Cofradía del Santo Entierro
La Cofradía del Santo Entierro representa una de las hermandades más jóvenes y a la vez más solemnes de la Semana Santa de Valladolid. Fundada en 1930 por iniciativa del arzobispo Remigio Gandásegui, esta cofradía nació con el noble propósito de venerar y procesionar algunas de las obras maestras del arte sacro vallisoletano. Desde sus inicios hasta la actualidad, ha mantenido un carácter marcado por el silencio, el recogimiento y la dignidad, características que la distinguen dentro del panorama cofrade de la ciudad.
Con sede canónica en el Real Monasterio de San Joaquín y Santa Ana, uno de los edificios neoclásicos más destacados de Valladolid, la cofradía custodia y procesiona el magnífico Cristo Yacente atribuido al taller de Gregorio Fernández, una de las tallas más admiradas del barroco castellano. Sus desfiles procesionales, caracterizados por la austeridad del acompañamiento musical y la elegancia del hábito negro, constituyen momentos de profunda emoción y espiritualidad en la Semana Santa vallisoletana.
Contenido
- 1 Fundación y Primeros Años de la Hermandad
- 2 La Sede Canónica
- 3 El Hábito Procesional: Elegancia y Sobriedad
- 4 La Joya Escultórica: El Cristo Yacente
- 5 Desfiles Procesionales
- 6 Cultos y Actividades a lo Largo del Año
- 7 Evolución Reciente y Reflexión Litúrgica
- 8 Momentos Históricos y Anécdotas Significativas
- 9 Guía Práctica para el Visitante
- 10 Preguntas Habituales sobre la Cofradía
- 10.1 ¿Por qué se llama «Cofradía del Santo Entierro» si su procesión principal se llama «Verum Corpus»?
- 10.2 ¿Cuándo se fundó la cofradía?
- 10.3 ¿Procesionó alguna vez el conjunto de Juan de Juni?
- 10.4 ¿Quién realizó el Cristo Yacente actual?
- 10.5 ¿Por qué la procesión del Jueves Santo sale a medianoche?
- 10.6 ¿Qué es el Epitaphion que realizan al regresar de la Procesión General?
- 10.7 ¿Se puede visitar el Cristo Yacente fuera de Semana Santa?
- 10.8 ¿Por qué las procesiones de esta cofradía son tan silenciosas?
- 10.9 ¿Qué significa «Verum Corpus»?
- 10.10 ¿Cuántos cofrades tiene actualmente la hermandad?
- 11 Enlaces de Interés
- 12 Cofradías y Hermandades
- 12.0.1 Cofradía de la Exaltación de la Santa Cruz y Ntra. Sra. de los Dolores
- 12.0.2 Cofradía de la Orden Franciscana Seglar V.O.T.
- 12.0.3 Cofradía de las Siete Palabras
- 12.0.4 Cofradía de Ntro. Padre Jesús Resucitado, María Stma. de la Alegría y las Lágrimas de San Pedro
- 12.0.5 Cofradía del Descendimiento y Santo Cristo de la Buena Muerte
- 12.0.6 Cofradía del Santo Entierro
- 12.0.7 Cofradía del Santo Sepulcro y Santísimo Cristo del Consuelo
- 12.0.8 Cofradía Penitencial de la Oración del Huerto y San Pascual Bailón
- 12.0.9 Cofradía Penitencial de la Sagrada Pasión de Cristo
- 12.0.10 Cofradía Penitencial de la Santa Vera-Cruz
- 12.0.11 Cofradía Penitencial de Ntro. Padre Jesús Nazareno
- 12.0.12 Cofradía Penitencial y Sacramental de la Sagrada Cena
- 12.0.13 Hermandad del Santísimo Cristo Jesús de Medinaceli, Nuestra Señora de la Divina Misericordia y Discípulo Amado
- 12.0.14 Hermandad del Santo Cristo de los Artilleros
- 12.0.15 Hermandad Penitencial de Ntro. Padre Jesús Atado a la Columna
- 12.0.16 Hermandad Universitaria del Santísimo Cristo de la Luz
- 12.0.17 Ilustre Cofradía Penitencial de Ntra. Sra. de las Angustias
- 12.0.18 Muy Ilustre Cofradía de Nuestra Señora de la Piedad
- 12.0.19 Real cofradía Penitencial del Santísimo Cristo Despojado, Cristo Camino del Calvario y Nuestra Señora de la Amargura
- 12.0.20 Real y Venerable Cofradía de la Preciosísima Sangre de Ntro. Señor Jesucristo
Fundación y Primeros Años de la Hermandad
El año 1930 marca el nacimiento de la Cofradía del Santo Entierro en un contexto histórico particularmente significativo para Valladolid. El arzobispo Remigio Gandásegui, figura clave en la recuperación y promoción de la Semana Santa vallisoletana durante las primeras décadas del siglo XX, canalizó las inquietudes devocionales de un grupo de aproximadamente cien promotores que deseaban participar activamente en las celebraciones pasionistas de la ciudad.
Estos fundadores pertenecían mayoritariamente al Círculo de Recreo, una de las sociedades culturales y recreativas más prestigiosas de Valladolid, lo que confería a la nueva hermandad un marcado carácter burgués y selecto. Bajo la dirección de Santos Rodríguez Pardo, estos devotos compartían el anhelo de venerar y sacar en procesión una de las joyas del patrimonio artístico vallisoletano: el conjunto escultórico del Entierro de Cristo realizado por Juan de Juni entre 1541 y 1544.
La Primera Procesión con el Grupo de Juni
El Viernes Santo de 1931, la recién fundada cofradía protagonizó un acontecimiento histórico al alumbrar por primera y única vez el magnífico conjunto del Entierro de Cristo de Juan de Juni en la Procesión General. Esta obra maestra, compuesta por siete figuras de tamaño natural que representan el momento del sepelio de Cristo, había sido realizada originalmente para el sepulcro de Fray Antonio de Guevara, Obispo de Mondoñedo, en el desaparecido Convento de San Francisco de Valladolid.
El grupo escultórico, que se conservaba en el Museo Nacional de Escultura tras la desamortización y demolición del convento franciscano en 1836, constituye una de las cumbres de la escultura renacentista española. Las figuras de Cristo yacente, la Virgen María, San Juan, José de Arimatea, Nicodemo, María Magdalena y María Salomé conforman una composición de extraordinario dramatismo y maestría técnica.
Sin embargo, esta primera procesión sería también la última con el conjunto de Juni. La proclamación de la Segunda República en abril de 1931 trajo consigo la prohibición de las manifestaciones religiosas públicas. La cofradía no pudo volver a procesionar entre 1932 y 1934, quedando sus actividades suspendidas debido a la turbulenta situación política que atravesaba España.
El Cambio de Imagen Titular: El Cristo Yacente de Gregorio Fernández
Cuando en 1935 se permitieron nuevamente las salidas procesionales, la cofradía se encontró con un problema insalvable: el conjunto del Entierro de Cristo de Juan de Juni presentaba un acusado deterioro que hacía imposible su traslado por las calles. El Estado, propietario de la obra tras la desamortización, no autorizó su cesión para las procesiones por razones de conservación.
Ante esta situación, la hermandad tuvo que buscar una nueva imagen titular. Inicialmente, en 1932, comenzaron a rendir culto al Cristo Yacente de Gregorio Fernández del Convento de Santa Catalina. Finalmente, adoptaron como paso titular definitivo el Santísimo Cristo Yacente del Real Monasterio de San Joaquín y Santa Ana, obra del taller de Gregorio Fernández realizada entre 1631 y 1636.
Esta magnífica talla barroca, propiedad de las monjas bernardas cistercienses del monasterio, se dice que fue una donación del rey Felipe III a las religiosas, de las cuales era protector. Con este cambio, la cofradía estableció su sede canónica permanente en el Real Monasterio de San Joaquín y Santa Ana, donde permanece hasta la actualidad.
La Sede Canónica
El Real Monasterio de San Joaquín y Santa Ana constituye uno de los conjuntos arquitectónicos neoclásicos más destacados de Valladolid y de toda Castilla y León. Situado en la Plaza de Santa Ana número 4, en pleno casco histórico de la ciudad, este edificio alberga tanto a la comunidad de monjas bernardas cistercienses como un excepcional museo de arte sacro.
El Hábito Procesional: Elegancia y Sobriedad
El hábito de la Cofradía del Santo Entierro destaca por su elegancia austera y su carácter solemne, perfectamente acorde con la espiritualidad de recogimiento y silencio que caracteriza a esta hermandad.
Los cofrades visten túnica de terciopelo negro con cola, confeccionada en un tejido noble que aporta distinción al conjunto. La túnica está adornada con galón dorado en bocamangas y bajo, añadiendo un toque de sobria elegancia sin romper la austeridad general del atuendo.
Sobre el pecho, los hermanos portan una cruz bordada en dorado, símbolo del misterio pascual y distintivo de la hermandad. El atuendo se completa con un cíngulo dorado que ciñe la cintura, capirote de terciopelo negro, guante blanco y zapato negro.
Este conjunto de terciopelo negro con detalles dorados crea una imagen de gran dignidad y sobriedad en las procesiones nocturnas. El contraste del negro profundo con el oro discreto evoca el luto y el duelo por la muerte de Cristo, al tiempo que mantiene la elegancia propia de una cofradía fundada por miembros destacados de la sociedad vallisoletana.
La Joya Escultórica: El Cristo Yacente
El Santísimo Cristo Yacente, imagen titular de la Cofradía del Santo Entierro, constituye una de las obras más admiradas del barroco castellano y una de las creaciones más logradas del taller de Gregorio Fernández.
Autoría y Datación
La talla está atribuida al taller de Gregorio Fernández y se fecha entre 1631 y 1636, correspondiendo por tanto a la última etapa creativa del maestro gallego afincado en Valladolid. El historiador García Chico considera probable que esta imagen formara parte del retablo de la Cartuja de Aniago, que Gregorio Fernández realizó en 1634 junto al ensamblador Melchor de Beya y los pintores Tomás de Meñasco y José Ángulo.
Durante décadas ha existido debate entre los historiadores del arte sobre si se trata de una obra salida directamente de la gubia del maestro o si fue ejecutada por su taller siguiendo sus modelos y bajo su supervisión. Lo cierto es que la calidad técnica y expresiva de la talla la sitúan entre las mejores representaciones de Cristo yacente del barroco español.
Se dice que fue una donación del rey Felipe III a las Madres Bernardas del Monasterio de San Joaquín y Santa Ana, de las cuales era protector real. Esta procedencia regia subraya la importancia y calidad de la pieza desde su origen.
Características Artísticas y Devocionales
El Cristo Yacente del Santo Entierro responde al modelo iconográfico desarrollado magistralmente por Gregorio Fernández, convirtiéndose en un arquetipo fundamental de la imaginería barroca española. La figura de Cristo es de grandes proporciones, con talla esbelta y noble que transmite simultáneamente la majestuosidad divina y la humanidad sufriente.
La cabeza, ligeramente ladeada, reposa sobre dos almohadones tallados y policromados en dorado, detalle que añade realismo y dignidad a la composición. El rostro muestra las huellas del tormento con un patetismo contenido, lejos de las exageraciones morbosas pero profundamente emotivo.
El naturalismo de la imagen es sobrecogedor y se ve potenciado por numerosos elementos postizos que incrementan el efecto de verosimilitud:
- Ojos de cristal: Permiten una mirada vidriosa y muerta de extraordinario realismo
- Uñas de asta de toro: Técnica habitual en Gregorio Fernández para lograr mayor naturalidad
- Baldeses de cuero: Aplicados sobre las heridas para simular la carne lacerada
- Gotas de resina: Acompañan a la sangre policromada del costado, simulando sangre coagulada
Estos recursos técnicos, típicos del barroco castellano, buscan mover a la piedad y la compasión del fiel, cumpliendo así la finalidad contrarreformista de la imaginería de este período: acercar al devoto al misterio de la Pasión mediante la representación hiperrealista del sufrimiento de Cristo.
La talla desprende un hondo patetismo pero manteniendo la sobriedad y dignidad propias de las mejores obras de Fernández. No busca el impacto mediante el tremendismo, sino la emoción contenida que invita a la meditación y la oración.
Conservación y Exhibición
Durante todo el año, el Cristo Yacente se exhibe en el Museo del Real Monasterio de San Joaquín y Santa Ana, donde es una de las obras más destacadas y visitadas. La imagen permanece en una vitrina que permite su contemplación y veneración, constituyendo uno de los principales atractivos del museo conventual.
En Cuaresma y Semana Santa, el Cristo es trasladado a la iglesia del monasterio para los cultos de la cofradía, y sale en procesión en tres momentos señalados: la Procesión del Verum Corpus del Jueves Santo, la Procesión General del Viernes Santo, y el emotivo Santo Entierro del Sábado Santo, cuando regresa ceremonialmente al museo.
Desfiles Procesionales
La Cofradía del Santo Entierro participa en tres momentos fundamentales de la Semana Santa vallisoletana, cada uno con características propias que reflejan diferentes aspectos del misterio pascual.
Procesión del Verum Corpus
Día: Jueves Santo
Hora de salida: 24:00 horas (medianoche)
Punto de partida: Real Monasterio de San Joaquín y Santa Ana
Recorrido: Catedral, Plaza de El Salvador, Iglesia de San Felipe Neri
Paso: Santísimo Cristo Yacente
Acompañamiento: Dos cornetas y dos bombos
Esta procesión, que tiene lugar en el tránsito del Jueves Santo al Viernes Santo, constituye uno de los momentos más solemnes y recogidos de la Semana Santa vallisoletana. El nombre «Verum Corpus» (Verdadero Cuerpo) fue adoptado en 2015, en el contexto de una profunda reflexión litúrgica promovida por el obispo auxiliar de Valladolid, Luis Argüello.
La procesión parte del Real Monasterio a medianoche y se dirige a la Santa Iglesia Metropolitana Catedral, donde realiza una estación de penitencia y un solemne acto de adoración eucarística. Este momento centra el sentido profundo de la procesión: el Jueves Santo es el día de la institución de la Eucaristía, y la procesión del Cristo muerto se convierte en adoración al Santísimo Sacramento.
Tras la estación en la Catedral, el cortejo sale por la puerta de Santa María y se dirige a la Plaza de El Salvador, donde tiene lugar una ofrenda ante la Iglesia de las Esclavas del Sagrado Corazón, sede de la Adoración Eucarística Perpetua en Valladolid. Este momento conecta simbólicamente el Cristo muerto con la presencia eucarística perpetua.
Posteriormente, el cortejo continúa hasta la Iglesia de San Felipe Neri, donde se realiza un acto de oración, antes de regresar a su sede en el Real Monasterio.
La reforma de 2015 supuso también un cambio de recorrido. Anteriormente, desde 1964, la procesión se dirigía hasta la iglesia de San Pío X en el barrio de Girón, llevando la devoción al Cristo Yacente a un barrio popular de la periferia vallisoletana. Sin embargo, por razones litúrgicas, se decidió reorientar la procesión hacia el centro histórico y hacia templos vinculados con la adoración eucarística.
Procesión General de la Sagrada Pasión del Redentor
Día: Viernes Santo
Hora de salida: 19:30 horas
Punto de partida: Iglesia Penitencial de Nuestra Señora de las Angustias
Paso: Santísimo Cristo Yacente
Escolta: Piquete de la Guardia Civil
Acompañamiento: Dos cornetas y dos bombos
La Procesión General del Viernes Santo constituye el momento culminante y más multitudinario de la Semana Santa vallisoletana. Decenas de pasos de las diferentes cofradías recorren las calles del centro histórico en un desfile que puede llegar a durar hasta ocho horas, congregando a decenas de miles de espectadores.
La Cofradía del Santo Entierro participa alumbrando su paso titular, acompañado por un piquete de escolta de la Guardia Civil, honor militar que subraya la solemnidad del momento y que constituye una tradición en varias procesiones vallisoletanas.
El silencio es absoluto, roto únicamente por el redoble cadencioso de los dos bombos y el toque solemne de las dos cornetas que llaman al recogimiento. Este minimalismo musical contrasta con la magnificencia de muchas otras cofradías, pero resulta tremendamente efectivo para crear una atmósfera de profundo respeto y emoción contenida.
Al regresar a su sede en el Real Monasterio, al final de la Procesión General, tiene lugar en la Plaza de Santa Ana el ejercicio del Epitaphion, ceremonia de la liturgia bizantina que consiste en una meditación sobre el Cristo muerto y la espera de la Resurrección. Este momento, de gran recogimiento y belleza litúrgica, cierra la participación de la cofradía en el Viernes Santo.
Santo Entierro de Cristo
Día: Sábado Santo
Hora de salida: 20:30 horas
Punto de partida: Iglesia del Real Monasterio de San Joaquín y Santa Ana
Destino: Museo del Real Monasterio (clausura)
Paso: Santísimo Cristo Yacente
Música: Miserere de Allegri
Escolta: Piquete de la Guardia Civil
El Santo Entierro de Cristo constituye uno de los actos más emotivos, íntimos y singulares de toda la Semana Santa vallisoletana. Este traslado ceremonial del Cristo Yacente desde la iglesia del monasterio hasta su ubicación habitual en el museo conventual cierra simbólicamente la Pasión y abre el tiempo de espera de la Resurrección.
Aunque el recorrido es de escasos metros —apenas unos pasos desde la iglesia hasta la clausura del convento—, la ceremonia no pierde un ápice de brillantez y emoción. Al contrario, su brevedad e intimidad la hacen especialmente conmovedora.
El Cristo Yacente sale de la iglesia de Santa Ana a los sones del Miserere de Allegri, una de las obras más sublimes de la música sacra occidental. Esta composición polifónica renacentista, compuesta para la Capilla Sixtina, crea una atmósfera de profundo recogimiento espiritual.
El público, que conoce la singularidad de este acto, abarrota la Plaza de Santa Ana con horas de antelación para poder presenciar este momento irrepetible. En la plaza se ubica una tribuna desde la que el consiliario de la cofradía realiza una reflexión sobre la muerte y la Resurrección, homilía que conecta el misterio del sepelio de Cristo con la esperanza pascual.
Tras esta meditación pública, la procesión continúa adentrándose en la clausura del convento, momento al que solo pueden acceder los cofrades y autoridades. Este ingreso en el espacio conventual privado añade un carácter especialmente íntimo y solemne al acto, que se convierte así en un momento de recogimiento profundo para los hermanos de la cofradía.
El Santo Entierro solía realizarse en la mañana del Domingo de Resurrección, pero en 1991 la cofradía consiguió reubicarlo al final de la tarde del Sábado Santo, momento mucho más coherente desde el punto de vista litúrgico y simbólico. Aunque la Santa Sede considera el Sábado Santo como día no litúrgico, el traslado se justifica por su carácter no estrictamente procesional sino como acto de custodia y retorno de la imagen a su lugar de veneración habitual.
Cultos y Actividades a lo Largo del Año
Como verdadera hermandad de pasión, la Cofradía del Santo Entierro mantiene una actividad religiosa que trasciende los días de Semana Santa, desarrollando diversos cultos y celebraciones a lo largo del año litúrgico.
Tiempo de Cuaresma
Tras la celebración del Miércoles de Ceniza, que marca el inicio de la Cuaresma, la cofradía inicia el Triduo al Santo Cristo Yacente en los tres días siguientes. Durante estos tres días, los hermanos se reúnen para actos de oración, meditación y preparación espiritual para la Semana Santa.
Los viernes de Cuaresma, la imagen titular queda expuesta en la iglesia de San Joaquín y Santa Ana durante todo el día, permitiendo a devotos y fieles la veneración y contemplación del Cristo Yacente. Esta exposición semanal mantiene viva la devoción a la imagen y prepara espiritualmente a los cofrades y fieles para la llegada de la Semana Mayor.
Viernes de Dolores: Vía Crucis
El Viernes de Dolores, último viernes de Cuaresma que precede al Domingo de Ramos, la cofradía realiza el Ejercicio del Vía Crucis. Desde 2020, este acto se celebra en el interior de la iglesia parroquial de San Lorenzo, sin previo desfile procesional por las calles.
Anteriormente, desde principios del siglo XXI, el Cristo Yacente era trasladado procesionalmente desde Santa Ana hasta la iglesia de San Lorenzo para realizar allí el Vía Crucis. Sin embargo, atendiendo a criterios de conservación de la talla y para evitar un excesivo número de salidas procesionales —que llegaban a ser cuatro en total—, se decidió suprimir este traslado exterior, manteniendo la tradición del Vía Crucis pero en el interior del templo.
Esta decisión refleja la creciente preocupación de la cofradía por el cuidado y preservación de su valioso patrimonio artístico, equilibrando la devoción popular con la responsabilidad de conservación.
Sábado de Pasión: Besapiés
El Sábado de Pasión, día anterior al Domingo de Ramos, tiene lugar el solemne besapiés a la imagen titular. Este acto de veneración permite a los hermanos y devotos acercarse personalmente al Cristo Yacente y expresar su devoción mediante el tradicional beso de los pies, gesto de humildad y reverencia profundamente arraigado en la religiosidad popular.
El besapiés constituye uno de los momentos de mayor afluencia devocional del año, reuniendo a numerosos fieles que desean renovar su compromiso espiritual antes de la Semana Santa.
Evolución Reciente y Reflexión Litúrgica
La Cofradía del Santo Entierro ha experimentado en las últimas décadas una notable evolución marcada por una profunda reflexión sobre el sentido litúrgico y religioso de sus procesiones y actos, lo que la distingue como una hermandad comprometida con la renovación teológica y pastoral.
Las Reformas de 2015: Carácter Sacramental
El año 2015 marcó un punto de inflexión en la historia reciente de la cofradía. Siguiendo las orientaciones del obispo auxiliar de Valladolid, Luis Argüello, la hermandad emprendió una serie de cambios importantes destinados a reforzar el carácter sacramental de sus desfiles y su vinculación con la liturgia eucarística.
El cambio más significativo fue la transformación de su procesión principal del Jueves Santo. Lo que hasta entonces se había denominado simplemente «Procesión del Santo Entierro» pasó a llamarse «Procesión del Verum Corpus», centrándose explícitamente en la adoración eucarística.
Este cambio de nombre y de orientación no fue meramente formal, sino que implicó una reconfiguración completa del sentido del desfile. La procesión dejó de dirigirse al barrio de Girón para realizar una estación de penitencia ante el Santísimo en la Catedral, visitando posteriormente lugares vinculados con la adoración eucarística perpetua.
Esta reforma recuperó, potenció y actualizó la tradición devocional que hizo surgir la tipología escultórica del Cristo Yacente. Estos cristos, que en su origen eran imágenes sacramentales que en muchos casos contenían un receptáculo para la Sagrada Forma en el costado, se vinculaban estrechamente con la teología eucarística. La reforma de 2015 hizo visible este carácter sacramental olvidado.
Número de Cofrades y Carácter de la Hermandad
A partir de 1961, la cofradía comenzó a recibir nuevas altas de manera constante. Tradicionalmente considerada una hermandad reducida, ha mantenido sin embargo un número estable de miembros a lo largo de las décadas. En la actualidad cuenta con aproximadamente 350 cofrades.
Este tamaño moderado permite a la cofradía mantener un carácter más íntimo y recogido, acorde con su espiritualidad centrada en el silencio y la dignidad. A diferencia de otras cofradías multitudinarias, el Santo Entierro ha preservado un perfil más selecto y contemplativo.
Momentos Históricos y Anécdotas Significativas
Una Única Procesión con la Obra Maestra de Juni
El Viernes Santo de 1931 quedó grabado en la historia de la cofradía y del arte vallisoletano como el único día en que el magistral conjunto del Entierro de Cristo de Juan de Juni salió en procesión por las calles de Valladolid. Aquella primera procesión de la recién fundada cofradía fue también, paradójicamente, la última con esta obra maestra.
Los acontecimientos políticos de la Segunda República primero, y el deterioro de la obra después, impidieron que se repitiera aquel momento histórico. Hoy, el conjunto permanece expuesto en el Museo Nacional de Escultura, donde puede ser admirado en todo su esplendor, pero nunca más ha conocido el fervor de las calles.
El Patronazgo Real del Cristo Yacente
La tradición señala que el Cristo Yacente de Gregorio Fernández fue una donación del rey Felipe III a las monjas bernardas del Real Monasterio, de las que era protector. Esta procedencia regia confiere a la imagen un valor histórico añadido y explica su extraordinaria calidad artística.
El patronazgo real sobre el monasterio quedó patente cuando, en 1777, las monjas solicitaron al rey Carlos III la reconstrucción del edificio deteriorado, y el monarca no solo accedió sino que encargó el proyecto a su mejor arquitecto, Francesco Sabatini.
La Mudanza del Santo Entierro al Sábado Santo
Durante años, el traslado del Cristo Yacente desde la iglesia al museo del monasterio se realizaba en la mañana del Domingo de Resurrección, junto con la Cofradía de Jesús Resucitado, horas antes del encuentro entre Jesús Resucitado y la Virgen de la Alegría. Esta ubicación temporal resultaba litúrgicamente inadecuada.
En 1991, la cofradía consiguió trasladar este acto al final de la tarde del Sábado Santo, momento mucho más coherente con el simbolismo del sepelio de Cristo y la espera de la Resurrección. Esta fue una mejora sustancial que permitió dignificar el acto y dotarlo de su verdadero sentido pascual.
Del Círculo de Recreo a la Espiritualidad Eucarística
Resulta significativa la evolución de la cofradía desde sus orígenes en el Círculo de Recreo —sociedad burguesa y recreativa— hasta convertirse en una hermandad centrada en la adoración eucarística y la reflexión litúrgica. Este tránsito de lo social a lo sacramental refleja una maduración espiritual de la hermandad.
Guía Práctica para el Visitante
Presenciar las procesiones de la Cofradía del Santo Entierro constituye una experiencia única para quien desee conocer la Semana Santa vallisoletana en su dimensión más austera y recogida. A continuación, ofrecemos información útil para planificar su visita.
Cómo Llegar a Valladolid
En tren: Valladolid dispone de excelentes conexiones ferroviarias. La estación de Valladolid-Campo Grande recibe trenes AVE desde Madrid (55 minutos), Barcelona, León, Gijón y otras ciudades. Es una de las estaciones mejor comunicadas de Castilla y León.
En autobús: La Estación de Autobuses (Puente Colgante) ofrece servicios regulares con las principales ciudades españolas. Múltiples compañías conectan Valladolid con Madrid, Bilbao, Santander, Salamanca y otras capitales.
En avión: El Aeropuerto de Valladolid-Villanubla se encuentra a 10 kilómetros del centro urbano. Aunque con oferta limitada, conecta con Barcelona, islas y algunos destinos europeos en temporada alta.
En coche: Valladolid goza de una ubicación estratégica en el centro de la meseta castellana, con acceso por las autovías A-62 (Salamanca-Palencia), A-6 (Madrid), A-11 (Soria) y N-601 (León).
Dónde Alojarse Durante la Semana Santa
La Semana Santa vallisoletana registra ocupación hotelera completa, por lo que la reserva anticipada resulta imprescindible, preferiblemente con varios meses de antelación.
Centro histórico: Alojarse cerca de la Plaza Mayor, calle Santiago o avenida de Miguel Íscar permite acceder fácilmente a las procesiones. La cercanía al Real Monasterio de San Joaquín y Santa Ana (Plaza de Santa Ana) facilita especialmente presenciar el Santo Entierro del Sábado Santo.
Zona de Campo Grande: Excelente ubicación junto al parque principal de la ciudad, con hoteles de diferentes categorías y buenas comunicaciones.
Apartamentos turísticos: Opción cada vez más demandada, especialmente para grupos familiares que buscan mayor independencia y espacio.
Gastronomía Vallisoletana
La visita a Valladolid en Semana Santa ofrece la oportunidad de degustar la excelente gastronomía castellana:
Lechazo asado: El cordero lechal asado en horno de leña constituye el plato rey de la cocina vallisoletana. Su piel crujiente y su carne tierna lo convierten en un manjar imprescindible.
Tapas y vinos: Valladolid es capital mundial del tapeo. Zonas como la calle del Paraíso, Ferrari, o la Plaza de la Universidad ofrecen infinidad de bares donde degustar raciones acompañadas de los excelentes vinos de Ribera del Duero y Cigales.
Dulces de Semana Santa: Torrijas, pestiños y rosquillas son las especialidades reposteras de estos días. Las pastelerías tradicionales y los conventos ofrecen estas delicias artesanales.
Dulces del Monasterio de San Joaquín y Santa Ana: Las monjas bernardas elaboran dulces conventuales que pueden adquirirse en el torno del monasterio. Son especialmente apreciadas las pastas, las yemas y otros dulces tradicionales de elaboración artesanal.
Qué Vestir
El mes de abril en Valladolid presenta clima variable, con temperaturas que oscilan entre 5 y 18 grados. Las noches pueden ser especialmente frescas.
Calzado cómodo: Imprescindible para recorrer el casco histórico, muchas veces sobre adoquines. Las procesiones requieren largos desplazamientos a pie.
Abrigo: Las procesiones nocturnas, especialmente la del Verum Corpus a medianoche del Jueves Santo y el Santo Entierro del Sábado Santo al anochecer, pueden ser frías. Conviene llevar chaqueta o abrigo.
Ropa respetuosa: Aunque no existe código de vestimenta estricto, conviene vestir con sobriedad y respeto, acorde con el carácter religioso de las celebraciones.
Mejores Ubicaciones para Presenciar las Procesiones
Procesión del Verum Corpus (Jueves Santo, medianoche): La Plaza de Santa Ana es el lugar privilegiado, tanto para la salida como para el regreso. El recorrido por la calle Angustias hasta la Catedral ofrece también buenos puntos de observación. La Plaza de la Universidad y el entorno de la Catedral permiten presenciar la estación de penitencia.
Procesión General (Viernes Santo, tarde): Este desfile multitudinario recorre las principales arterias del centro. Lugares emblemáticos: Plaza Mayor, Acera de Recoletos, calle Santiago, Plaza de la Universidad. Conviene llegar con notable antelación dada la masiva afluencia de público.
Santo Entierro (Sábado Santo, 20:30): La Plaza de Santa Ana constituye el único lugar para presenciar este acto, dada la brevedad del recorrido. El público comienza a concentrarse con varias horas de antelación para asegurar una buena ubicación. Este es uno de los momentos más emotivos e íntimos de toda la Semana Santa vallisoletana, por lo que se recomienda especialmente no perdérselo.
Otros Lugares de Interés en Valladolid
Museo Nacional de Escultura: Visita imprescindible para comprender el contexto artístico de la imaginería procesional. Alberga el conjunto del Entierro de Cristo de Juan de Juni que la cofradía procesionó en 1931, además de obras maestras de Alonso Berruguete, Gregorio Fernández y otros grandes escultores.
Iglesias históricas: Más allá de las sedes cofrades, Valladolid posee extraordinarios templos: la Catedral, la iglesia de San Pablo con su impresionante fachada, la Antigua, Santiago Apóstol y las Angustias.
Casa de Cervantes: El autor del Quijote residió en Valladolid entre 1604 y 1606. Su casa-museo recrea el ambiente de la época.
Palacio de Pimentel: Lugar de nacimiento del rey Felipe II, actual sede de la Diputación Provincial.
Preguntas Habituales sobre la Cofradía
¿Por qué se llama «Cofradía del Santo Entierro» si su procesión principal se llama «Verum Corpus»?
La cofradía mantiene su denominación histórica desde su fundación en 1930, cuando nació precisamente para procesionar el conjunto del Entierro de Cristo. Aunque en 2015 su procesión del Jueves Santo pasó a denominarse «Verum Corpus» para enfatizar su carácter eucarístico, el nombre de la hermandad permanece como testimonio de su origen y tradición. Además, el acto del Sábado Santo mantiene el título «Santo Entierro de Cristo».
¿Cuándo se fundó la cofradía?
La Cofradía del Santo Entierro fue fundada en 1930 por iniciativa del arzobispo Remigio Gandásegui, siendo por tanto una de las hermandades más jóvenes de la Semana Santa vallisoletana. Los fundadores procedían mayoritariamente del Círculo de Recreo de la ciudad.
¿Procesionó alguna vez el conjunto de Juan de Juni?
Sí, pero solo una vez. El Viernes Santo de 1931, la cofradía alumbró el magnífico conjunto del Entierro de Cristo de Juan de Juni en la Procesión General. Fue la primera y única vez que esta obra maestra del Renacimiento español salió en procesión. Los acontecimientos políticos de la Segunda República y posteriormente el deterioro de la obra impidieron que volviera a procesionar.
¿Quién realizó el Cristo Yacente actual?
El Santísimo Cristo Yacente que procesiona actualmente la cofradía es obra del taller de Gregorio Fernández, realizada entre 1631 y 1636. Se conserva durante todo el año en el Museo del Real Monasterio de San Joaquín y Santa Ana, siendo una de sus piezas más destacadas.
¿Por qué la procesión del Jueves Santo sale a medianoche?
La medianoche marca el tránsito del Jueves Santo al Viernes Santo, momento litúrgicamente significativo. Tras la celebración de la Última Cena y la institución de la Eucaristía en el Jueves Santo, comienza el tiempo de la Pasión y muerte de Cristo que culminará el Viernes Santo. Procesionar en ese instante liminal posee un profundo simbolismo teológico.
¿Qué es el Epitaphion que realizan al regresar de la Procesión General?
El Epitaphion es una ceremonia de la liturgia bizantina que consiste en una meditación sobre Cristo muerto y la espera de la Resurrección. La cofradía lo realiza en la Plaza de Santa Ana al finalizar su participación en la Procesión General del Viernes Santo, como momento de recogimiento antes del Sábado Santo.
¿Se puede visitar el Cristo Yacente fuera de Semana Santa?
Sí, el Cristo Yacente se encuentra expuesto durante todo el año en el Museo del Real Monasterio de San Joaquín y Santa Ana. El museo abre de miércoles a lunes, de 11:00 a 14:00 y de 17:00 a 20:00 horas (cerrado los martes). La entrada permite contemplar también los cuadros de Goya, la Dolorosa de Pedro de Mena y otras obras extraordinarias.
¿Por qué las procesiones de esta cofradía son tan silenciosas?
El silencio y el recogimiento constituyen señas de identidad de la Cofradía del Santo Entierro desde su fundación. Frente a otras hermandades que utilizan bandas de música o cornetas y tambores numerosos, esta cofradía limita su acompañamiento a dos cornetas y dos bombos cuya función es precisamente «llamar al silencio». Este minimalismo musical refuerza el carácter contemplativo y la dignidad solemne de sus desfiles.
¿Qué significa «Verum Corpus»?
«Verum Corpus» significa en latín «Verdadero Cuerpo», refiriéndose al cuerpo real de Cristo tanto en su muerte (el Cristo Yacente) como en la Eucaristía (la Sagrada Forma). Este título enfatiza el carácter sacramental de la procesión y su vinculación con la teología eucarística del Jueves Santo.
¿Cuántos cofrades tiene actualmente la hermandad?
La cofradía cuenta en la actualidad con aproximadamente 350 cofrades. Aunque es una hermandad de tamaño moderado comparada con otras más multitudinarias, mantiene un número estable de hermanos comprometidos con su espiritualidad centrada en el recogimiento y el carácter sacramental.
Enlaces de Interés
- Junta de Cofradías de Semana Santa de Valladolid – Información oficial sobre todas las procesiones
- Cofradía del Santo Entierro – Página web oficial de la hermandad
- Museo del Real Monasterio de San Joaquín y Santa Ana – Información sobre horarios, visitas y colecciones
- Ayuntamiento de Valladolid – Portal oficial con información turística y práctica
- Museo Nacional de Escultura – Para contemplar el Entierro de Cristo de Juan de Juni
- Arzobispado de Valladolid – Información sobre templos y celebraciones litúrgicas
- Turismo Castilla y León – Portal turístico de la comunidad autónoma