de la Exaltación de la Santa Cruz y Nuestra Señora de los Dolores posee una historia relativamente reciente dentro del panorama de la Semana Santa vallisoletana, aunque su arraigo en el barrio de Las Delicias y su vinculación con una de las obras maestras de la imaginería barroca española la convierten en una institución de enorme relevancia devocional y artística.
Contenido
- 1 Evolución de una hermandad ferroviaria
- 2 La parroquia del Carmen en Las Delicias
- 3 Vestimenta procesional y signos distintivos
- 4 Tesoro artístico e imaginería procesional
- 5 Cortejo procesionales y estaciones penitenciales
- 6 Vivencia litúrgica anual y devociones
- 7 Detalles singulares y rasgos característicos
- 8 Cuestiones habituales sobre la hermandad
- 8.1 ¿Cuándo se fundó la Cofradía de la Exaltación de la Cruz?
- 8.2 ¿Dónde se encuentra la sede de la cofradía?
- 8.3 ¿Qué procesiones organiza o participa la cofradía?
- 8.4 ¿Qué es el paso de La Elevación de la Cruz?
- 8.5 ¿Cómo es el hábito de los cofrades?
- 8.6 ¿Cuál es la imagen titular de la cofradía?
- 8.7 ¿Qué relación tiene la cofradía con el mundo ferroviario?
- 8.8 ¿Qué significan las sopas de ajo tras el Vía Crucis?
- 8.9 ¿Se puede visitar el paso de La Elevación de la Cruz fuera de Semana Santa?
- 8.10 ¿Cómo puedo incorporarme a la cofradía?
- 9 Recursos y contactos de interés
- 10 Cofradías y Hermandades
- 10.0.1 Cofradía de la Exaltación de la Santa Cruz y Ntra. Sra. de los Dolores
- 10.0.2 Cofradía de la Orden Franciscana Seglar V.O.T.
- 10.0.3 Cofradía de las Siete Palabras
- 10.0.4 Cofradía de Ntro. Padre Jesús Resucitado, María Stma. de la Alegría y las Lágrimas de San Pedro
- 10.0.5 Cofradía del Descendimiento y Santo Cristo de la Buena Muerte
- 10.0.6 Cofradía del Santo Entierro
- 10.0.7 Cofradía del Santo Sepulcro y Santísimo Cristo del Consuelo
- 10.0.8 Cofradía Penitencial de la Oración del Huerto y San Pascual Bailón
- 10.0.9 Cofradía Penitencial de la Sagrada Pasión de Cristo
- 10.0.10 Cofradía Penitencial de la Santa Vera-Cruz
- 10.0.11 Cofradía Penitencial de Ntro. Padre Jesús Nazareno
- 10.0.12 Cofradía Penitencial y Sacramental de la Sagrada Cena
- 10.0.13 Hermandad del Santísimo Cristo Jesús de Medinaceli, Nuestra Señora de la Divina Misericordia y Discípulo Amado
- 10.0.14 Hermandad del Santo Cristo de los Artilleros
- 10.0.15 Hermandad Penitencial de Ntro. Padre Jesús Atado a la Columna
- 10.0.16 Hermandad Universitaria del Santísimo Cristo de la Luz
- 10.0.17 Ilustre Cofradía Penitencial de Ntra. Sra. de las Angustias
- 10.0.18 Muy Ilustre Cofradía de Nuestra Señora de la Piedad
- 10.0.19 Real cofradía Penitencial del Santísimo Cristo Despojado, Cristo Camino del Calvario y Nuestra Señora de la Amargura
- 10.0.20 Real y Venerable Cofradía de la Preciosísima Sangre de Ntro. Señor Jesucristo
Evolución de una hermandad ferroviaria
Los orígenes de esta cofradía se remontan a 1938, cuando los miembros de la Hermandad Ferroviaria de la Sagrada Familia comenzaron a participar en las procesiones de Semana Santa acompañando, vestidos de paisano, al paso conocido como «El Sitio» en la Procesión General del Viernes Santo. Estos trabajadores del ferrocarril, profundamente devotos y comprometidos con la vida religiosa de su parroquia, manifestaron desde el principio un fervor especial por las representaciones pasionales que cada año conmovían a la ciudad.
Seis años después, en 1944, el arzobispo Antonio García y García decidió reorganizar la participación de los ferroviarios en la Semana Santa. Por un lado, asignó el paso de «El Sitio» a la recién creada Cofradía de las Siete Palabras. Por otro, animó a los miembros de la Hermandad Ferroviaria a constituir formalmente una cofradía penitencial que vistiera hábito propio y que alumbrara uno de los conjuntos escultóricos más venerables de la ciudad: La Elevación de la Cruz, obra maestra de Francisco del Rincón fechada en 1604, propiedad de la Cofradía Penitencial de la Sagrada Pasión de Cristo pero custodiada en el Museo Nacional de Escultura.
Los ferroviarios acogieron con entusiasmo la propuesta del prelado. Redactaron unos estatutos que fueron presentados al arzobispado y, el 18 de marzo de 1944, recibieron la autorización episcopal que daba vida canónica a la nueva hermandad, constituida bajo la advocación de la Exaltación de la Santa Cruz. El 1 de abril del mismo año se celebró la primera Junta General, que contó con la presencia de veintitrés cofrades fundadores, todos ellos trabajadores de la empresa ferroviaria RENFE.
La vinculación laboral de sus miembros marcó profundamente la identidad inicial de la cofradía. A efectos legales, quedó acogida como filial de la Hermandad de Ferroviarios de la Sagrada Familia. Los propios talleres de RENFE fabricaron generosamente los hachones, la carroza procesional, los banderines, las cruces y todo el sistema de alumbrado eléctrico del paso, así como las baterías necesarias para su funcionamiento. Este apoyo empresarial constituyó un caso singular en la Semana Santa vallisoletana y reflejó el compromiso de toda una comunidad profesional con su patrimonio espiritual.
Un detalle curioso y distintivo de aquellos primeros años fueron los hachones eléctricos, que posteriormente fueron modificados para funcionar con petróleo. El humo que despedían estos mecheros evocaba deliberadamente el producido por las locomotoras de carbón, estableciendo así una conexión simbólica entre el oficio ferroviario de los cofrades y su labor procesional. Esta peculiaridad técnica constituyó una auténtica novedad en la Semana Santa vallisoletana de mediados del siglo XX.
En 1994, coincidiendo con el cincuentenario de su fundación, la cofradía experimentó una transformación fundamental al fusionarse con la Asociación Parroquial de Nuestra Señora de los Dolores y Soledad, que existía también en la iglesia del Carmen. Como consecuencia de esta unión, la hermandad modificó su denominación oficial, adoptando el nombre actual de Cofradía de la Exaltación de la Santa Cruz y Nuestra Señora de los Dolores, y recuperó la tradición del Vía Crucis por el barrio de Las Delicias, que había celebrado entre 1947 y 1952 pero que después había quedado interrumpido.
Ya en el siglo XXI, las reformas procesionales impulsadas por el obispo auxiliar Luis Argüello llevaron a la cofradía a crear una nueva procesión el Jueves Santo, realizando estación de penitencia ante el Santísimo Sacramento en la Catedral de Valladolid, acto que refuerza su compromiso con la dimensión eucarística de la Semana Santa y que constituye uno de los momentos más solemnes de su calendario anual.
La parroquia del Carmen en Las Delicias
La Iglesia Parroquial de Nuestra Señora del Carmen, ubicada en la avenida de Segovia número 133, en pleno corazón del barrio de Las Delicias, constituye la sede canónica de la cofradía desde su fundación en 1944. Este templo parroquial, levantado para atender las necesidades espirituales de un barrio obrero en expansión, se convirtió en el hogar natural de una hermandad nacida del mundo ferroviario. La iglesia alberga las imágenes parroquiales del Santísimo Cristo de la Buena Muerte y Nuestra Señora de los Dolores, así como el baptisterio donde se venera el Santísimo Cristo de la Exaltación, imagen titular de la cofradía.
Vestimenta procesional y signos distintivos
El hábito penitencial de la Cofradía de la Exaltación de la Santa Cruz y Nuestra Señora de los Dolores destaca por su singular combinación cromática que la hace fácilmente identificable entre las veinte cofradías vallisoletanas. Los hermanos visten túnica azul marino con bocamangas, que aporta sobriedad y elegancia al conjunto. Sobre ella, portan una capa azul celeste, cuyo tono más claro contrasta armoniosamente con la túnica oscura y evoca el cielo donde fue exaltada la Santa Cruz.
El elemento más llamativo del atuendo es el capirote y cíngulo rojos, color que simboliza la Pasión de Cristo, la sangre derramada en la Cruz y el amor redentor del Salvador. Este rojo intenso, junto con los tonos azules, confiere al hábito una combinación visual única en la Semana Santa de Valladolid. El atuendo se completa con guantes blancos, símbolo de pureza, y zapato negro, que aporta la nota de austeridad necesaria en toda manifestación penitencial.
La medalla corporativa que portan los cofrades presenta en su anverso la imagen distintiva de la hermandad, mientras que en el reverso figura el escudo de la cofradía. Esta insignia pende de un cordón que identifica la pertenencia a la hermandad y que los cofrades lucen con orgullo tanto en las procesiones como en los actos internos de la cofradía.
El diseño del hábito, pensado originalmente para diferenciarse de las demás cofradías históricas, ha permanecido prácticamente inalterado desde la fundación, convirtiéndose en una seña de identidad que los vallisoletanos reconocen inmediatamente cuando ven desfilar a los hermanos de la Exaltación de la Cruz por las calles de la ciudad.
Tesoro artístico e imaginería procesional
La Cofradía de la Exaltación de la Santa Cruz y Nuestra Señora de los Dolores custodia y alumbra un conjunto de imágenes de extraordinario valor artístico e histórico, que abarcan desde obras maestras del primer barroco hasta tallas contemporáneas de notable factura.
La Elevación de la Cruz: obra revolucionaria de Francisco del Rincón
Sin duda, la joya de la corona del patrimonio que alumbra la cofradía es el monumental conjunto escultórico de La Elevación de la Cruz, obra pionera y revolucionaria de Francisco del Rincón, tallada entre 1604 y 1606 por encargo de la Cofradía Penitencial de la Sagrada Pasión de Cristo.
Este paso procesional ostenta una importancia capital en la historia de la imaginería española, pues fue la primera escena procesional realizada íntegramente en madera policromada con figuras de tamaño natural. Hasta ese momento, los pasos vallisoletanos estaban construidos con materiales efímeros, especialmente el llamado «papelón» (cartón piedra y tela encolada), que resultaban frágiles, de escasa calidad artística y requerían continuas reparaciones. Francisco del Rincón revolucionó por completo este concepto, creando esculturas de bulto redondo enteramente talladas en pino de Segovia, debidamente ahuecadas para reducir su peso —en ocasiones con un grosor de apenas unos milímetros— y policromadas con extraordinario realismo.
El contrato firmado en 1604 entre del Rincón y la Cofradía de la Pasión especificaba minuciosamente las figuras que debían componer la escena, su tamaño, su disposición e incluso la forma de las andas procesionales. Este nivel de detalle evidencia que la idea de realizar un paso enteramente en madera fue iniciativa de la propia cofradía, aunque su materialización magistral se debió al genio creador del escultor. La Cofradía de la Pasión pagó 1.260 reales por esta obra extraordinaria.
El conjunto escultórico representa el dramático momento en que los soldados romanos elevan la cruz con Cristo ya clavado en ella, preparándose para hincarla en el monte Calvario. En su configuración original, el paso constaba de seis figuras: Cristo vivo siendo exaltado en la cruz, dos sayones «reventados» que tiran con fuerza de las sogas para izar el madero, el Cirineo, la Verónica y un guerrero armado. En 1657 se añadieron las figuras de los dos ladrones esperando su turno para ser crucificados, obra atribuida a Francisco Díez de Tudanca, ampliando así el dramatismo y la teatralidad del conjunto.
La composición destaca por su extraordinaria teatralidad barroca y su compleja disposición espacial. Francisco del Rincón tuvo que resolver un desafío artístico formidable: crear una escena que transmitiera de forma creíble el esfuerzo físico de los sayones, establecer conexiones visuales y narrativas entre todas las figuras mediante miradas, posturas y gestos, y lograr una composición equilibrada que funcionara desde múltiples ángulos de visión, pues el paso sería contemplado desde todos los lados durante su recorrido procesional por las calles.
El escultor logró plasmar magistralmente el movimiento mediante las fuertes torsiones de los cuerpos, las posturas arriesgadas pero compensadas de los personajes, y la inclusión de un paño de pureza de Cristo realizado en lienzo en lugar de madera, que ondea con el viento durante las procesiones aportando un plus de realismo y dinamismo. Los dos sayones que tiran de las sogas adoptan posturas extremadamente forzadas que expresan visualmente el tremendo esfuerzo físico que realizan, con sus músculos en tensión y sus rostros crispados por la fatiga.
La figura del Cirineo es una de las creaciones más conmovedoras de Francisco del Rincón. Representado como un humilde campesino castellano vestido con sayo y capucha, su rostro transmite una dignidad serena y una compasión profunda que contrasta con la brutalidad de los sayones. Algunos historiadores del arte han señalado que del Rincón pudo inspirarse en la figura de un pastor que aparece en el relieve del Nacimiento del monasterio de las Huelgas Reales, también obra suya y fechado ese mismo año de 1604.
La Verónica, añadida posteriormente al proyecto original, constituye una de las mejores creaciones del escultor, nunca imitada en el panorama de la imaginería española. Los habituales pliegues duros y de aspecto metálico que caracterizan la escultura castellana de la época adquieren aquí una gran blandura y naturalidad, proporcionando un dinamismo excepcional a la figura femenina. La santa muestra su paño extendido, dispuesta a enjugar el rostro ensangrentado del Salvador en su camino al Calvario.
Durante el siglo XIX se perdió la pista del Cristo original de Francisco del Rincón, siendo sustituido en las reconstrucciones del siglo XX por otras imágenes. El historiador y arquitecto Juan Agapito y Revilla, en su labor de reconstrucción de los pasos históricos llevada a cabo en los años veinte del siglo pasado, no pudo localizar el crucificado original, por lo que utilizó otras tallas de la época. No fue hasta 1993 cuando el investigador Luis Luna Moreno, durante una recomposición de los conjuntos procesionales custodiados en el Museo Nacional de Escultura, descubrió la talla primitiva de Cristo en la clausura del Convento de San Quirce y Santa Julita, donde las monjas lo veneraban erróneamente identificado como San Dimas, el Buen Ladrón. Desde entonces, el paso procesiona completo con todas sus figuras originales, aunque solo el Viernes Santo, pues el resto del año permanece expuesto en el Museo Nacional de Escultura.
La importancia histórica de La Elevación de la Cruz trasciende lo meramente artístico. Este conjunto inauguró un nuevo concepto de paso procesional que Gregorio Fernández, quien posiblemente colaboró con del Rincón en su taller en aquellos años, desarrollaría y perfeccionaría en décadas posteriores. La fama del paso fue tal que en 1614 un alcalde de la Cofradía del Nazareno de Palencia se desplazó expresamente a Valladolid para contemplarlo, tras lo cual encargó al escultor Lucas Sanz de Torrecilla una copia para su ciudad, que se conserva hasta nuestros días aunque con una calidad artística inferior al original vallisoletano.
Santísimo Cristo de la Exaltación
El Santísimo Cristo de la Exaltación es la imagen titular de la cofradía y, junto con el Cristo del Amor, una de las únicas dos esculturas de su propiedad. Fue realizada en 1999 en madera de cedro real del Canadá por los escultores sevillanos Francisco Fernández Enríquez y su hijo Rubén Fernández Parra, respondiendo al deseo de la hermandad de poseer una imagen propia que pudiera recibir culto permanente y procesionar sin las limitaciones logísticas que imponía el monumental paso de La Elevación de la Cruz.
La talla fue bendecida el 6 de noviembre de 1999 en una ceremonia presidida por el entonces arzobispo de Valladolid, José Delicado Baeza, y entronizada el 13 de noviembre en una capilla especialmente habilitada en el baptisterio de la iglesia del Carmen, donde desde entonces recibe culto durante todo el año.
La imagen representa a Cristo crucificado en el momento de la exaltación, con una expresividad contenida que bebe del patetismo de la escultura castellana pero que incorpora sensibilidades contemporáneas. Destaca la innovación de la cruz arbórea, que evoca el árbol de la vida, estableciendo una conexión teológica profunda entre el árbol del Paraíso que trajo la muerte y el árbol de la Cruz que trajo la salvación. La soga que sujeta la túnica de Cristo es soga natural, aportando un toque de realismo. La imagen se completa con tres potencias de plata, que simbolizan las tres facultades del alma (entendimiento, voluntad y memoria), y dos ángeles del siglo XVIII, propiedad de la cofradía, que sujetan reverentes la cruz del Redentor.
En 2001, la cofradía encargó a los talleres de Ramón Orovio de la Torre, en Ciudad Real, una carroza mixta especialmente diseñada para procesionar al Santísimo Cristo de la Exaltación con la dignidad y el decoro que merece. Esta carroza, que puede funcionar simultáneamente como andas portadas a hombros o como plataforma rodada, incluye todos sus complementos: faroles —que se exponen en una vitrina de la sede—, cruz, escalera y faldas. Posteriormente se adquirió una candelería específica y se encargaron nuevos faroles que renuevan la estética procesional del conjunto.
Santísimo Cristo de la Buena Muerte
El Santísimo Cristo de la Buena Muerte es un crucificado anónimo del taller vallisoletano de finales del siglo XVI, probablemente obra de un seguidor de Alonso Berruguete. Esta bella imagen de Cristo, de tamaño algo menor al natural, procede de la desaparecida iglesia de San Antón y, tras la clausura de ese templo, fue trasladada a la iglesia del Carmen, donde actualmente preside el altar mayor.
La talla presenta características estilísticas propias del renacimiento tardío, con cierta contención expresiva que contrasta con el patetismo desbordado de las obras barrocas posteriores. El Cristo muestra el cuerpo ya exánime, con la cabeza vencida sobre el pecho y una serenidad que evoca la paz de quien ha consumado su sacrificio redentor.
Esta imagen tiene una historia procesional propia dentro de la cofradía. Ya salió en procesión portado a hombros entre 1947 y 1952, cuando la hermandad celebraba un Vía Crucis los martes santos por el barrio de Las Delicias. El Viernes de Dolores de 1994 volvió a las calles, iniciando así una tradición que se mantiene hasta nuestros días. El jueves de Pasión se le rinde un solemne besapié durante todo el día, antes de que sea colocado en sus andas procesionales para el Vía Crucis del viernes siguiente.
Nuestra Señora de los Dolores
Nuestra Señora de los Dolores es una imagen de vestir venerada en una de las capillas de la iglesia del Carmen. Tradicionalmente ha sido atribuida al taller vallisoletano hacia 1600, y durante mucho tiempo se la identificó como la dolorosa que poseyó la antigua cofradía de la Piedad y que habría encargado a Pedro Gómez de Osorio.
Sin embargo, estudios más recientes han sugerido que podría proceder de la antigua iglesia de San Esteban (actual Basílica Nacional de la Gran Promesa) y que su datación sería posterior, situándola en torno a 1715-1740 y vinculándola al escultor Pedro de Ávila. Esta nueva atribución se basa en la semejanza de facciones con otras dolorosas documentadas de este imaginero, como la de vestir conservada en la iglesia del Salvador o la tallada en madera policromada de la iglesia de Santiago.
Sea cual sea su autoría definitiva, la imagen constituye una hermosa representación de María en su dolor maternal, siguiendo el modelo iconográfico de las dolorosas castellanas del siglo XVIII. Procesiona junto al Cristo de la Buena Muerte en el Vía Crucis del Viernes de Dolores, siendo venerada con especial fervor por los devotos del barrio de Las Delicias.
Cortejo procesionales y estaciones penitenciales
La Cofradía de la Exaltación de la Santa Cruz y Nuestra Señora de los Dolores organiza actualmente tres salidas procesionales a lo largo del ciclo de Semana Santa, cada una con características propias y un profundo significado espiritual.
Vía Crucis del Viernes de Dolores
El Viernes de Dolores, una semana antes del Viernes Santo, tiene lugar la procesión más emblemática y emotiva de la cofradía: el Vía Crucis de la Exaltación de la Santa Cruz y Nuestra Señora de los Dolores. A las 22:00 horas, desde la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora del Carmen, los cofrades portan a hombros las imágenes parroquiales del Santísimo Cristo de la Buena Muerte y Nuestra Señora de los Dolores, realizando un recorrido penitencial por las calles del barrio de Las Delicias.
Esta procesión tiene la distinción histórica de haber sido, durante muchos años, la encargada de abrir los desfiles procesionales de Valladolid, marcando el inicio oficial de la Semana Santa en la ciudad. Aunque este papel inaugural ha variado con las reformas procesionales, el Vía Crucis del Viernes de Dolores mantiene un carácter especialmente recogido e íntimo que lo diferencia de los grandes cortejos multitudinarios de los días centrales de la Semana Santa.
El itinerario discurre por la plaza Virgen del Carmen, avenida de Segovia, paseo de San Vicente, Canterac, Mariano José de Larra, Villanueva, regresando por la avenida de Segovia hasta la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora del Carmen. A lo largo del recorrido se rezan las catorce estaciones del Vía Crucis, comenzando y finalizando dentro del templo con la primera y la última estación, mientras que el resto se meditan en las calles del barrio.
Los momentos más emotivos de este Vía Crucis son la salida de las dos imágenes del templo parroquial, el rezo pausado de las estaciones por las calles donde viven los cofrades y sus familias, y el regreso a la iglesia, donde se entona la Salve popular a Nuestra Señora de los Dolores. Tras la procesión, siguiendo una tradición muy arraigada, la cofradía invita a todos los asistentes —cofrades y pueblo fiel— a unas sopas de ajo en su sede, creando un ambiente de hermandad y convivencia que prolonga el espíritu comunitario de la noche.
Durante los primeros años del siglo XXI, esta procesión contó con la participación de unidades de la Legión, aportando un elemento castrense que generó polémica. Un cambio en la directiva de la cofradía motivó la supresión de esta presencia militar, haciéndose eco de las opiniones que consideraban que no encajaba con el estilo procesional tradicional de Valladolid, caracterizado por el silencio, el recogimiento y la austeridad.
Procesión de la Exaltación de la Luz de Cristo – Jueves Santo
La procesión del Jueves Santo es una creación reciente, surgida en 2020 como consecuencia de la reforma procesional propuesta por el obispo auxiliar Luis Argüello. A las 18:45 horas, la cofradía parte de la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora del Carmen portando a hombros la imagen del Santísimo Cristo de la Exaltación.
El cortejo se dirige hacia el centro de la ciudad, recorriendo Don Sancho, Merced, plaza de Santa Cruz, Núñez de Arce y Cascajares, hasta llegar a la Santa Iglesia Metropolitana Catedral aproximadamente a las 20:30 horas. Durante este trayecto, la imagen de Nuestra Señora de los Dolores se incorpora al cortejo desde la Iglesia del Real Colegio de San Albano (Los Ingleses), creando un momento de especial solemnidad cuando ambas imágenes se encuentran.
En la Catedral, la cofradía realiza Estación de Penitencia ante el Santísimo Sacramento, expuesto en el Monumento que se instala cada Jueves Santo según la tradición litúrgica. Este acto de adoración eucarística constituye el corazón teológico y espiritual de la procesión. Durante la estación, se enciende un farol con la llama de las velas del Monumento al Santísimo Sacramento, símbolo de Cristo Luz del mundo.
Una vez finalizado el acto en la Catedral, la cofradía despide a la imagen de Nuestra Señora de los Dolores en el Real Colegio de San Albano y continúa con el Santísimo Cristo de la Exaltación por Don Sancho, San Luis, Nicolás Salmerón, Labradores, avenida de Segovia, paseo Farnesio, Embajadores y plaza Virgen del Carmen hasta regresar a su sede en la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora del Carmen. Allí, el farol encendido con la luz tomada en la Catedral se deposita ante el Santísimo Sacramento expuesto en el Monumento parroquial, completando así el simbolismo de llevar la luz de Cristo desde el templo catedralicio hasta el corazón del barrio de Las Delicias.
Esta procesión, denominada «Exaltación de la Luz de Cristo», establece una conexión profunda entre la liturgia del Jueves Santo —institución de la Eucaristía— y la devoción popular, recordando que Cristo se hace presente en el Sacramento del Altar para ser luz y alimento de los creyentes.
Procesión General de la Sagrada Pasión del Redentor – Viernes Santo
El Viernes Santo, a las 19:30 horas, la Cofradía de la Exaltación de la Santa Cruz participa en la magna Procesión General de la Sagrada Pasión del Redentor, el desfile más emblemático, concurrido y solemne de la Semana Santa vallisoletana. En este cortejo, que reúne a las veinte cofradías de la ciudad con sus pasos más valiosos, la hermandad alumbra el monumental conjunto de La Elevación de la Cruz de Francisco del Rincón.
Para la cofradía, acompañar este paso histórico en la Procesión General constituye un motivo de orgullo y responsabilidad. Aunque la obra pertenece a la Cofradía Penitencial de la Sagrada Pasión de Cristo y se custodia en el Museo Nacional de Escultura, la cesión anual para su procesión permite que los cofrades de la Exaltación mantengan viva su vinculación con esta joya del patrimonio artístico español, razón misma de la fundación de la hermandad en 1944.
El paso, de enormes dimensiones y gran peso, es portado sobre andas por decenas de costaleros, requiriendo una coordinación perfecta y un esfuerzo físico considerable. La escolta de cofrades con el característico hábito azul marino, azul celeste y rojo acompaña al conjunto escultórico en su lento discurrir por las calles del centro histórico de Valladolid, ante la mirada de miles de espectadores que contemplan emocionados esta obra maestra del primer barroco español.
La cofradía es acompañada en todas sus procesiones por su Banda de Cornetas y Tambores, cuya música procesional aporta solemnidad y emoción a los desfiles. Los sones graves de los tambores y las notas agudas de las cornetas crean una atmósfera sonora característica que los vallisoletanos identifican inmediatamente con la Semana Santa de su ciudad.
Vivencia litúrgica anual y devociones
Más allá de sus compromisos procesionales en Semana Santa, la Cofradía de la Exaltación de la Santa Cruz y Nuestra Señora de los Dolores mantiene una intensa vida devocional a lo largo de todo el año litúrgico, con especial intensidad durante el tiempo de Cuaresma y en las festividades relacionadas con sus advocaciones titulares.
Cuaresma: tiempo de preparación espiritual
El periodo cuaresmal se vive en la cofradía con especial intensidad. Los hermanos preparan espiritualmente la llegada de la Semana Santa mediante diversos cultos y ejercicios piadosos. El Jueves de Pasión, día anterior al Viernes de Dolores, se celebra un solemne besapié al Santísimo Cristo de la Buena Muerte durante todo el día, en horario ininterrumpido, permitiendo que los devotos puedan acercarse a venerar la imagen antes de que sea colocada en sus andas procesionales.
Los viernes de Cuaresma, la cofradía participa en el Vía Crucis parroquial que se celebra en la iglesia del Carmen por la mañana, acompañando con sus imágenes del Santísimo Cristo de la Buena Muerte y Nuestra Señora de los Dolores este piadoso ejercicio de meditación sobre la Pasión del Señor. Estos Vía Crucis cuaresmales mantienen viva la devoción durante las semanas que preceden a la Semana Santa y preparan a los cofrades y fieles para vivir con mayor profundidad los misterios de la Redención.
Festividad de la Exaltación de la Santa Cruz
El 14 de septiembre, la Iglesia universal celebra la festividad de la Exaltación de la Santa Cruz, fecha de especial relevancia para la cofradía que lleva esta advocación en su nombre. Durante los días 13, 14 y 15 de septiembre, la hermandad organiza un Triduo solemne en honor a la Exaltación de la Santa Cruz y a Nuestra Señora de los Dolores, con funciones religiosas a las 20:00 horas en la Parroquia de Nuestra Señora del Carmen.
El día 14, festividad principal, se celebra la Eucaristía más solemne del año para la cofradía. Al finalizar la Santa Misa, se procede a la veneración de la reliquia de la Santa Cruz, momento de profunda emoción para los hermanos. Posteriormente tiene lugar la entrega de diplomas y distintivos de plata a los cofrades que por su antigüedad en la hermandad merecen este reconocimiento, acto que subraya el sentido de pertenencia y fidelidad a la institución. La celebración finaliza con una convivencia fraterna en los locales de la cofradía, reforzando los lazos de hermandad entre los miembros.
Festividad de Nuestra Señora de los Dolores
El 15 de septiembre, cuando la Iglesia conmemora los Dolores de la Santísima Virgen María, la cofradía dedica especial atención a su patrona mariana. Aunque esta fecha coincide con el último día del triduo a la Exaltación de la Santa Cruz, los cofrades se acercan espiritualmente a contemplar a María en su Séptimo Dolor, el más terrible de todos: la muerte de su Hijo en la Cruz y su deposición en el sepulcro.
Esta doble advocación —la Cruz exaltada y la Virgen dolorosa— sintetiza perfectamente la teología de la Redención: no hay gloria sin sufrimiento, no hay resurrección sin cruz, y junto al madero redentor siempre estuvo María, asociada íntimamente al sacrificio de su Hijo.
Domingo de Ramos: inicio de la Semana Santa
El Domingo de Ramos, la sección infantil de la cofradía participa en la procesión de Las Palmas tras la Misa de Bendición de los Ramos en la parroquia. Los niños y jóvenes cofrades acompañan así a Jesús en su entrada triunfal en Jerusalén, iniciando de este modo su vivencia de la Semana Santa y aprendiendo desde pequeños el valor de la tradición cofrade y la devoción a Cristo en su Pasión.
Detalles singulares y rasgos característicos
El origen ferroviario y su huella identitaria
Aunque con el paso de las décadas la composición social de la cofradía se ha diversificado enormemente, el origen ferroviario de la hermandad permanece como una seña de identidad que se recuerda con orgullo. Los veintitrés cofrades fundadores de 1944 eran todos trabajadores de RENFE, y durante muchos años la cofradía mantuvo una relación especial con el mundo del ferrocarril.
Aquellos primeros hachones de petróleo cuyo humo evocaba las locomotoras de carbón, la fabricación de enseres procesionales en los talleres de RENFE, y el carácter obrero y humilde de la hermandad constituyeron rasgos distintivos que la diferenciaban de las cofradías históricas nobiliarias o gremiales. Esta identidad popular y trabajadora ha permanecido como un valor fundamental de la cofradía, que mantiene su arraigo en el barrio de Las Delicias, tradicionalmente un barrio de clase trabajadora.
La fusión con la Asociación de los Dolores
La fusión de 1994 con la Asociación Parroquial de Nuestra Señora de los Dolores y Soledad marcó un punto de inflexión en la historia de la cofradía. Esta unión no fue simplemente administrativa, sino que enriqueció la vida devocional de la hermandad al incorporar la devoción mariana de forma más explícita en su denominación y en sus actividades.
La recuperación del Vía Crucis del Viernes de Dolores, que se había celebrado entre 1947 y 1952 pero que después se había interrumpido durante más de cuatro décadas, constituyó un logro fundamental de esta fusión. Esta procesión, que transcurre íntegramente por el barrio de Las Delicias, acerca la Semana Santa a los vecinos del barrio y mantiene viva una tradición de religiosidad popular profundamente arraigada en el tejido social del distrito.
Una cofradía joven y dinámica
Con aproximadamente 258 cofrades en la actualidad, cuyas edades oscilan entre los 90 años y los 6 meses de vida, la Cofradía de la Exaltación de la Santa Cruz se caracteriza por su carácter intergeneracional. La presencia de familias enteras, con abuelos, padres e hijos participando juntos en las procesiones, constituye uno de los aspectos más hermosos de esta hermandad.
La cofradía también ostenta un hito histórico relevante: tuvo la primera mujer presidenta de una cofradía de Valladolid, abriendo camino a una mayor participación femenina en los órganos de gobierno de las hermandades, tradicionalmente masculinos. Este hecho refleja la capacidad de adaptación y modernización de la cofradía sin perder su esencia tradicional.
La reforma procesional del siglo XXI
Las reformas procesionales impulsadas por el obispo auxiliar Luis Argüello en las primeras décadas del siglo XXI afectaron significativamente a la cofradía. La desaparición de la antigua procesión de la Amargura de Cristo, en la que la hermandad venía participando, motivó la creación de la nueva procesión de la Exaltación de la Luz de Cristo el Jueves Santo.
Aunque estos cambios generaron inicialmente cierta incertidumbre, la cofradía supo adaptarse creativamente, desarrollando una propuesta procesional que combina la tradición eucarística del Jueves Santo con el simbolismo de la luz de Cristo que ilumina las tinieblas. El ritual de tomar la llama del Monumento de la Catedral y llevarla hasta el templo parroquial constituye una innovación litúrgica que enriquece el calendario procesional vallisoletano.
Convivencia y vida fraterna
Uno de los aspectos más destacables de la Cofradía de la Exaltación de la Santa Cruz es su fuerte sentido de comunidad y convivencia. La tradición de ofrecer sopas de ajo tras el Vía Crucis del Viernes de Dolores a todos los asistentes, la organización de eventos sociales y culturales a lo largo del año, y la estrecha colaboración con la parroquia del Carmen en múltiples actividades (tanto económicas como litúrgicas y caritativas) demuestran que la cofradía es mucho más que una asociación que organiza procesiones: es una auténtica familia espiritual que comparte fe, tradiciones y vida.
Guía práctica para visitantes
Cómo llegar al barrio de Las Delicias: El barrio de Las Delicias se encuentra en la zona oeste de Valladolid, fácilmente accesible en transporte público mediante varias líneas de autobús urbano que tienen paradas en la avenida de Segovia. Desde el centro de la ciudad se puede llegar caminando en aproximadamente 20-25 minutos por el paseo de San Vicente. En vehículo particular, existen zonas de aparcamiento en las calles adyacentes a la iglesia del Carmen.
Alojamiento en Valladolid: Aunque el barrio de Las Delicias cuenta con algunos establecimientos de alojamiento, la mayoría de los visitantes prefieren alojarse en el centro histórico de Valladolid, desde donde pueden acceder fácilmente tanto a las procesiones del barrio como a los desfiles del centro. La oferta hotelera de Valladolid es amplia y variada, desde hoteles de cinco estrellas hasta hostales económicos y apartamentos turísticos. Durante la Semana Santa es imprescindible reservar con bastante antelación.
Recomendaciones para asistir a las procesiones: El Vía Crucis del Viernes de Dolores transcurre por calles del barrio de Las Delicias, muchas de ellas estrechas y residenciales, lo que permite una contemplación más cercana e íntima de las imágenes. Se recomienda llegar con algo de antelación a la iglesia del Carmen para presenciar la salida procesional. La procesión del Jueves Santo parte también del barrio pero se dirige al centro, por lo que puede seguirse tanto desde Las Delicias como desde el recorrido céntrico hasta la Catedral.
Vestimenta apropiada: Las noches de finales de marzo en Valladolid pueden ser frías, con temperaturas que oscilan entre 5 y 10 grados centígrados. Se aconseja llevar ropa de abrigo, especialmente para la procesión del Viernes de Dolores que comienza a las 22:00 horas. Calzado cómodo es esencial si se desea seguir el recorrido completo. Para entrar en los templos, se recomienda vestimenta respetuosa.
Gastronomía del barrio: El barrio de Las Delicias cuenta con varios bares y restaurantes donde degustar la gastronomía castellana tradicional. Tras las procesiones, es costumbre acudir a tomar algo en los establecimientos de la zona. La cofradía ofrece sopas de ajo tras el Vía Crucis del Viernes de Dolores, una experiencia de convivencia fraterna que los visitantes pueden disfrutar si lo desean.
Otros lugares de interés cercanos: Además de las procesiones, el visitante puede conocer el Museo Nacional de Escultura, donde se expone durante todo el año el paso de La Elevación de la Cruz, permitiendo contemplar con detenimiento todos los detalles de esta obra maestra que durante la Semana Santa se puede ver procesionar por las calles. El museo, ubicado en el Colegio de San Gregorio, alberga la mayor colección de escultura policromada del mundo y constituye una visita imprescindible para comprender el esplendor de la imaginería castellana.
Cuestiones habituales sobre la hermandad
¿Cuándo se fundó la Cofradía de la Exaltación de la Cruz?
La cofradía fue fundada el 18 de marzo de 1944, cuando el arzobispo Antonio García y García autorizó su constitución canónica. Su origen se remonta a la Hermandad Ferroviaria de la Sagrada Familia, cuyos miembros venían participando en las procesiones desde 1938. Los veintitrés cofrades fundadores celebraron su primera Junta General el 1 de abril de 1944.
¿Dónde se encuentra la sede de la cofradía?
La sede canónica está en la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora del Carmen, ubicada en la avenida de Segovia, 133, en el barrio de Las Delicias. Los locales de la sede social han sido cedidos por la parroquia, con la que la cofradía mantiene una estrecha colaboración.
¿Qué procesiones organiza o participa la cofradía?
La cofradía organiza dos procesiones propias: el Vía Crucis del Viernes de Dolores a las 22:00 horas por el barrio de Las Delicias, y la Procesión de la Exaltación de la Luz de Cristo el Jueves Santo a las 18:45 horas con estación de penitencia en la Catedral. Además, participa en la Procesión General de la Sagrada Pasión del Redentor cada Viernes Santo alumbrando el paso de La Elevación de la Cruz.
¿Qué es el paso de La Elevación de la Cruz?
Es una obra maestra de Francisco del Rincón realizada entre 1604 y 1606, que representa el momento en que los soldados romanos elevan la cruz con Cristo ya clavado en ella. Fue el primer paso procesional español realizado íntegramente en madera policromada con figuras de tamaño natural, revolucionando el concepto de imaginería procesional. Aunque pertenece a la Cofradía de la Pasión y se custodia en el Museo Nacional de Escultura, la Cofradía de la Exaltación lo alumbra cada Viernes Santo.
¿Cómo es el hábito de los cofrades?
El hábito se caracteriza por su singular combinación cromática: túnica azul marino con bocamangas, capa azul celeste, capirote y cíngulo rojos, guantes blancos y zapato negro. Esta combinación de azules y rojo hace que sea uno de los hábitos más reconocibles de la Semana Santa vallisoletana.
¿Cuál es la imagen titular de la cofradía?
La imagen titular es el Santísimo Cristo de la Exaltación, obra de Francisco Fernández Enríquez y su hijo Rubén Fernández Parra, realizada en 1999 en madera de cedro. Se venera en el baptisterio de la iglesia del Carmen y procesiona el Jueves Santo en la procesión de la Exaltación de la Luz de Cristo.
¿Qué relación tiene la cofradía con el mundo ferroviario?
La cofradía fue fundada en 1944 por trabajadores de RENFE pertenecientes a la Hermandad Ferroviaria de la Sagrada Familia. Los veintitrés cofrades fundadores eran todos ferroviarios, y los talleres de RENFE fabricaron los primeros enseres procesionales. Aunque la composición social se ha diversificado con el tiempo, el origen ferroviario permanece como una seña de identidad orgullosa de la hermandad.
¿Qué significan las sopas de ajo tras el Vía Crucis?
Es una tradición muy arraigada de la cofradía que refleja su carácter popular y acogedor. Tras el Vía Crucis del Viernes de Dolores, la hermandad invita a todos los asistentes —cofrades y pueblo fiel— a unas sopas de ajo en su sede, creando un ambiente de convivencia fraterna que prolonga el espíritu comunitario de la procesión.
¿Se puede visitar el paso de La Elevación de la Cruz fuera de Semana Santa?
Sí, el conjunto escultórico de La Elevación de la Cruz permanece expuesto durante todo el año en el Museo Nacional de Escultura de Valladolid, donde puede contemplarse con detenimiento. El museo está ubicado en el Colegio de San Gregorio y es de visita obligada para comprender la riqueza de la imaginería castellana.
¿Cómo puedo incorporarme a la cofradía?
Para ingresar en la hermandad es necesario contactar con la cofradía a través de su sede en la iglesia del Carmen o mediante sus canales oficiales de comunicación. La cofradía recibe cada año nuevos hermanos de todas las edades, desde bebés hasta personas mayores, manteniendo así su carácter intergeneracional y familiar.
Recursos y contactos de interés
- Página web oficial de la Cofradía de la Exaltación de la Santa Cruz y Nuestra Señora de los Dolores
- Junta de Cofradías de Semana Santa de Valladolid
- Museo Nacional de Escultura – Paso de La Elevación de la Cruz
- Turismo de Valladolid – Ayuntamiento
- Patronato de Turismo – Diputación Provincial de Valladolid
- Arzobispado de Valladolid