Cofradía de Ntro. Padre Jesús Resucitado, María Stma. de la Alegría y las Lágrimas de San Pedro

La Cofradía de Nuestro Padre Jesús Resucitado, María Santísima de la Alegría y las Lágrimas de San Pedro representa una hermandad única en la Semana Santa de Valladolid, siendo la única cofradía dedicada específicamente al misterio de la Resurrección. Refundada en 1960 tras recuperar documentación de una antigua hermandad del siglo XVI, esta cofradía aporta el mensaje de esperanza y alegría pascual que corona la Semana de Pasión vallisoletana.

Con más de sesenta años de andadura en su etapa contemporánea, la hermandad ha sabido combinar la devoción a Cristo Resucitado con la veneración al arrepentimiento de San Pedro, protagonizando uno de los momentos más emblemáticos y emotivos de la Semana Santa vallisoletana: el Encuentro de Jesús Resucitado con la Virgen de la Alegría en la Plaza Mayor, en la mañana del Domingo de Resurrección.

Contenido

Fundación y Antecedentes Históricos

La historia de esta cofradía presenta dos etapas claramente diferenciadas, separadas por casi dos siglos de silencio, lo que convierte su trayectoria en un fascinante ejemplo de recuperación de la memoria histórica cofrade.

La Cofradía Original del Siglo XVI

Existe documentación que acredita la existencia de una Cofradía de Jesús Resucitado en Valladolid ya en 1564, con sede en la Parroquia de Santiago Apóstol. Aunque se desconoce la fecha exacta de su fundación primitiva, los legajos conservados en el archivo del Arzobispado de Valladolid demuestran que esta hermandad estuvo activa durante al menos dos siglos.

Un acta de 4 de abril de 1569 recoge cómo se propuso al Cabildo de la cofradía ampliar su denominación con el nombre de «Nuestra Señora de la Alegría», proposición que fue ratificada en octubre de ese mismo año. Desde entonces, la hermandad encargó una imagen correspondiente a esa advocación mariana, vinculando así la Resurrección de Cristo con la alegría de su Madre.

Los últimos documentos conocidos de aquella cofradía original datan de 1760, momento en el que desaparece toda referencia documental a la hermandad. Durante casi doscientos años, Valladolid careció de una cofradía dedicada específicamente a la Resurrección.

La Refundación de 1959-1960

El 23 de marzo de 1959, un grupo de personas vinculadas a la Comunión Tradicionalista Carlista decidió refundar la antigua cofradía, conscientes de que las celebraciones de la Semana Santa vallisoletana no estarían completas sin una hermandad que diera culto a la Resurrección de Cristo, misterio central de la fe cristiana.

En un contexto histórico marcado por el Franquismo, que prohibía las reuniones políticas del carlismo, la cofradía sirvió en sus primeros años como punto de encuentro para el movimiento carlista en la ciudad, proporcionando un espacio de reunión bajo el amparo de la actividad religiosa.

El proyecto fue presentado al Arzobispo José García y Goldaraz, quien autorizó oficialmente la creación de la cofradía el 30 de marzo de 1960. La hermandad retomó el nombre, los fines y el espíritu de aquella antigua cofradía del siglo XVI, estableciendo su sede canónica en la Iglesia Parroquial de Santiago Apóstol, que había sido la sede histórica de la hermandad primitiva.

Primera Salida Procesional

Aquel mismo año de 1960, la recién refundada cofradía participó por primera vez en una procesión, saliendo desde la iglesia de Santiago y acompañando la talla del Resucitado que se albergaba en dicho templo: un Cristo anónimo del siglo XVII, musculado y de tamaño algo inferior al natural, que había pertenecido presumiblemente a la cofradía original.

Localización de la Sede y Datos de Contacto

A lo largo de su trayectoria contemporánea, la cofradía ha tenido dos sedes canónicas, adaptándose a las circunstancias y necesidades de la comunidad cofrade.

Durante sus primeros veintiséis años, la cofradía tuvo su sede en la Iglesia Parroquial de Santiago Apóstol, templo emblemático del centro histórico de Valladolid. Esta ubicación era la lógica, dado que había sido la sede de la cofradía original del siglo XVI.

Sin embargo, dado que la iglesia de Santiago ya venía acogiendo a la Cofradía de las Siete Palabras, y ante la necesidad de disponer de un espacio más amplio para desarrollar sus actividades, en 1986 la cofradía decidió trasladar su sede a la Iglesia Conventual de Nuestra Señora de Porta Coeli, regentada por las Reverendas Madres Calderonas. Este bello templo barroco, situado en la calle Teresa Gil, 20, en el entorno de la Antigua Universidad, proporciona a la hermandad un marco idóneo para sus cultos y procesiones.

El Hábito Penitencial y su Simbología

El hábito de la Cofradía de Jesús Resucitado presenta una característica única en la Semana Santa vallisoletana: la hermandad dispone de dos versiones del hábito, una para los desfiles de Pasión y otra para las celebraciones de la Resurrección.

Hábito de Pasión (Miércoles Santo, Jueves Santo y Viernes Santo)

Para las procesiones de Semana Santa en las que alumbran el paso de Las Lágrimas de San Pedro, los cofrades visten:

Sotana blanca confeccionada en tela de calidad, que simboliza la pureza y la luz pascual.

Muceta roja que cubre los hombros, evocando el martirio de San Pedro, crucificado cabeza abajo por su fe en Cristo.

Capirote negro con escapulario negro cuando los cofrades deben asistir cubiertos en las procesiones penitenciales, guardando el anonimato propio de la penitencia cuaresmal.

Guantes y calcetines blancos, junto con zapato negro con hebilla, completando un conjunto que armoniza la austeridad penitencial con la esperanza de la Resurrección.

Hábito de Gloria (Domingo de Resurrección)

Para la Procesión del Encuentro en el Domingo de Resurrección, la vestimenta cambia radicalmente para reflejar la alegría pascual:

Los cofrades mantienen la sotana blanca y la muceta roja, pero prescinden del capirote, mostrando sus rostros en señal de júbilo y victoria sobre la muerte. Las cofrades femeninas pueden asistir con mantilla española blanca, aportando una nota de elegancia y solemnidad festiva.

Este cambio de indumentaria entre Pasión y Resurrección es profundamente simbólico: del anonimato penitencial cubierto por el capirote se pasa a la manifestación gozosa del rostro descubierto, reflejando el tránsito de las tinieblas del Viernes Santo a la luz del Domingo de Pascua.

Escudo de la Cofradía

El escudo corporativo combina elementos relacionados con los tres titulares de la hermandad: la cruz gloriosa de la Resurrección, símbolos marianos vinculados a la Virgen de la Alegría, y referencias a San Pedro (las llaves del Reino, el gallo que cantó tras la triple negación). Este emblema se porta con orgullo en la muceta y en la documentación oficial de la cofradía.

Patrimonio Escultórico de la Hermandad

La Cofradía de Jesús Resucitado custodia un interesante conjunto de imágenes que abarcan desde obras barrocas del siglo XVIII hasta creaciones contemporáneas de notable calidad.

Las Lágrimas de San Pedro (Pedro de Ávila, h. 1720)

La joya del patrimonio de la cofradía es la magnífica imagen de Las Lágrimas de San Pedro, obra inequívoca del magistral escultor vallisoletano Pedro de Ávila (1678-1755), uno de los grandes maestros de la escuela castellana del siglo XVIII y heredero de los modelos de Gregorio Fernández.

La imagen, de 156 centímetros de altura (ligeramente superior al natural), fue tallada hacia 1720 por encargo del párroco Pedro de Rábago para la Parroquia del Salvador, donde se venera habitualmente. No fue concebida originalmente con fines procesionales, sino como imagen de altar para presidir una capilla dedicada a San Pedro ad Víncula (San Pedro encadenado), situada en el lado del Evangelio del templo.

La escultura representa a San Pedro sedente sobre unos peñascos, en actitud suplicante como muestra de arrepentimiento. El momento captado por el escultor es el instante posterior a la triple negación: Pedro acaba de escuchar cantar al gallo y toma dolorosa conciencia de que ha negado tres veces a su Maestro, tal como Jesús le había profetizado en el Cenáculo.

Pedro de Ávila se esmera en un trabajo de acentuado naturalismo, dotando a la figura de gran dinamismo mediante la colocación de las piernas cruzadas frontalmente, el torso girado hacia la derecha, y las manos unidas y levantadas a la altura del pecho con gesto implorante. La cabeza del santo, levantada y dirigida al cielo, muestra un rostro tallado mórbidamente que acusa perfectamente las calidades de la piel.

La cabellera y barba están modeladas con gran elegancia, las manos presentan venas, articulaciones y arrugas perfectamente talladas, y el rostro muestra las arrugas de la frente, laterales, ceño y mejillas que dan prueba de la avanzada edad del apóstol y de la destreza del escultor.

La imagen se incorporó a las procesiones de la Semana Santa de Valladolid en 1965, de la mano de la Cofradía de Jesús Resucitado, participando desde entonces en la Procesión General del Viernes Santo. En sus primeros años desfiló acompañada de un Ecce Homo de Francisco Alonso de los Ríos (hoy en el Museo Diocesano) y algún sayón del Museo Nacional de Escultura, pero a mediados de los años setenta pasó a desfilar en solitario para realzar la figura del apóstol arrepentido.

Nuestro Padre Jesús Resucitado (Ricardo Flecha, 1994)

En 1993, con motivo del inminente 35º aniversario de la refundación de la cofradía, y ante la necesidad de contar con una imagen propia del Resucitado (la primitiva era de dimensiones reducidas y pertenecía a la parroquia), la hermandad decidió encargar una nueva talla al escultor zamorano Ricardo Flecha Barrio (1958-2023).

La imagen fue bendecida el 19 de marzo de 1994, festividad de San José, por el Arzobispo José Delicado Baeza, desfilando por primera vez el Domingo de Resurrección de aquel año ante la emoción de los cofrades, que por fin disponían de una imagen titular en propiedad.

La talla está realizada en caoba de Brasil, madera noble y resistente de tonalidad rojiza. Es de tamaño mayor que el natural, dotándola de presencia y majestuosidad. Representa a Cristo en el momento de salir del sepulcro, todavía envuelto parcialmente en el sudario que le cubre la espalda, tras haber vencido a la muerte.

La composición es triunfante y gloriosa: Cristo aparece erguido, en actitud victoriosa, con la mano derecha enarbola hacia lo alto una cruz, símbolo de su triunfo sobre el pecado y la muerte. El rostro muestra serenidad y majestad, los paños del sudario se agitan con dinamismo barroco, y toda la figura transmite energía y vida.

Esta imagen procesiona únicamente el Domingo de Resurrección en el Encuentro con la Virgen de la Alegría, siendo el verdadero protagonista de la fiesta pascual vallisoletana.

María Santísima de la Alegría (Ricardo Flecha, 2009)

Con motivo del 50º aniversario de la refundación de la cofradía, en 2009 se decidió encargar al mismo escultor Ricardo Flecha una imagen de María Santísima de la Alegría, completando así el programa iconográfico pascual de la hermandad.

La imagen fue bendecida el 29 de marzo de 2009, Domingo de Ramos, por el Arzobispo Braulio Rodríguez Plaza. Está tallada en cedro y representa a María recibiendo jubilosa y con los brazos abiertos a su Hijo resucitado. El rostro de la Virgen expresa alegría contenida, gozo maternal y esperanza cumplida.

Esta imagen no procesiona el Domingo de Resurrección, ya que ese día desfila la talla del mismo nombre que posee la Cofradía del Santo Sepulcro (obra de Miguel Ángel Tapia de 1997). Sin embargo, la Virgen de Ricardo Flecha protagoniza la Procesión de Gloria que la cofradía organiza en la mañana del Domingo de Pentecostés, cincuenta días después de la Resurrección.

Cruz Guía (Ricardo Flecha, 2006)

En 2006, Ricardo Flecha realizó y donó a la cofradía una singular Cruz Guía, bendecida el Lunes Santo de ese mismo año. Desde entonces encabeza la planta procesional de la hermandad, tras la Cruz alzada y los ciriales.

Siendo una cofradía que fomenta el culto y la devoción a Cristo Resucitado, no resultaba apropiado portar una cruz guía con un Cristo crucificado. Por ello, esta cruz tiene una importante carga simbólica de triunfo y esperanza, representando el momento en el que, tras morir, Jesús se eleva entregando su alma al Padre, preludio de su Resurrección gloriosa.

La cruz se utiliza desde entonces en el Vía Crucis que celebra la cofradía el primer día de Pasión (Viernes de Dolores o Lunes Santo, según el calendario).

Cristo Resucitado Primitivo (Anónimo, siglo XVII)

La imagen primitiva con la que procesionó la cofradía entre 1960 y 1994, un Cristo anónimo del siglo XVII de tamaño algo inferior al natural, se conserva y venera en la Iglesia de Santiago Apóstol. Aunque ya no desfila procesionalmente, constituye un vínculo histórico con la cofradía original del siglo XVI y con los primeros años de la refundación.

Programa Procesional y Desfiles

La Cofradía de Jesús Resucitado participa en cuatro procesiones a lo largo de la Semana Santa y del Tiempo Pascual, desarrollando un completo itinerario espiritual que va del arrepentimiento de Pedro a la alegría de la Resurrección.

Procesión de Arrepentimiento

En la noche del Miércoles Santo a las 22:30 horas, la cofradía protagoniza la Procesión de Arrepentimiento, creada originalmente en 1965 (entonces llamada «Procesión de las Lágrimas de San Pedro»). Dejó de organizarse en 1970 y fue recuperada en 1994, coincidiendo con la bendición de la nueva imagen del Resucitado.

Desde la iglesia de Porta Coeli, la cofradía parte con el paso de Las Lágrimas de San Pedro hacia el centro histórico de la ciudad. El recorrido está diseñado para realizar tres meditaciones sobre las tres negaciones de San Pedro, con actos de oración y arrepentimiento frente a tres templos emblemáticos:

1. Iglesia Penitencial de la Santa Vera Cruz: Primera estación donde se reflexiona sobre la primera negación del apóstol ante la portera del palacio del Sumo Sacerdote.

2. Convento de Santa Isabel de Hungría: Segunda estación donde el coro de la cofradía entona el «Crux Fidelis», recordando la segunda negación de Pedro ante los sirvientes que le acusaban de ser discípulo de Jesús.

3. Real Monasterio de San Quirce y Santa Julita: Tercera estación donde se medita sobre la tercera y definitiva negación, tras la cual Pedro escucha cantar al gallo y rompe a llorar amargamente.

En cada una de estas paradas, la cofradía es recibida por la hermandad titular del templo correspondiente (Vera Cruz, V.O.T. y Sagrada Pasión), estableciéndose así una bella red de fraternidad entre cofradías.

Esta procesión tiene un carácter íntimo y penitencial, con un ritmo pausado marcado únicamente por la banda de tambores y bombos de la cofradía, único conjunto de este tipo en toda la Semana Santa vallisoletana, que le confiere un sonido grave, rítmico y profundo.

Estación Eucarística en la Catedral

El Jueves Santo a las 19:00 horas, la cofradía realiza una Estación Eucarística en la Santa Iglesia Catedral de Valladolid con el paso de Las Lágrimas de San Pedro.

Esta presencia en la Catedral procede de los años en que la hermandad participaba en la Procesión de Nuestra Señora de la Amargura (denominada desde 2011 «Procesión de la Amargura de Cristo»). En 2020, dentro del contexto de la reforma procesional propuesta por el Obispo auxiliar Luis Argüello, aquella procesión desapareció y las cinco cofradías que participaban en ella pasaron a acudir a la Catedral en la tarde de Jueves Santo por separado.

La cofradía parte de su sede en Porta Coeli, se dirige a la Parroquia de San Lorenzo donde realiza un acto penitencial a las 19:30 horas, y posteriormente acude a la Catedral para la adoración del Santísimo Sacramento en el Monumento, permaneciendo en oración ante la Eucaristía expuesta.

Procesión General de la Sagrada Pasión del Redentor

El Viernes Santo a las 19:30 horas, la cofradía participa en la magna Procesión General, el desfile procesional más importante y multitudinario de la Semana Santa vallisoletana, que congrega a las veinte cofradías de la ciudad.

La hermandad alumbra el paso de Las Lágrimas de San Pedro, que desfila en solitario realzando la figura del apóstol arrepentido. Es la procesión titular de la cofradía en cuanto a la Pasión se refiere, ya que el verdadero día grande de la hermandad es el Domingo de Resurrección.

La presencia de San Pedro arrepentido en la Procesión General adquiere especial significado: tras contemplar toda la Pasión y Muerte del Señor, Pedro llora su triple negación, pero esas lágrimas serán transformadas en gozo el Domingo de Pascua, cuando el Resucitado se le aparezca personalmente para confirmarle como «Pastor de mi Iglesia».

Procesión del Encuentro de Jesús Resucitado con la Virgen de la Alegría

El Domingo de Resurrección a las 10:30 horas tiene lugar el acto más importante de la cofradía y uno de los momentos culminantes de toda la Semana Santa vallisoletana: la Procesión del Encuentro.

Desde el Convento de Porta Coeli, la Cofradía de Jesús Resucitado parte con su imagen titular hacia la Santa Iglesia Catedral, donde a las 11:00 horas se celebra la Solemne Misa Pascual presidida por el Arzobispo de Valladolid, con la participación de ambas cofradías pascuales (Jesús Resucitado y Santo Sepulcro).

Tras la eucaristía, en la que se imparte la bendición papal, ambas cofradías procesionan hacia la Plaza Mayor siguiendo recorridos diferentes. La Cofradía del Santo Sepulcro lleva la Virgen de la Alegría (Miguel Ángel Tapia, 1997) y el Santo Sepulcro Vacío (Alonso y José de Rozas, finales del XVII), mientras que la Cofradía de Jesús Resucitado porta únicamente su imagen titular.

En la Plaza Mayor, engalanada para la ocasión, se produce el Encuentro entre Jesús Resucitado y su Madre, María Santísima de la Alegría. Los dos pasos avanzan lentamente uno hacia el otro mientras suenan las campanas de todas las iglesias de Valladolid y el público abarrota la plaza.

Cuando ambas imágenes se encuentran frente a frente, el Arzobispo pronuncia un fervorín sobre el misterio de la Resurrección e imparte la bendición apostólica. El momento es de intensa emoción: tras el silencio y el luto de la Semana Santa, estallan los vítores, aplausos y repiques de campanas que proclaman la victoria de Cristo sobre la muerte.

Finalizado el Encuentro, cada cofradía regresa a su sede respectiva, cerrándose así el ciclo de la Semana Santa vallisoletana con un mensaje de esperanza y alegría.

El resto de cofradías vallisoletanas asisten al Encuentro sin pasos, formando una guardia de honor en torno a la Plaza Mayor, testimoniando así que toda la Iglesia participa de la alegría pascual.

Ciclo Litúrgico Anual y Actividades

La vida de la cofradía se extiende a lo largo de todo el año litúrgico, con diversos cultos y actividades que mantienen viva la espiritualidad de los hermanos.

Vía Crucis del Viernes de Dolores

El primer día de la Semana de Pasión (Viernes de Dolores o Lunes Santo, según el calendario), la cofradía organiza un Vía Crucis portando su Cruz Guía, meditando el camino de la Cruz que Cristo recorrió para llegar a la Resurrección.

Misa de la Cátedra de San Pedro

En el mes de febrero, la cofradía celebra la festividad de la Cátedra de San Pedro (22 de febrero), honrando al apóstol en su misión como primer Papa y Pastor de la Iglesia Universal. Esta celebración subraya la devoción especial que la hermandad profesa a San Pedro.

Vela al Santísimo

Durante la noche del Jueves al Viernes Santo, tras regresar de la Estación Eucarística en la Catedral, y en la mañana del Viernes Santo, la cofradía organiza turnos de Vela al Santísimo, acompañando a Jesús Eucaristía durante las horas de su Pasión y Muerte.

Vigilia Pascual

La noche del Sábado Santo, la cofradía participa en las Vísperas y la Vigilia Pascual, la celebración litúrgica más importante del año cristiano, en la que se proclama la Resurrección de Cristo y se bendice el fuego nuevo y el cirio pascual.

Triduo Pascual

Tras el Domingo de Resurrección, la cofradía organiza un solemne triduo en honor a la Resurrección del Señor, prolongando durante tres días más la celebración del misterio pascual con predicación, eucaristías y cantos de alabanza.

Besapié a Jesús Resucitado

El Sábado de la Octava de Pascua, ocho días después del Domingo de Resurrección, se realiza un besapié público a la imagen de Nuestro Padre Jesús Resucitado, permitiendo a los fieles venerar la talla y encomendarse a Cristo victorioso sobre la muerte.

Procesión de Gloria (Domingo de Pentecostés)

En la mañana del Domingo de Pentecostés, cincuenta días después de la Resurrección, la cofradía organiza una Procesión de Gloria en la que desfila con la imagen de María Santísima de la Alegría de Ricardo Flecha, celebrando el don del Espíritu Santo y la plenitud de la alegría pascual que culmina en Pentecostés.

Detalles Históricos y Curiosidades

Vinculación Carlista Inicial

Durante sus primeros años, la cofradía sirvió de punto de reunión del movimiento carlista en Valladolid. En pleno Franquismo, cuando las reuniones políticas del tradicionalismo estaban prohibidas, la hermandad proporcionó un espacio legal de encuentro bajo el amparo de la actividad religiosa. Esta circunstancia histórica explica que varias de las familias fundadoras procedieran de la Comunión Tradicionalista.

Única Cofradía de Resurrección

De las veinte cofradías que componen actualmente la Semana Santa de Valladolid, esta es la única dedicada específicamente a la Resurrección, lo que la convierte en una hermandad singular e imprescindible para completar el mensaje integral de la Pascua cristiana.

Dos Siglos de Silencio

Entre 1760 y 1960 transcurrieron exactamente doscientos años sin que existiera en Valladolid una cofradía dedicada a la Resurrección. El hallazgo de la documentación histórica en los archivos del Arzobispado permitió recuperar la memoria de aquella antigua hermandad y refundarla con plena conciencia de continuidad histórica.

Cambio de Denominación en 2010

Aunque desde 1965 la cofradía alumbraba procesionalmente el paso de Las Lágrimas de San Pedro, no fue hasta 2010 cuando la hermandad añadió oficialmente a su denominación las palabras «…y las Lágrimas de San Pedro», reconociendo formalmente la importancia de esta devoción en la vida de la cofradía.

La Única Banda de Solo Tambores y Bombos

El acompañamiento musical de la cofradía es único en Valladolid: su banda está compuesta exclusivamente por tambores y bombos, sin cornetas ni otros instrumentos. Este sonido grave, rítmico y profundo le otorga una personalidad sonora inconfundible, especialmente en la íntima Procesión de Arrepentimiento del Miércoles Santo.

Un Párroco Mecenas: Pedro de Rábago

La imagen de Las Lágrimas de San Pedro fue sufragada por el generoso párroco Pedro de Rábago, quien dejó constancia de su patrocinio en su testamento dictado el 19 de julio de 1720. Este sacerdote costeó diversas obras artísticas para embellecer su parroquia del Salvador, demostrando una ejemplar generosidad y amor al arte sacro.

Una Imagen que No Fue Concebida para Procesionar

Las Lágrimas de San Pedro es una imagen de altar, no un paso procesional. Fue creada para presidir una capilla y estar en diálogo visual con otras obras del templo (un cuadro del Descendimiento y el retablo mayor). Su incorporación a las procesiones en 1965 fue una feliz adaptación que permitió que los vallisoletanos pudieran contemplar esta obra maestra de Pedro de Ávila por las calles de la ciudad.

Tres Imágenes de Ricardo Flecha

El escultor zamorano Ricardo Flecha Barrio (1958-2023) realizó tres obras para esta cofradía: Jesús Resucitado (1994), la Cruz Guía (2006, donada por el propio artista) y María Santísima de la Alegría (2009). Este conjunto de obras muestra la evolución del estilo del imaginero a lo largo de quince años.

El Encuentro: Tradición con Siglos de Historia

Aunque el Encuentro actual tal como lo conocemos data de la refundación de 1960, esta tradición de escenificar el encuentro entre Cristo Resucitado y su Madre tiene raíces medievales en España y está documentada en Valladolid desde antiguo, formando parte del imaginario popular de la Pascua castellana.

Información Práctica para Visitantes

Cómo Llegar a la Sede

La Iglesia Conventual de Porta Coeli se encuentra en la calle Teresa Gil, 20, en el entorno de la Antigua Universidad de Valladolid. Es fácilmente accesible a pie desde el centro histórico (10 minutos desde la Plaza Mayor).

Varias líneas de autobús urbano tienen paradas cercanas. La iglesia está próxima a la Facultad de Derecho y al emblemático Colegio de Santa Cruz, pudiendo incluirse en una ruta por el patrimonio universitario vallisoletano.

Mejor Momento para Visitar

Para vivir la experiencia completa del ciclo de arrepentimiento y resurrección que propone esta cofradía, se recomienda:

Miércoles Santo (22:30 h): Asistir a la intimista Procesión de Arrepentimiento, con su singular sonido de tambores y bombos y las tres meditaciones sobre las negaciones de Pedro.

Viernes Santo (19:30 h): Contemplar Las Lágrimas de San Pedro en la Procesión General, momento de máxima solemnidad.

Domingo de Resurrección (10:30 h): Presenciar el Encuentro en la Plaza Mayor, momento cumbre de alegría y emoción que cierra la Semana Santa vallisoletana con un mensaje de esperanza.

Alojamiento y Gastronomía

Valladolid ofrece amplia oferta hotelera para todos los presupuestos. Durante la Semana Santa es imprescindible reservar con anticipación, especialmente si se desea asistir al Encuentro del Domingo de Resurrección, que congrega a miles de personas en la Plaza Mayor.

La gastronomía vallisoletana brilla especialmente en Pascua. Son tradicionales el lechazo asado, el hornazo (empanada de carne típica de Pascua), y como dulces las torrijas y la mona de Pascua. El Domingo de Resurrección, muchas familias vallisoletanas celebran con comidas festivas que rompen la austeridad cuaresmal.

Vestimenta Apropiada

Las procesiones de Semana Santa en Valladolid se viven con profundo respeto. Para el Encuentro del Domingo de Resurrección, aunque el ambiente es festivo, se recomienda vestimenta apropiada ya que se asiste a un acto religioso. El tiempo en Valladolid a principios de abril puede ser variable, desde días soleados y cálidos hasta mañanas frías, por lo que conviene ir preparado.

Fotografía en el Encuentro

La Plaza Mayor durante el Encuentro ofrece magníficas oportunidades fotográficas, pero se ruega mantener el respeto durante los momentos de oración y bendición. El momento en que los dos pasos se encuentran, con las torres de la Catedral al fondo y la plaza abarrotada, constituye una de las estampas más bellas y emotivas de la Semana Santa española.

Experiencia el Domingo de Resurrección

El Domingo de Resurrección en Valladolid es una explosión de luz y alegría tras el silencio de la Semana Santa. El repique simultáneo de todas las campanas de la ciudad, los vítores de la multitud, el sol primaveral iluminando la Plaza Mayor, el olor del incienso mezclado con el de las flores de pascua, y la emoción visible en los rostros de cofrades y espectadores crean una atmósfera única.

El contraste entre el recogimiento del Viernes Santo y la alegría desbordante del Domingo resulta estremecedor. Es recomendable llegar a la Plaza Mayor con tiempo (antes de las 12:00 h) para conseguir un buen lugar desde el que presenciar el Encuentro.

Preguntas Frecuentes

¿Cuándo se fundó la Cofradía de Jesús Resucitado?

La cofradía original existía ya en 1564, con documentación que llega hasta 1760. Tras dos siglos de silencio, fue refundada el 23 de marzo de 1959 y aprobada oficialmente por el Arzobispo el 30 de marzo de 1960, retomando el nombre y los fines de la hermandad primitiva.

¿Qué hace única a esta cofradía?

Es la única cofradía de las veinte de Valladolid dedicada específicamente a la Resurrección de Cristo. Además, es la única que dispone de dos versiones del hábito (una para Pasión y otra para Resurrección) y la única cuya banda está compuesta exclusivamente por tambores y bombos.

¿Quién esculpió Las Lágrimas de San Pedro?

La obra es del magistral escultor vallisoletano Pedro de Ávila (1678-1755), realizada hacia 1720 por encargo del párroco Pedro de Rábago para la iglesia del Salvador. Es una de las mejores esculturas del barroco vallisoletano del siglo XVIII.

¿Dónde está la sede de la cofradía?

Desde 1986, la sede canónica se encuentra en la Iglesia Conventual de Nuestra Señora de Porta Coeli, en la calle Teresa Gil, 20. Anteriormente estuvo en la Iglesia de Santiago Apóstol (1960-1986).

¿En qué procesiones participa la cofradía?

La cofradía participa en cuatro procesiones: Procesión de Arrepentimiento (Miércoles Santo, 22:30 h), Estación Eucarística en la Catedral (Jueves Santo, 19:00 h), Procesión General (Viernes Santo, 19:30 h), y la Procesión del Encuentro (Domingo de Resurrección, 10:30 h).

¿Qué es el Encuentro del Domingo de Resurrección?

Es el acto más importante de la cofradía y uno de los momentos culminantes de la Semana Santa vallisoletana. En la Plaza Mayor, tras la Misa Pascual en la Catedral, se produce el encuentro entre Jesús Resucitado y la Virgen de la Alegría, representando el reencuentro gozoso de Cristo con su Madre tras vencer a la muerte.

¿Por qué la cofradía tiene relación con el carlismo?

En sus primeros años (décadas de 1960-1970), la cofradía sirvió como punto de reunión para familias vinculadas a la Comunión Tradicionalista Carlista, en un contexto franquista donde las reuniones políticas del carlismo estaban prohibidas. La hermandad proporcionó un espacio legal de encuentro bajo amparo religioso.

¿Quién creó la imagen actual de Jesús Resucitado?

La imagen titular actual fue realizada por el escultor zamorano Ricardo Flecha Barrio (1958-2023) en 1994, tallada en caoba de Brasil. Sustituyó a la imagen primitiva del siglo XVII que había procesionado desde 1960.

¿Cuándo se añadió «Las Lágrimas de San Pedro» al nombre de la cofradía?

Aunque la cofradía alumbraba este paso desde 1965, no fue hasta 2010 cuando se añadió oficialmente esta advocación al nombre completo de la hermandad, reconociendo la importancia de la devoción a San Pedro arrepentido.

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